Mi venganza contra el amor

Una cena con el amor

 

Esta sensación me recuerda a los días que pase junto a él en Madrid, la misma adrenalina, la misma emoción de ir tomada de su brazo, era como estar en el paraíso, por esta ocasión no voy a sentirme culpable, no después de ver a Carter haciéndolo con Jena, lo mío con Hans es amor de verdad va más allá de solo hacer el amor, él y yo nos unimos de muchas maneras distintas, me desnuda y me acaricia haciéndome suya con sus atenciones, él me hace sentir la mujer más amada y afortunada del mundo.

Nos encontrábamos en Nueva York, la noche apenas empezaba y era toda nuestra, Hans se veía especialmente atractivo, vestido de negro, con su cigarro en la mano y su chaqueta de cuero, se le notaba feliz de estar conmigo.

¿Era pecado pasear juntos de la mano? ¿estaba mal querer ser feliz, aunque sea por unas horas? Lo dudo, no existe ley que condene el amor.

—¿A dónde iremos a cenar? —le preguntó Alice entusiasmada.

—Se que amas la comida italiana, conozco un buen lugar. —le dijo Hans agarrándola de la cintura.

—Vayamos aun lugar sencillo, no tan lujoso, uno que no este tan lleno de gente, así podremos conversar más tranquilos. —le sugirió Alice abrazándolo.

—¿Qué te parece ese lugar? Es pequeño, pero huele bien.

—Es perfecto, no hay mucha gente.

—Entremos entonces. —Alice y Hans entraron al lugar y escogieron la ultima mesa del establecimiento y ordenaron pizza y lasaña, también un vino suabe.

El celular de Alice sonaba con insistencia, era Carter que quería localizarla, después de varios intentos la dejo en paz.

—¿Es él? —le preguntó Hans con seriedad.

—Si, las cosas no están muy bien con él…pasó algo esta tarde. —le dijo Alice apenada.

—¿Esta todo bien? ¿te hizo algo? —preguntó inquieto.

—No, tu hermano solo estaba molesto por que te conté sobre nuestro acuerdo, enfureció cuando se enteró, nunca lo había visto de esa forma, me dio mucha pena saber que rompí su confianza, pero no fue mi intención decepcionarlo, realmente quería que lo supieras, que estuvieras enterado de que te sigo amando, pero al final estas fueron las consecuencias…

—Lo siento, lo que menos quero es causarte problemas.

—No es tu culpa, fue mi decisión y no me arrepiento, si no lo hubiera hecho tú y yo estaríamos distanciados, se que fui muy egoísta…pero simplemente no quiero que existan secretos entre nosotros. —manifestó Alice cabizbaja.

—¿Hay algo más que quieras decirme? —le preguntó Hans al ver su semblante decaído.

—Descubrí a Carter y a Jena mientras estaban haciendo el amor en su oficina.

—¿Qué? —Hans se quedo muy sorprendido por lo que Alice le decía.

—Me fui corriendo de la mansión y no he vuelto a la casa desde entonces, me sentía muy molesta por el problema que me había armado y después él hizo algo, pero con Jena, no sabía que tenían ese tipo de relación…el caso es que me condenó por contarte lo nuestro y después hace esto…salio detrás de mí justificándose y diciendo que iba a explicarlo todo, claro que no le creí. —Alice se notaba molesta, pero Hans la sorprendería con sus palabras.

—Tienes que creerle, Carter no es ese tipo de hombre, no se acostaría con una mujer solo por sentir deseo, cuando me dijiste que no te había insinuado nada desde que vivían juntos te creí , Carter no puede superar la muerte de Luisa, desde que murió no he sabido que tenga alguna otras relación y se que por su mente no ha pasado volver a relacionarse con alguien, podría aumentar tu enojo y persuadirte para que creas lo peor de él, al final mis celos hacen que quiera hacer eso, pero es mi hermano y lo conozco…algo debe haber pasado, tiene que haber una explicación para lo que hizo. —exclamó Hans con seriedad.

—Pero los vi…no se veía para nada obligado, créeme cuando te digo que lo estaba disfrutando.

—Te vez bastante molesta…—manifestó Hans con una sonrisa forzada y después bajo la mirada agarrando sus cubiertos y añadió. —pareces estar celosa.

—¿Qué? No, claro que no, es solo que…

—Quizá estas así por que te sientes lastimada, después de todo te has encariñado de él.

—Yo te amo a ti, a nadie más…

Un silencio doloroso se apodero de ellos y Hans tomó nuevamente la palabra.

—Es que nuca te había visto así…—Hans estaba celoso y hizo una mueca de inconformidad.

Alice lo tomo del rostro con sus manos y le dio un beso, después lo miro fijamente y le dijo.

—Tú eres mi único a mor, el único hombre a quien quiero y por el que me muero de ansiedad cuando no lo veo, no hay nadie mas que tú. —le dijo Alice con profundidad.

—Odio que las cosas se compliquen entre nosotros, detesto saber que tengo mucha culpa en que estemos en esta situación, si tan solo hubiera rechazado el matrimonio con Aurora no estaríamos así, mirándonos a escondidas como si amarnos fuera un pecado, lo detesto.

—Ya no sirve de nada mirar al pasado, ya no quiero que te lamentes por las cosas que hiciste o dejaste de hacer, eso solo te lastimara más, yo ya no te culpo por eso, presiento que te pasa algo más, puedes ser honesto conmigo, si me dices lo que pasa entenderé por que estas así.

—Aurora me esta volviendo loco, estoy seguro que quiero obligarme ha permanecer a su lado, ahora se invento un embarazo, jamás la he tocado, pero asegura tener tres meses de espera. Su vientre esta igual que siempre, pude oler sus mentiras, no la entiendo, todo esto salio después de que le dije que quería el divorcio.

La expresión en le rostro de Alice fue de angustia y miedo, su corazón latía con fuerza, pero no dejaría de creer en la inocencia de su amado.

—¿Hasta donde puede llegar su deseo de retenerte? ¿crees que sea capaz de embarazarse de otro hombre y culparte? —le preguntó Alice llena de angustia.

—No lo sé, pero no pienso dejar que me manipule, estaba borracho la noche que ella jura estuvimos juntos, pero jamás he quedado tan noqueado como para perder la memoria y olvidarme de mis acciones, se que no le puse las manos encima y que esta mintiendo.




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