Mi venganza contra el amor

Descubriendo la mentira

 

Aurora estaba en shock, se sentía acorralada, las miradas incrédulas y perjuiciosas de Carter y Miranda la hacían sentir muy pequeña, no sabía como las cosas se volverían en su contra en tan poco tiempo, su plan era comprar una panza de embarazo falsa de gola y colocárselas las veinticuatro horas, al tener recamaras separadas, no sería un problema mantener su mentira hasta que cupiera conseguir un recién nacido o fingir una caída y perderlo para así ganar la compasión de Hans o su remordimiento y amarrarlo a ella de por vida.

Pero su cuartada se estaba viniendo abajo, igual que un castillo de arena, no encontraba la manera de zafarse de esto, no existía ningún embarazo y de repente, se le ocurrió fingir un desmayo para zafarse de la situación y así ganar más tiempo para pensar que hacer

No podían descubrir que era una mentira y que, además, ella no podía embarazarse por qué era estéril.

—Aprovecharemos a visitar un ginecólogo, quiero estar presente cuando esa prueba salga positiva, además de que te pediré pruebas de ADN en caso de que si estes embarazada. —le dijo Miranda quien ya no la quería como nuera al ver cómo iba con su madre a metérsele entre las faldas a hablarle mal de Hans y quedar como una víctima, Miranda creía que Aurora sería capaz de cualquier cosa con tal de amarrar a Hans para siempre.

—Ay ya dejen a la pobre mujer en paz, parecen dos lobos acorralando a una oveja indefensa. —exclamó Héctor, pero al instante Miranda y Carter lo callaron.

—Tú no te metas, este es un asunto familiar. —este comentario hizo molestar mucho a Héctor quien apretó los dientes indignado.

—¡Yo también soy parte de esta familia! ¿o no?

Al instante, Aurora aprovechó y fingió su desmayo desvaneciéndose frente a ellos, Alice quiso evitar que callera al suelo, pero Carter la detuvo y al momento de que sus rodillas golpearon el piso, Aurora se quejo de dolor echando a perder su plan.

—¡Ay!

—Hasta para fingir eres tonta, ven acá, iremos al área de ginecología, tu sola haces que todo parezca muy sospechoso, acompáñame Héctor, deja de hacer pucheros como si fueras un niño, para ser parte de esta familia, hay que ganárselo con la lealtad, nosotros aborrecemos la traición. —exclamó Miranda mirando a Alice y después se fue con Aurora jalándola del brazo y con Héctor maldiciéndola por la espalda.

Una vez que se fueron, Carter se dirigió a Alice quien se miraba angustiada.

—No prestes atención a sus palabras, mi hermano no la tocaría ni para rasguñarla, él solo te ama a ti…—exclamó Carter tocándole el hombro.

—Estoy segura de que está mintiendo…pero l único que me importa en este momento es ver a Hans, creo que he sido muy terca, mi amor solo le ha causado desgracias, es mi culpa que este en esta condición, es verdad que lo amo profundamente, pero pareciera que este amor hace más daño que bien, tampoco creo que mi llegada te haya ayudado mucho, por mi culpa Hans y tú están distanciados, si yo no hubiera llegado a sus vidas quizás todo sería mejor, él podría intentar ser feliz en su matrimonio y tu no estarías en esta situación…—le dijo Alice con mucha tristeza, pero Carter no dejo que siguiera hablando.

—No, las cosas se han dado así por la maldad de muchas personas y en eso me incluyo, no debí obligarte a seguir con nuestro contrato, jamás debí hacerte sentir culpable por el amor que le tienes a mi hermano, él llegó a tu vida mucho antes que yo, vivieron su amor a la medida que los obstáculos se los permitieron, las circunstancias simplemente los separaron, pero eso no quiere decir que no puedan estar juntos.

—Carter…

—Perdóname por haber sido tan déspota y cruel con ustedes, no se en que momento mi orgullo y mi deseo de venganza se volvió más fuerte que mi amor por Hans, créeme que no deseo nada en este mundo más que verlo feliz y tú eres su felicidad, voy a liberarte de nuestro contrato, ya no voy a ser partícipe de su separación.

—Pero…tu venganza…

—No es necesario esclavizarte a mi lado para cumplirla, en este tiempo me he encariñado contigo, se que has sufrido mucho, no te mentí cuando te dije que quería protegerte, has sido mi confidente y mi amiga, eso ha sido mejor que la venganza para mí. —Carter abrazó a Alice con fuerza y así duraron unos minutos, su cariño era mutuo, limpio y sincero.

 

 

 




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