Mi verano inexplicable

4

—Totalmente sano y salvo.

Carter coloca el libro sobre el mostrador luego que dejara sus cosas en la bodega y regresara para colocarse detrás del mostrador, a mi lado.

Volteo a verlo con las cejas juntas. — ¿Ya lo leíste?

Veo que tiene ojeras en su rostro un tanto pálido. —Se lee rápido, me tardé como cuatro horas.

Suelto aire por la nariz, impresionada de su compromiso con esta noble causa (mi vida amorosa) —Carter Collins, eres asombroso.

Carter sonríe, apretando los labios y puedo ver como sus mejillas se tornan levemente rosadas.

He visto a Carter sonrojarse varias veces, no solo por mí sino por cualquier persona que le da un cumplido. Su piel es bastante pálida pero con ese color natural, se ve tierno. Aunque no se lo he dicho jamás porque supongo que sería raro. Y ya soy bastante rara.

—Y ya tengo una lista de gestos y expresiones para comparar —toma su teléfono y busca algo en él—. Aunque el personaje no habla mucho de su vida personal realmente.

Me muestra una gráfica donde campara actitudes de Asher y de Ashton, hasta ahora ha marcado lo que le dije, del color, la canción, la manera de comer la pizza, su apellido y dar dos toques a la madera con los nudillos.

—Vaya estoy impresionada —afirmo.

La tía Julie sale de la bodega y Carter baja el teléfono, nos pide que ordenemos unos libros nuevos y se voltea cuando una familia entra, para atenderlos.

Carter y yo vamos a la caja, sacamos los libros y los ubicamos en los lugares correspondientes.

—Tengo que revisar esa lista, sacaste casi toda la información sobre Ashton —susurro.

Carter susurra. —Es la mejor manera de estudiar este caso, aunque me faltó marcar sobre su aspecto físico porque según el libro, también es rubio de ojos verdes, ¿verdad?

Asiento. — ¿Crees que sea posible? Digo, suena a una tontería.

Carter se asegura que la tía Julie siga ocupada antes de comentar en voz baja: —Estoy seguro que muchos inventos, avances y descubrimientos empezaron como una tontería.

—Ah… la fiesta —susurro—. No tengo nada que ponerme, no sé cómo debería vestirme.

Hace una mueca. — ¿No tienes nada?

Niego. —No voy a fiestas realmente, solo cuando tenía que acompañar a Kyle para mantenerlo controlado pero eso dejó de ocurrir a los catorce, ahora supongo que no son fiestas tan… pues, no sé, aburridas.

Carter resopla. —Pues no te preocupes mucho, te verás bien con lo que sea.

Elevo mis cejas. — ¿Lo crees?

Carter luce tranquilo, colocando los libros. —Sí, por supuesto, no me digas que no sabes que eres bonita.

Entorno mis ojos. La realidad es que me llevo bien con los chicos de la escuela pero no soy el tipo de chica que ellos invitan a salir, siempre me he considerado un tanto infantil y supongo que eso no es muy atractivo.

—Um, ¿crees que soy bonita? —Carter es tan relajado al decir este tipo de cosas, su confianza es sólida.

Carter junta las cejas. —Pues, sí, todos pueden ver que eres bonita Clarissa.

No sé porque pero viniendo de Carter no se siente como un comentario que paraliza mi corazón sino como si lo cubrieran con una mantita. Carter es un chico amable, lo ha sido siempre.

—Gracias —rasco mi hombro—. Pero hablo enserio, no creo que mi ropa sea lo suficiente para esa fiesta, tengo que verme bien y hacerle creer a Ashton que soy interesante.

Carter me voltea a ver como si quisiera decir algo pero no lo hace, termina de colocar el último libro.

Tomamos la caja y la dejamos a un lado para guardarla después, regresamos al mostrador esperando a que alguien más entre a la tienda para hacer nuestro trabajo.

Carter mueve sus ojos al libro que dejé en un pequeño espacio debajo de la computadora. —Es un libro entretenido —afirma.

Sonrío. —Es mi favorito.

—Lo sé —dice—, pero estaba buscando información en internet y realmente no parece ser popular, hay muy pocas reseñas y he visto publicaciones pero son de hace varios años atrás, ¿Dónde lo conseguiste?

Trago saliva, recordando el momento que abrí esa caja olvidada. —Ah, pues… estaba entre las cosas de mi mamá.

Carter no sabe mucho de mi vida, nadie realmente lo hace. Por supuesto que mi familia conoce sobre la muerte de mamá y como papá me ha dejado viviendo con mis abuelos desde que soy niña pero, no saben mis días solitarios, mis noches vacías y las comidas frías que papá creía que eran suficientes para mí.

—Tu mamá —no suena como una pregunta, solo está afirmándolo y sellando esa parte de la conversación.

Aclaro mi garganta. —Um, oye, ¿tienes algo que hacer hoy en la tarde?

Carter me voltea a ver confundido. — ¿Porque preguntas?

Bufo. —Tengo otra idea tonta y creo que si no tienes planes con Kyle y si realmente quieres ayudarme, puedes venir a casa y ayudarme a decidir que ropa llevar a la fiesta.

Carter suelta una pequeña risa. — ¿Yo? ¿Ayudarte? Hablas enserio, no soy necesariamente un experto en la moda.

Carter suele ser bastante práctico con sus atuendos, usa camisetas tipo polo y pantalones de mezclilla con zapatillas deportivas. Seguramente tiene unas cien camisetas de todos los colores.

—Pero eres un chico, me ayudaras a ver como una chica que los chicos creen que se ve bien —afirmo—. Si por mí fuera llevaría una camiseta y pantalones holgados.

Carter suspira viendo al frente. —Puedo ayudarte con una condición.

Recuesto mis codos sobre el mostrador. — ¿Qué condición?

—Que no te vistas para los chicos —pide—. Vístete para ti, con la ropa que te guste.

Sonrío. —Sé a lo que te refieres pero yo quiero verme bien, ¿me ayudas? ¿Por favor?

Asiente, un poco preocupado. —No sé si yo sea útil pero si me necesitas, estaré ahí, juzgando tus atuendos y fingiendo que sé sobre combinación de colores y todo eso.

La puerta de la tienda se abre de nuevo y entran varias personas que se separan para buscar libros cada una, nosotros salimos de la parte del mostrador para ir con ellos y atenderles.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.