Mi venganza contra el amor

Descubriendo la mentira 3

 

Los ojos de Aurora se abrieron de golpe, de par en par al momento de ver al médico que la atendería, el doctor William Sullivan, el medico que la había atendido cuando le diagnosticó que era estéril, el mismo que mantenía una comunicación con su madre, pues esta creía que él podría conseguirle alguna mujer que quisiera donar su ovulo o dar en adopción algún bebé para que en algún futuro su hija pudiera ser madre, Sullivan se sorprendió al verla pálida y temblorosa.

—Señorita Aurora ¿Qué la trae por aquí? Que sorpresa… —exclamó incomodo.

—¿La conoce? —preguntó Miranda de manera intimidante.

—Eh, si, hace algún tiempo fue mi paciente, aun mantengo comunicación con su madre.

—Vinimos aprovechando que esta por irse a descansar, necesitamos que le haga una prueba de embarazo a mi nuera, ella afirma que esta embarazada, pero queremos cerciorarnos, ya que alega que tiene tres meses y me preocupa que no se le vea la panza.

—¿Qué? Pero…ella no puede tener hijos, es estéril. —exclamó el doctor confundido y añadió. —¿estás segura de lo que dices?

—¿Estéril? Jajaja, por favor, ¿no se estará equivocando doctor? Ella jura que esta esperando a mi nieto, hace un rato casi se desmalla ¿o no es así Aurora?

—¡Es verdad! ¡Estoy embarazada! El doctor Sullivan me dijo que era estéril, pero se equivocó, no supo hacer su trabajo, otro medico que dijo todo lo contario yo nunca fui estéril…

—Pero hicimos estudios y todo confirmaba el hecho de que usted no podía concebir hijos.

—¡Mentira! —gritó Aurora con desesperación.

—Por favor hágale un ultrasonido vaginal, así nos quitaremos todos de dudas, quien sabe, a lo mejor estamos presenciando un milagro ¿o no Aurora? —exclamó Miranda con ironía.

—No…

—Por mí no hay problema, soy uno de los mejores médicos de este hospital, jamás me he equivocado en mis diagnósticos, por favor pase a cambiarse, su bata estará en ese baño. —le dijo el doctor muy molesto.

—¿Qué?

—Apúrate Aurora no tenemos toda la noche, mi hijo se esta recuperando gracias a Dios, en cuanto despierte y se sienta mejor quiero darle la buena noticia, así que muévete.

—Yo esperare afuera, creo que es muy privado. —dijo Héctor incomodo y en cuanto salió del consultorio, se recargó en la puerta temeroso.

Maldita vieja… ¿desde cuanto da tanto miedo? Es una despiadada, gracias a Dios no soy Aurora…

Aurora se puso la bata y muy lentamente casi tambaleándose se subió a la camilla y se colocó en posición para que le hicieran el ultrasonido, estaba llorando aterrada, ya no podía seguir manteniendo su mentira, efectivamente, ella estaba vacía, no había ningún bebé dentro de ella y jampas lo habría.

—Se lo dije, ella es estéril. —manifestó el doctor mirando a Aurora con enojo.

—¿Ya te quedaste muda víbora? ¿Qué otras mentiras me vas a decir? Maldita mitómana no sabes el gusto que me da verte llorar de rabia, así debe ser, las brujas como tu deben estar temblando ante una mujer como yo.

—¡Lo hice por desesperación! ¡Estoy enamorada de su hijo desde que lo vi por primera vez! ¡él me obligó hacer esto! si me hubiese amado no habría inventado que estaba esperando un hijo ¡es su culpa! ¡yo solo no sabía como hacer que me amara!

—¡Cállate enferma psicópata! ¿Qué vas a saber tú de amor? No lo conoces, no sabes ni lo que es amor propio, mucho menos sabes como querer a alguien, maldigo el día en el que obligué a mi hijo a casarse con una basura como tú, de eso es de lo único que me arrepiento, con estas pruebas será más fácil que mi hijo se divorcie de ti.

Aurora corrió y se arrodillo delante de Miranda y le suplicó que no le dijera nada a Hans, le rogó llorando que mantuviera su secreto.

—¡Por favor suegra! ¡no le diga nada de esto! Le juro que seré la mejor esposa del mundo, no volveré a engañarlo…no quiero separarme de él.

—¿Cómo te atreves a pedirme que sea tu cómplice? ¿crees que soy la escoria de tu madre? Mírame bien maldita, hoy mismo le ordenaré a la servidumbre que saque tus cosas de la casa de mi hijo, tienes prohibido poner un píe en esa mansión, no te extrañe que pronto te llegue la notificación del divorcio y si te atreves hacer algo perjudicial en contra de mi familia, te juro que te mato ¿entendiste?

—¡No! ¡por favor! ¿Qué va a decir de mí la gente?

—¡Que digan lo que quieran! ¡tu reputación no me importa!

—¡Pero suegra!

—¡Deja de llamarme así! No te atrevas aparecerte delante de mi hijo, lo ultimo que quiero es que vea tu espantosa cara, ya te lo dije, pronto los abogados te quitaran nuestro apellido, ve a llorar alas faldas de tu madre alcahueta y dile que si la veo merodeando donde no le incumbe me asegurare de que jamás olvide por que las personas me tienen tanto miedo.

Hola hermosas, espero les haya gustado el capítulo de hoy, las leo en los comentarios, que tengan un bonito día.

 




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