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El amor siempre llega de maneras inesperadas, cuando menos lo deseamos, cuando sentimos que no lo necesitamos, el amor es un misterio que no tiene caso tratar de resolver, es mágico y poderoso, le da más fuerza al ser humano y lo vuelve casi invencible, el amor llega de muchas formas, según la que nos haga falta.
Carter y Hans habían llegado a la mansión de su madre, al verlos notaron que los dos se veían muy contentos.
—¿Qué se traen ustedes dos? ¿Por qué están tan sonrientes? ¿nos traen buenas noticias? Les preguntó Miranda tratando de sacarles la verdad.
—Hoy es un día para celebrar, trajimos una botella de vino, traigan unas copas, Hans les tiene grandes noticias. —externó Carter animado.
El corazón de Alice latía desesperado, quería escuchar que por fin Hans era un hombre libre, pero no se hacia muchas ilusiones.
—¿Por qué la cara de pánico Alice? Les dije que son buenas noticias. —exclamó Carter animándola.
—No es nada, jeje ¿Cuál es la buena noticia? —preguntó ella con nerviosismo.
—Estoy emocionado de avisarles que por fin soy un hombre libre, Aunque Aurora no quiso darme el divorcio, Carter logró que el juez me concediera separarme de la mejor manera, al no haber consumado nuestro matrimonio y ver todas las cosas que Aurora hizo para tratar de retenerme no me fue dificil conseguir la aprobación del divorcio, no le quedó de otra que aceptarlo, así que mamá, Alice….ahora soy un hombre libre.
—Felicidades hijo, por fin podrás rehacer tu vida con Alice y podrán ser felices. —le dijo Miranda mientras lo abrazaba.
Alice se sentía muy agradecida con toda la ayuda de Carter, gracias a su intervención ella y Hans por fin podían estar juntos, los ojos de Alice se llenaron de lagrimas y ella y Hans se abrazaron con fuerza.
—Ahora si no habrá nada que pueda impedir que tu y yo nos amemos. —le dijo Hans a Alice y los dos se besaron llenos de alegría, la esperanza por fin se asomaba en sus vidas.
—Gracias a Dios….—exclamó Alice entre lagrimas de alegría.
Aquella tarde, la felicidad llenó la casa de miranda y los corazones de toda su familia, Hans y Alice se encontraban solos en el jardín, caminado mientras se agarraban de la mano, el atardecer se veía especialmente hermoso aquel día.
—No puedo creer que ahora podamos estar juntos, se siente tan liberador que parece un sueño. —le dijo Alice a Hans con su voz suabe.
—Después de tanto tiempo y de tantas pruebas ahora estamos juntos otra vez, no te ibas a deshacer de mi tan fácilmente señora bonita. —Hans cargó a Alice de la cintura y le beso la mejilla, los ojos de ambos brillaban, estaban llenos de amor puro y sincero, deseosos de estar así toda la vida.
—Gracias por no renunciar a mí, por no rendirte conmigo, pudiste vivir tu vida y olvidarme, pero no lo hiciste, gracias a esa determinación ahora estamos aquí, con un futuro lleno de esperanza.
—¿Cómo me iba a olvidar de ti, Si te llevo grabada en mi pecho?
—¿Lo dices por el tatuaje de mis labios? Jajaja.
—Lo digo porque te amo, más que a nadie en este mundo.
—Yo también te amo Hans, tú eres el amor de mi vida. —le dijo Alice mirándolo fijamente mientras acariciaba su rostro.
—No sabes cuanto soñé por estar así junto a ti, sin escondernos, sin nadie que no lo prohíba, eres completamente mía y yo soy enteramente tuyo mi preciosa Alice.
—Hans…nunca volveré apartarme de ti, te amo infinitamente…
La felicidad no cabía en ellos, Hans estaba planeando pedirme matrimonio a Alice en tres meses, durante ese tiempo disfrutarían de su noviazgo a plenitud, no cabía duda de que tenerse el uno al otro era lo que necesitaban, Alice le contó todo lo de su familia y el deseo que tenia de volver hablar con ellos y Hans le pidió que la dejara acompañarla, quería estar con ella en todos sus momentos, no importaba que tan difíciles fueran, él siempre la acompañaría.
—No estas sola, yo iré contigo, todo saldrá bien.
—Gracias Hans, mañana será el día en el que vaya a pedirles perdón, no me esconderé más, ellos merecen saber lo que paso y yo también.
—Tus padres estarán felices de volver a verte.
Mientras tanto, Carter ya se había despedido de su madre, estaba caminando rumbo a su mansión, estaba feliz por su hermano y por Alice, pero también se sentía solo y ahora nuevamente su casa estaba vacía, pues, aunque estaban sus trabajadores, sentía que ya no tenía a alguien que lo esperara con una sonrisa como lo hacía Alice.
—Supongo que estar solo es parte de la vida, me hubiera gustado quedarme con rabito, pero se encariño más con su mamá que conmigo, debe ser por que trabaje mucho durante su estadía en mi casa.
Mientras Carter se aproximaba a su casa, los tacones afilados de una mujer le llamaron la atención.
—¿Carter? —la voz de Jena llamó su atención y volteó sorprendido al verla parada a unos cuantos metros de distancia de él, la recorrió de arriba a bajo con la mirada y si corazón se encogió alver su vientre abultado.
—Jena…¿Qué haces aquí? —le preguntó confundido.
—He querido buscarte…te juro que lo he intentado, pero no había tenido el valor de hacerlo, supe que lo que paso entre nosotros no fue planeado y que se trató del efecto de la droga que tu sirvienta puso en el vino que tomamos, pero…no he podio olvidarte, se que es absurdo pero…creo que mi corazón se enganchó de ti, intenté dejar lo que pasó en el pasado, pero cuando me determiné en hacerlo, las nauseas y los mareos llegaron, a las pocas semanas me hice una prueba de embarazo y…salio positiva…tengo un poco más de tres meses ahora…
—¿Embarazo? —Carter estaba en shock, no podía quitarle a jena los ojos de encima, especialmente de la barriga.
—No te estoy diciendo que te hagas cargo del bebé, yo he decidido tenerlo, no tienes que hacerte responsable ni nada…tu eres el único hombre con el que he estado desde lo que pasó con Thomas y Borg…se que tu eres el padre, sentí que tenía que decírtelo, en cuanto pueda si tú quieres podemos hacer una prueba de paternidad, pero como te dije, no tienes que hacerte responsable…