Estoy intentándolo.
Estoy intentando no frustrarme por la actitud de Asher, por cómo me invita a lugares y luego me deja a un lado. Por como siempre que me voy decepcionada, recibo algún mensaje de él y luego deja de contestarme.
—Hola —Carter se acerca a mi lado.
Le muestro una sonrisa. —Hola.
— ¿Te divertiste ayer en el parque de diversiones? —pregunta, organizando unos separadores que se muestran al frente.
Creo que sí me divertí pero no fue tan divertido como lo había imaginado al comienzo. Pensé que Asher y yo podríamos pasar tiempo juntos y aunque si estuvimos juntos por un momento, no fue más que para subirnos a los juegos sin poder conversar.
—Sí —es todo lo que digo.
Carter asiente, sonriendo. —Que bien, ¿Alguna nueva pista?
Hago una mueca. —No realmente, bueno… lo usual, supongo pero no creo que sea suficiente. Creo que todo esto es un fracaso.
Carter me sonríe pero no responde a ello. Sé que una parte de él debe creer que he pedido la lógica pero otra le obliga a ser amable como siempre. — ¿Sabes que es un verdadero fracaso? Yo bailando lento.
Junto mis cejas sin poder evitar que una sonrisa se forme en mis labios. — ¿Qué?
Suspira. —Mi primo se casará pronto y quiere que yo toque en su boda, también quiere que sea parte de una coreografía.
Sonrío genuinamente. — ¿De verdad? Eso es lindo, supongo.
Hace una mueca. —No lo es, digo, ¿Yo bailando? Ni siquiera puedo caminar sin tropezarme.
Suelto una risa corta. —No exageres, seguro lo harás bien.
Hace una mueca. —Eso espero porque no quiero arruinarle nada, no me preocupa tocar la guitarra, eso es algo que sí puedo hacer pero bailar…
Luego tengo una idea. —Oye, tú me ayudaste con lo de la fiesta y sigues ayudándome con lo del libro entonces, ¿No quieres que te ayude a practicar? No es como si yo fuera la experta pero podemos practicar, si quieres.
Carter eleva las cejas. — ¿Lo harías?
Me encojo de hombros. —Sí, supongo que sí, ¿ya tienes la coreografía o lo que se supone que tienes que hacer?
Asiente. —Sí es un video, yo lo tengo, digo, um, gracias.
Asiento también. —De nada, después de todo te debo muchas.
Carter niega, costándose en el mostrador. —No me debes nada, pero te agradezco que estés dispuesta a que te lastime los pies cuando me equivoque y me pare sobre ti.
Me recuesto también, nuestros hombros se tocan. —No creo que eso suceda, conociéndote, serás el mejor bailarín de la noche.
Carter gira su rosto y puedo notar lo cerca que estamos pero no me aparto. —si claro.
Le sonrío y él me sonríe a mí. He conocido a Carter por varios años y sé que siempre sonríe pero el día de hoy, en este momento, su sonrisa luce diferente en un buen sentido. Es como si, se le iluminara el rostro.
—Oye Clarissa —baja el tono de su voz—. ¿Quieres ir a la hora de almuerzo a ese restaurante que te gusta? —pregunta.
Es uno de comida rápida pero venden unas mini donas, Nuggets picantes y soda de cereza. —Sí, claro.
Carter asiente. —Bien, es un plan, supongo.
La campana suena avisando que hay nuevos clientes por lo que nos separamos pero mis ojos automáticamente van hacia Carter, quien ya está caminando en dirección a las personas.
Carter no es el chico que verías en la lista de los más guapos o populares de la escuela pero hay algo en él que lo hace diferente, especial. Incluso, mejor que muchos.
Mi teléfono me avisa de un nuevo mensaje, lo tomo para revisarlo. Por un segundo pensé que sería Asher pero en lugar de eso, veo que es “mi papá” con todas las comillas del mundo pues ese señor no tiene nada de una figura paternal.
“¿Necesitas dinero?”
Apago la pantalla y suspiro molesta. Odio tanto como solo me habla por obligación o para saber si estoy siendo una carga a mis abuelos.
Ni siquiera le contesto. Estoy cansada de esta dinámica entre nosotros, estoy cansada de saber que básicamente no tengo padres. Que mi madre murió. Que mi padre me rechazó.
Aprieto los dientes y respiro profundo, aguantando las lágrimas. Esto debería ser más sencillo, debería dejar de llorar por cada decepción pero no puedo. No puedo hacerlo.
En especial ahora que veo como un hombre toma de la mano a su pequeña hija. ¿Por qué yo no puedo tener eso?
Veo hacia la ventana y pienso en Asher. Asher me confunde pero sin duda ha sido lo mejor que me ha pasado en verano hasta ahora. He leído incontables historias de amor veraniego y romance adolescente. Yo también quiero eso.
Creo que al final, solo quiero ser como las demás personas. Quiero ser normal y vivir una vida normal. Quiero tener padres, quiero tener amigos y quiero tener un novio. ¿Es eso demasiado pedir?
Carter se acerca a la hora de almuerzo.
— ¿Lista? —sonríe, guardando sus manos en los bolsillos.
Asiento, aun sintiendo la pesadez que me dejó internamente el mensaje de mi padre. —Sí.
Saca una de sus manos y rasca su cuello. —Bien, vamos.
Carter y yo le avisamos a mi tía que regresaremos pronto y salimos, dejando que el calor del verano nos abrace los brazos y piernas. Él y yo vamos en silencio aunque no siento la necesidad de rellenar la ausencia de conversación.
En un momento, sus dedos y los míos se tocaron por caminar muy cerca.
—Lo siento —dice, apartando su brazo.
Le muestro una sonrisa tranquilizadora.
Carter se pasa la mano por el cabello y lo despeina un poco, dejando una punta pequeña levantada. Se ve de cierta manera tierno, pareciera una pequeña antena.
Carter me mira con el ceño fruncido y una sonrisa a medio camino. — ¿Qué pasa?
No puedo evitarlo, levanto mi mano y le acomodo su mechón. —Te despeinaste.
Carter termina de formar su sonrisa. —Gracias.
Carter me mira directamente a los ojos y esto es lo más extraño del mundo pues yo no quiero apartarlos.
¿Qué me pasa? ¿Desde cuándo pienso así sobre Carter? Carter es… Carter. No hay nada malo en eso pero me refiero a que, no es un chico que no haya visto antes, lo he visto casi a diario por muchos años de mi vida.