— ¿Por qué no puedes hacer nada bien?
No culpo a papá por regañarme de esta manera, acabo de arruinar su alfombra costosa y no creo que la pintura anaranjada brillante salga fácilmente.
Emily, mi madrastra me mira con un poco de pena pero obviamente cansada de mi presencia. Ella no es mala, pero no es más que una conocida para mí. No soy su hija y ella no es mi madre.
Papá se masajea las sienes. —Creo que… tal vez…
Dilo papá, sé que no te hace feliz que esté aquí contigo. Sé que odias tener que cuidarme y no estar con tu nueva esposa en Francia o quizás en Alemania. Dilo y terminemos con esto así puedo irme a leer el mismo libro durante toda la noche.
—Debería llamar a Julie.
Mi tía Julie es diez años mayor que yo y muchos años más joven que mi padre. Ella ha sido como una hermana mayor, una que si me quiere y me ha querido.
—Quizás una semana con ella te haría bien —propuso.
Al siguiente día empaqué mi ropa, libros, algunas fotografías y un par de juguetes en mi maleta. Luego de muchas horas en auto y sonrisas compadecidas de Emily, llegué a la casa de mi abuela.
Todos ahí eran diferentes a papá. Todos ahí me hacían sonreír y sentirme en casa, a pesar que no era mi casa. Todo ahí me hacía sentir como si realmente fuera parte de esta familia.
Papá habló en voz baja con los adultos mientras que mi primo Kyle se acercó a enseñarme un moretón que acaba de ganarse por pedalear muy rápido. Unos minutos después papá me abrazó por menos de cinco segundos y se fue.
Debería decir que esa semana se convirtió en una vida entera, pues papá me dejó ahí.
No me abandonó realmente. Me llamaba en ocasiones y sé que le manda dinero a mi abuela cada quincena pero, no es más mi padre. Ahora considero a mi abuelo mi padre y a mi abuela mi madre.
Él es… alguien. Alguien que dejó su pequeño pueblo para estudiar, usar su personalidad atrapante, buscarse un mejor estatus y dejar de ser un chico de Pearl Coast, para convertirse en un hombre de negocios.
Pero yo no encajo en su idea de vida perfecta.
Mi vida ahora no es mala, pero no es como me gustaría. Siempre pensé que al crecer iba a ser como el libro que encontré en el sótano, entre las pertenencias de mamá. Ella dejó un par de libros antes de morir y uno de ellos se convirtió en mi favorito.
Es una historia de amor en la escuela, un chico guapo y perfecto fijándose en la chica tímida y estudiosa. Ella a pesar de no ser extrovertida tenía muchos amigos, bailes escolares y una familia amorosa.
Yo solo pensé que al crecer, tendría algo así.
Pero ahora que estoy viviendo mi verano antes del último año, me pregunto si algo realmente puede cambiar. Estoy encerrada en la librería de mi tía Julie, trabajando con Kyle mientras la vida se me pasa afuera de estas puertas de cristal.
Veo a mí alrededor y me pregunto porque mi vida no puede ser como en los libros, ¿Por qué no puedo tener yo también un Ashton Smith como en el libro favorito de mi madre?
Kyle chasquea los dedos frente a mí. — ¿Soñando despierta otra vez?
Suspiro. — ¿Crees que si una persona desea algo con mucha fuerza puede ocurrir?
Kyle está ocupado ahora con su cabello, le gusta llevar un mechón delgado al frente. —Creo que no.
Arrugo la nariz, Kyle es como mi hermano honestamente. Es hijo de mi tío Gary y mi tía Pamela, quienes son nuestros vecinos.
—Chicos, ¿Les gusta como quedó el frente de la tienda? Es muy veraniego, ¿no? —la tía Julie pregunta.
Kyle resopla. —Julie, nadie realmente lee libros por diversión en verano, solo la gente rara.
Lo empujo con mi codo. —Yo leo libros.
Kyle sonríe. —Exactamente mi punto, yo estoy aquí porque es el único trabajo donde puedo tomar una siesta…
La tía Julie lo empuja suavemente en el hombro. —Nada de siestas, tienes que atender a los clientes.
La puerta se abre, los tres volteamos esperando algún cliente pero es solo Carter, el mejor amiga de Kyle.
—Hola —Carter y Kyle son tan distintos, Carter es lo que, el libro de mamá llamaría un “nerd” (una palabra tan anticuada) y Kyle es el chico misterioso y todo eso.
La tía Julie sonríe. —Hola Carter, ya llegó la segunda parte del libro que te gusta.
Carter abre los ojos y sonríe. —Genial, ah, eh, ¿puedo reservarlo? Yo, um, aun no tengo el dinero pero…
Kyle lo señala y sonríe. — ¿Quieres tomar mi lugar? Julie puedes contratarlo, ¿no?
La tía Julie lo fulmina con la mirada. — ¿Y qué vas a hacer el verano?
—Descansar, fiestas por ahí, dormir… no puedes obligarme a trabajar siendo un adolescente.
Ella rueda los ojos y regresa con Carter. —Si quieres puedes trabajar aquí, al menos tú si eres responsable y te gustan los libros.
Kyle bufa. —Genial, ahora sí puedo tomar una siesta ya que no soy tu empleado.
Carter sonríe como siempre lo hace con la actitud de Kyle y luego asiente. —En realidad estaba buscando un trabajo de verano así que, sí, por supuesto.
—Por mí está perfecto, trabajaste aquí en invierno y ya sabes cómo funciona todo, serás mejor que Kyle.
La tía Julie y él estrechan la mano, Kyle bosteza y yo miro hacia afuera mientras me vuelvo a perder en mis pensamientos. Vuelvo a pensar en el libro favorito de mamá, “Mi chico ideal” y pienso en lo mucho que me gustaría encontrar un Ashton Smith para mí también.
Carter se coloca a mi lado mientras ojea un libro de no ficción, uno de esos que seguramente son muy interesantes pero mi cerebro no puede con ellos. O quizás es solo que yo quiero romance en cada historia que leo con el fin de llenar mis vacíos románticos.
Carter me agrada y creo que le agrado a él también, aunque somos distintos y nuestras conversaciones son cortas. Digo, mientras que él puede pasarse horas investigando sobre la química cuántica, yo estoy ocupada actualizándome de los últimos dramas de las celebridades.
Pero debo darle crédito en el hecho que no es como mi primo, él no me molesta y solo me mira como si yo fuera… un cachorro, no sé.