—Bien, quédate aquí —le pido a Carter, en el sofá de arriba donde mi abuelo suele ver sus partidos de futbol.
Carter asiente. —Tomate tu tiempo.
Mentalmente he planeado algunos atuendos pero no sé si se verán bien o si serán lo suficientemente impresionantes para la fiesta.
Tomo el primero, unos pantalones de pierna recta con una camiseta rosada. Me coloco el atuendo y me veo en el espejo, me gusta como contrastan estos colores, espero que sea una buena opción.
Salgo y me siento un poco rara, me hace recordar a las veces que mis abuelos me iban a comprar ropa y me hacían mostrarles como me quedaba todo, para verificar que no fuera muy grande o que fuera cómodo para mí.
—Número uno —digo, alisando mi cabello con los dedos.
Carter mueve sus ojos a mí y sonríe. —Te queda bien.
Ruedo los ojos. —Carter, no puedes solo decir eso, tienes que criticarme un poco.
Suelta una pequeña risa. —Pero hablo enserio, digo, te he visto con esa ropa antes y te queda bien. Ese color se ve bien con tu tono de piel.
Hago una mueca. —Bien, ¿Del uno al diez cuál es tu calificación?
—Nueve —dice, sin pensarlo.
—Está bien, voy por el segundo.
Regreso a cambiarme, quitándome la ropa y ahora tomo una falda color vino y una camiseta negra, me muevo el cabello a un lado y salgo otra vez. Regreso donde está Carter, ocupado con su teléfono y aclaro mi garganta.
Me mira y en menos de un segundo escanea mi atuendo luego me sonríe. —Te ves bien.
Creo que Kyle tenía razón, Carter será amable sin importar lo que me ponga. — ¿Es mejor o peor?
—Ambos son lindos —afirma—. ¿Con cuál te sientes cómoda?
Bajo la mirada y toco la falda. —Con ambos pero, no sé, estoy nerviosa por verme bien.
—Ya te ves bien —dice, tranquilo.
Ruedo los ojos y me siento a su lado. —Eres demasiado amable, ¿sabías?
Sonríe, hoy no tiene su retenedor por lo que solo veo sus dientes rectos. —Eso dicen por ahí.
—Ah, tienes una buena reputación entonces —bromeo.
Carter asiente. —Eso creo, Kyle dice que soy el estereotipo de un chico bueno —mira hacia un lado—. ¿Un último atuendo?
Me levanto. —Está bien, pero sé completamente honesto, ¿sí?
Carter afirma con un gesto.
Voy corriendo a mi habitación por otro atuendo y luego tengo una idea divertida, solo para ver la reacción de Carter. En lugar de tomar prendas lindas, escojo una camiseta azul con algunas manchas de pintura que usé cuando ayudé a pintar la casa y mis pantalones de dormir, rojos con cuadros.
Salgo sonriendo, estoy curiosa por lo que sea que dirá.
—Aquí estoy —digo.
Carter me mira y sonríe automáticamente. —Ah, perfecto.
Me acerco mientras suelto pequeñas carcajadas. —Te dije que fueras honesto.
Carter se levanta, con un gesto de fingir que no está haciendo nada malo. —Y yo honestamente creo que te ves perfecta para la fiesta.
—Claro —digo—. Porque todos se enamoraran de mí en este atuendo.
Carter asiente. —Creo que sí, robaras todos los corazones.
Arrugo mi nariz. —Si voy así y se ríen de mí, será tu culpa.
Levanta sus manos al aire, rindiéndose. —Está bien, en ese caso, me gusta tu segundo atuendo.
—Gracias —digo.
Carter rueda los ojos pero está sonriendo. —Aunque este sigue siendo mi favorito.
Me dejo caer en el sofá. —Tus buenos gustos me sorprenden.
Él se sienta a mi lado también. —Um… sobre el libro, ¿Qué crees que Ashton Smith haría en una fiesta?
Hago una mueca. —Bueno, hay una escena, ¿recuerdas? Al comienzo, está con sus amigos y ve a la chica, la protagonista.
Esto es extraño porque, la protagonista y yo no somos iguales. En ese libro, ella llega porque está acompañando a su prima pero ella es tímida y odia las fiestas, aunque la describen como alguien que robó todas las miradas. Esa chica, Molly Jones, tenía el cabello rojo y ojos verdes. Yo no.
—Oh no —miro a Carter y abro los ojos—. ¿Y si en realidad Ashton no está aquí por mí sino por Molly? ¿Y si hay una Molly por ahí?
Carter intenta no sonreír apretando sus labios.
— ¡Oye! —Empujo su brazo—. Ya sé, estoy siendo ridícula.
Finalmente sonríe. —No pero es gracioso verte, eres tierna cuando te estresas por algo así.
Bufo. — ¿Te parezco tierna cuando estoy estresada?
Asiente, feliz de mi expresión. —Claro, cada vez que te estresabas por un examen o por el capítulo final de un libro y me decías, me parecías tierna.
Ruedo los ojos. —Que bien que mi estrés sea tu diversión.
Carter sigue sonriendo. —Hablando enserio, no había pensado en eso —entorna sus ojos—. Digamos que Asher si es Ashton, del libro. Puede que haya una Molly por ahí.
Y en ese momento, tengo una idea.
—Carter, ¿no crees que soy demasiado loca con esto?
Encoje los hombros. —Tal vez sí un poco pero, me estoy divirtiendo, ¿por qué?
Lo señalo. —Porque te necesito en la fiesta, conmigo.
Primero abre sus ojos y luego los entorna. — ¿Qué?
Veo sus mejillas pálidas enrojecerse lentamente. —Escucha, si hay una Molly en este mundo, tenemos que evitar que vea a Asher… que sería Ashton, ya sabe.
Él inclina el rostro, creo que el pobre Carter se está dando cuenta de lo infantil, delirante y rara que estoy siendo con todo esto. —Entonces, Molly podría ser una Mandy o una chica aquí, en la vida real.
—Si —digo—. Y tú tiene que hablar con ella, una chica que no luce como i encajara en la fiesta.
Junta las cejas. — ¿Yo? ¿Por qué?
Sonrío nerviosa. —Para evitar que Asher, digo, Ashton la vea. Ya sabes, que no… sea como en el libro…
Entre más hablo, más me doy cuenta de lo rara que estoy siendo.
Carter suspira. —Creo que puedo entender l que quieres decir.
Muerdo mi uña un momento. —Lo siento, soy… yo soy un poco, bueno, bastante extraña.
Carter se recuesta en el sofá. —Creo que si lo eres pero no importa, me caes bien.
Me recuesto también, giro mi rostro para verlo.