Mi venganza contra el amor

¿Una luz al final del tunel?

 

Carter no podía descartar la probabilidad de haber embarazado a Jena, se quedó en silencio por un largo momento y al verla llorar pudo ver la sinceridad en su rostro, desde que la conoció le pareció una mujer educada, elegante, bella y madura, no podía concebir que una mujer con su educación le mintiera, así que todavía en shock la miró fijamente y se acercó a ella y sin pensarlo, tocó su vientre y la vida de aquel bebé le llegó hasta el corazón como un pequeño choque eléctrico.

—Es nuestro bebé…—exclamó Jena conmovida.

—No sé qué decirte…pero si este bebé es mío, yo también quiero tenerlo…

Carter había pasado por muchas emociones en muy poco tiempo, no solo la impresión de haber encontrado al asesino de Luisa, si no el duelo de pasar a la siguiente pagina y soltar su recuerdo para poder vivir una vida plena donde solo él fuera el protagonista, la separación de Alice con quien se había acostumbrado a convivir y el tener que dejarla ir para ella y su hermano fueran felices, ahora recibe esta noticia impactante donde Jena segura que espera un hijo suyo, no solo lo dejo sin palabras, si no que su corazón aceptó muy bien aquella posibilidad.

—Bueno, solo quería que lo supieras, en cuanto tenga los resultados de ADN te los entregare o si prefieres puedes recomendarme un medico y lo haremos a tu manera, tengo entendido que ya podemos hacer una prueba de paternidad, solo pon el día y la fecha y podremos aclarar todas tus dudas, me gustaría que la hiciéramos lo antes posible…supe lo que Aurora intentó hacerle a Hans, me da mucha pena y no quiero que pienses que yo estoy haciendo lo mismo… —le dijo Jena con timidez.

—Hagámoslo ahora, me gustaría que lo hiciéramos hoy mismo. —exclamó Carter decidido y añadió. —¿está bien por ti?

—Eh, claro, hagámoslo ¿quieres que vayamos en mi camioneta o en tu coche?

—Yo te llevo.

Y así lo hicieron, Carter y Jena fueron a un medico que el tenía de confianza y les dio prioridad en atenderlos, una vez que el procedimiento estuvo listo, les entregarían los resultados en una semana o en diez días, Carter estaba muy nervioso, claro que quería formar una familia, pero nunca pasó por su cabeza que se diera de esta forma tan imprevista, aun así era un caballero y aunque no tenía claro si ese bebé era suyo o no, se comprometió ha mantener contacto con Jena para saber su estado y si iba necesitando algo.

—Tienes mi número, por favor mantenme informado de como te sientes, incluso si necesitas que te acompañe al medico o te compre algo para las nauseas o los antojos… —le dijo Carter con honestidad.

—Aun no sabes si el bebé en realidad es tuyo ¿y ya te ofreces a todo esto? Sabia que no me equivocaba contigo, eres un buen hombre, gracias por haber reaccionado de esta forma, tenia miedo de que me corrieras de tu casa o que no te importara lo que hiciera con mi bebé, pero Alice tenia razón, tienes un buen corazón, Gracias. —Jena se acercó y besó la mejilla de Carter dejándolo sorprendido, no esperaba esta acción por parte de ella, pero no le disgustó.

—Ya te lo dije, no creo que seas como Aurora, o que me estes mintiendo, me alegra que entiendas mi situación y por todo lo que hemos pasado, esta prueba de paternidad solo terminará de aclararlo todo.

—Lo sé, pero eso no quita que seas un buen hombre. —le dijo Jena con una sonrisa y añadió. —te comparto que fui personalmente hablar con Alice y le pedí perdón por lo que sucedió, la vergüenza que sentía me impedía hablar con ella y disculparme, pero me explicó todo y se que ambos fuimos victimas de la maldad de esas personas, pero, aun así, siento que también debo disculparme contigo, la verdad es que me he sentido angustiada al pensar que mi reputación se haya manchado ante ti, aun me siento avergonzada contigo por eso me cuesta verte a los ojos. —exclamó Jena apenada.

—Nada de lo que paso fue tu culpa, yo también siento algo de vergüenza por todas las cosas que te hice, no dormi en varios días pensando que pude haberte lastimado o que de alguna forma me aproveché de ti, pero son culpas que no nos corresponden pues ninguno actuamos así por elección propia.

—Tengo que confesarte que desde aquel día no he dejado de pensar en ti, por alguna razón no puedo sacarte de mi mente, cuando supe que estaba embarazada de ti, tampoco me disgustó, si hubiera podido elegir a alguien para vivir en un matrimonio seguramente te habría escogido a ti y no a Borg, claro, si te hubiese conocido en ese entonces, a lo que voy es que, tanto a ti como a mí la vida nos ha pagado muy mal, solo quiero que sepas que si tu quieres podemos ser amigos, a mí me gustaría conocerte más y no lo sé…quizá sea bueno.

—Cuando quieras podemos tomar un café y platicar, no me molestaría ser amigo de una mujer tan valiente como tú. —le dijo Carter con amabilidad sonrojando a Jena.

—Ok…te lo agradezco.

—Te acompañaré a tu coche, no olvides llamarme si me necesitas.

—Lo haré, muchas gracias.

Todo estaba siendo muy sorpresivo para ambos. Jena y Carter no sabían que sucedería en el futuro, pero los dos querían tener a ese bebé, una vez que la despidió, él se llevó las manos a la cabeza y se sintió muy asustado, no sabia como su familia tomaría esta noticia, pero no les diría nada hasta que los resultados de ADN revelaran si era su hijo o no, mientras tanto la espera le era eterna, cada día, cada segundo su corazón se ponía más y más ansioso.

—Nunca me había sentido tan aterrado ¿tener un hijo? ¿yo? Por Dios…que locura…—expresaba Carter mientras le sudaban las manos.

El era un hombre intimidante, varonil y muy educado, parecía el líder de alguna mafia, pero se sentía tembloroso y aun así ya se estaba ilusionando.

Habían pasado siete días y Aurora se presentó en la mansión de Miranda, ella se encontraba lista para salir, pero su rostro se llenó de disgusto cuando la vio.




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