Consecuencias

Aurora había salido de la oficina de Hans temblando de rabia, se había echado un problema muy grande, no solo era mentira que había pasado la noche con ella, si no que además aunque quisiera no podía quedar embarazada, pues era estéril, ella y su madre habían guardado el secreto para que pudiera casarse con Hans sin problema, estaba muy nerviosa porque efectivamente su vientre estaba tan plano como siempre pero ahora que juraba que estaba esperando un hijo de él debía ingeniárselas para que su estomago se fuese abultando con el tiempo.

—No importa que estes tan seguro de tener la razón…mi plan se llevará a cabo con facilidad debido a tu aspereza y frialdad, tu cavarás tu propia tumba jaja, no permitiré que te vayas con esa desgraciada, primero te mato…

Aurora había planeado comprarse un estomago falso en internet y aferrarse a seguir permaneciendo en habitaciones separadas, fingiría cada síntoma de su falso embarazo con tal de llevar a cabo su plan malvado.

—Con lo del bebé necesito planear mi aborto…así te sentirás tan culpable que no tendrás otra opción más que quedarte a mí lado, aun que sea por lastima o compromiso, pero tú serás mío querido esposo jajaja. 

Hans se encontraba pensativo, el solo hecho de pensar que Aurora pudiera estar embarazada le destruía el sueño de poder estar al lado de Alice y vivir felices después de tantos obstáculos, se llenaba de desesperanza pues no quería traer al mundo a un hijo no planeado y menos que alguien como Aurora fuera su madre.

—Mi señora bonita ¿por qué la vida se empeña en separarnos? ¿Qué tiene de malo que queramos estar juntos? Maldita suerte la mía, me aterra pensar que si te digo lo que esta pasando quieras olvidarte de mí para siempre….

Mientras esto sucedía, Carter se encontraba en su habitación, dando vueltas de un lado a otro sin saber noticias de Alice, estaba recién bañado, quería quitarse todo el sabor y el olor de su culpa, se sentía preocupado de no saber nada de Alice y estaba impaciente de salir a buscarla.

—¿A dónde te metiste? ¿Por qué tenía que pasar esto?

—El cabello mojado de Carter dejaba caer ligeras gotas sobre sus hombros descubiertos, tenía un buen físico pues se ejercitaba constantemente, su espalda era ancha y su torso angosto, sin sus gafas se veía tan rudo y varonil.

Por otro lado, Jena no dejaba de pensar en lo que había pasado, estaba tan confundida y tan apenada que no tenía idea de como disculparse o limpiar su imagen, pero al mismo tiempo se sonrojaba al recordar a Carter, era el hombre más hermoso que había visto y se acarició los labios recordando sus besos, era tan apasionado y masculino que no podía sacarlo de su mente.

—Debes creer que soy una mujer fácil…para ser sincera lo que piensen los demás nunca me ha importado tanto, pero a pesar de que apenas si te conozco, me preocupa mucho la imagen que puedas tener de mí… —se decía llena así misma mientras estaba recostada en su cama.

Después de la traición de Borg, no había querido estar con ningún otro hombre, por momentos se vio tentada en tener un amante para olvidar a un que sea por un rato el terrible dolor de su alma.

Pero en el fondo sabía que un clavo no sacaba a otro y menos a la fuerza, no es que siguiera amando a Borg, al contrario, le tenia mucho coraje y asco, saber que estaba en la cárcel le daba tranquilidad y se alegraba de que estuviera encerrado de por vida, pero ni así podría pagar todo el daño que había hecho.

Por otra parte, pensaba en Alice y lo mucho que debía odiarla por lo que había pasado.

—¿Será que se habrá enamorado de él? ¿todavía pensará en Hans? Ojalá que las palabras de Aurora sean reales y ella y Carter solo estén asados por contrato, no podría ser capaz de infringirle una herida más a su corazón, yo mejor que nadie se por el sufrimiento que ha pasado, no me atrevería a ser yo quien la vuelva a lastimar…

 Después de las maldades que Thomas y Borg habían querido hacerle a Alice, Jena se sentía más empática con ella, por eso su sufrimiento en haber cometido un acto tan indecente y en su propia casa.

—Alice…dime que a quien amas es a Hans y no a Carter… dale descanso a mi corazón. —exclamó Jena deprimida.

Se encontraba en un gran dilema, pues entre la culpa se escondía un fuerte anhelo por volver a ver a Carter.

Aquella tarde, Hans se sentía tan abrumado que decidió salir en su caballo a cabalgar para despejar su mente, parecía un príncipe montado en su caballo blanco, solo pensaba en la suerte de encontrarse con su querida Alice y poder abrazarla hasta que la angustia desapareciera de su corazón, fue entonces que la vio, recargada en una cerca que dividía la propiedad de Carter con la de él, había caminado por mucho tiempo, perdida en sus pensamientos, deseosa de volver a ver a su querido Hans.

Y como si de una película se tratara, Hans cabalgo hacia ella, apareciendo en su hermoso caballo blanco.

—Seguro que estabas pensando en mí bonita, yo hacia lo mismo. —Hans la miró con tanto amor y el corazón de Alice se alegró profundamente.

—Hans…—sus ojos se llenaron con su hermosura y toda esa energía masculina que desprendía.

—Pareces un príncipe. —le dijo ella con una sonrisa tierna.

—Ya sabes que yo puedo ser lo que tú quieras, ¿por qué no fingimos que soy el amor de tu vida y vienes conmigo a cabalgar? —le dijo Hans con su típica y adorable sonrisa coqueta.

—Entonces fingiré que eres el príncipe que me rescato de la torre encantada y que estamos perdidamente enamorados.

—Le advierto que ya hice esto una vez y la mujer con la que lo hice se terminó enamorando de mí. —exclamó sonriente.

—No se preocupe caballero, yo también ya he jugado ese juego y no tengo miedo a enamorarme otra vez.

—Entonces venga conmigo que yo la llevare a las estrellas.

Hans y Alice cabalgaron juntos observando el hermoso atardecer que se dibujaba en el horizonte, Alice estaba delante de Hans mientras él le rodeaba la cintura y dirigía al caballo, ella se sentía en paz estando en su presencia y por un momento sus problemas se disiparon.