Restauración
Hans no podía creer lo que estaba escuchando, su mamá estaba muy cambiada, por un momento llegó a pensar que estaba soñando y que seguramente estaba teniendo algún tipo de alucinación por los medicamentos, incluso se pellizco, pero, aunque le pareciera irreal, esta era su nueva realidad.
—Ya sospechaba que estaba mintiendo, ubo una ocasión en la que me emborraché, tenía mucho dolor y rabia, me sentía perdido, no podía comprender como era que la vida me había separado de la mujer que amaba y ahora me la devolvía pero casada con mi hermano, estaba destruido al pensar que jamás volvería a recuperarla, me tomé botella tras botella y no podía ni ponerme de pie, Aurora usó eso a su favor para meterse en mi cama, y fingir que habíamos mantenido relaciones, al día siguiente desperté desnudo y con un dolor de cabeza insoportable, me sorprendí cuando la vi salir de la bañera, sonriente, asegurando que habíamos dormido juntos, me llene de rabia por que nunca la toqué, estaba seguro de que ni siquiera la había besado, por eso no me sorprende que haya mentido todo este tiempo, no se como iba a mantener sus mentira, está completamente loca.
—Debí darme cuenta de sus intenciones contigo desde el principio, es mi culpa que Carter y tú estén pasando por todo esto…ojalá algún día puedan perdonarme. —exclamó Miranda con la voz entre cortada.
—Mamá… ¿por qué decidiste apoyarme con el divorcio? Pensé que el mantener un matrimonio por insoportable que fuera era una prioridad para ti, para los intereses, me sorprende todo lo que me dices, me cuesta asimilarlo, no es que no me alegre, pero…jamás pensé escucharlo de ti.
—Solo quiero que seas feliz, no debí pedirte que te sacrificaras por el bien de la empresa, fue una tontería, no necesitas una esposa para ser exitoso y sobresalir como empresario o musico…aunque aun no estoy lista para verte dejar la empresa y emprender tu carrera como violinista, pero aun así, te apoyare en todo lo que emprendas, en todo aquello que te haga feliz, no importa si es de mi agrado o no, tu mereces vivir tu vida, eso debió de ser así desde el principio, pude ahorrarte muchos sufrimientos. —exclamó miranda avergonzada.
—Quiero estar con Alice, quiero intentar recuperarla, no puedo amar a nadie más, no me imagino a otra mujer en mi vida, se que parece complicado he imposible pero…la amo, más de lo que he amado en mi vida, es divorciada, es más grande que yo y se que eso no lo apruebas, pero ahora que he sobrevivido y la vida me ha dado otra oportunidad, quiero vivirla a su lado, si realmente quieres apoyarme, tienes que entender que no existe nada que pueda destruir nuestro amor, siempre buscaremos la forma de estar juntos. —le dijo Hans lleno de pasión.
—Por Dios hijo…que brillantes ojos tienes, por poco y me haces ir por ella y traértela aquí, ya se que estas enamorado, te destila el sentimiento por los poros y esa muchacha…ella también te ama, te confieso que nunca había visto un amor como el suyo, no lo entendía, creía que era un capricho, una obsesión o que solo estabas ilusionado por que parecía un romance imposible y eso te hacia aferrarte a la posibilidad de ganarle al destino, pero tu insistencia, tu añoranza, tu lucha…todo eso solo me indica que realmente encontraste el amor ¿y sabes algo hijo? El amor no se encuentra todos los días, solo aparece en nuestras vidas una vez, lo supe porque después de tu padre no volví amar a otro hombre, fingía que sí, pero solo era eso, una ilusión para tapar el enorme vacío que sentí desde la partida de mi esposo, eres afortunado de haber encontrado este tesoro, no te pediré que lo dejes ir, ya eres un hombre, un hombre joven pero capaz de tomar sus propias decisiones, eres el menor de mis hijos, aun te veo como un niño…pero ya no lo eres.
—Gracias mamá, no sabes lo que significan tus palabras para mí, aunque…mi hermano…
—Tienes que hablar con él, hubo un gran mal entendido, no sabes lo mucho que esta sufriendo por lo que te hizo.
—Fue mi culpa, si yo no hubiese traído esa arma…nada de esto habría pasado ¿en que estaba pensando? Pudo haber sido él quien terminara herido o peor…fui un idiota, no pensaba en lo que hacía, estaba furioso imaginando lo peor.
En ese momento, Carter le envió un mensaje a Miranda para decirle que ya estaba en el hospital, habían recibido la noticia de que Hans ya había despertado y estaban impacientes por verlo.
—Se que te mueres de ganas por ver a Alice, pero Carter necesita verte primero, tiene mucho que decirte.
Hans asintió con la cabeza y Miranda le dio un beso en la frente para despedirse de él.
—Le diré a Carter que pase, yo me quedaré con Alice en la sala de espera.
—Esta bien. —le dijo Hans con nerviosismo, también quería ver a su hermano, pero no sabia por donde empezar para pedirle perdón.
Tanto Alice como Carter estaban impacientes por ver a Hans, las manos les sudaban y el corazón le latía a mil por hora, Carter se moría de las ganas de reconciliarse con él, de comenzar a tener una relación con su hermano, pero al igual que Hans no sabía por dónde empezar.
Miranda llegó a donde estaban ellos y Alice y Carter hablaron al mismo tiempo demostrando su ansiedad y emoción.
—¿Cómo esta Hans? —preguntaron al unisonó.
—Está mucho mejor, estable y aunque débil, puede hablar y recibir visitas, esta ansioso de verlos a los dos, pero quiere hablar primero contigo hijo.
—¿De verdad? —preguntó Carter sorprendido.
—Ve, nosotras tenemos mucho de que hablar y no lo haré contigo viéndome.
—Esta bien, no me tardo, enseguida regreso. —exclamó Carter con nerviosismo y se fue a ver a su hermano.
Alice se sentía nerviosa al haberse quedado con Miranda y por un momento un silencio incomodo de creo entre ellas, pero Miranda por fin tomó la palabra.
—Lamento haberte ofendido y maltratado, no debí hacerlo, estuvo mal. —manifestó miranda con sinceridad.