Mi verano inexplicable

11

Termino de comer lo que ha preparado mi abuela.

Kyle también, se levanta rápidamente y comienza a lavar los platos. Mi abuela lo mira con una expresión entre diversión y sorpresa. — ¿Y hoy porque tan atento?

Kyle sonríe. —Siempre lo soy abuela —responde—. Y porque voy a salir.

Ella rueda los ojos pero mantiene su sonrisa. —No me sorprende, eres como tu padre cuando tenía tu edad.

Mi abuela se levanta, seguramente irá a ver un programa de concursos que lo transmiten a esta hora y a ella le gusta bastante.

No han pasado ni tres segundos que mi abuela ha salido de aquí, cuando Kyle se gira con las cejas levantadas. — ¿Te estás robando a mi mejor amigo?

— ¿Qué?

—Tú te estas robando a mi mejor amigo —sonríe—. Carter me dijo que vendría aquí y no es por mí, es por ti.

Pongo los ojos en blanco. —Solo voy a ayudarlo en algo.

Bufa. — ¿En qué?

Me encojo de hombros e intento lucir relajada cuando confieso: —A bailar…

Kyle explota en risas. — ¿Qué tipo de baile? Clarissa, ¿acaso olvidas que siempre te tropiezas?

Chasqueo la lengua. —Eso no es cierto, además solo voy a ayudarlo a practicar una coreografía, nada más.

Kyle se masajea las sienes. —Ay, estoy en una encrucijada ahora.

Frunzo el ceño. — ¿Por qué actúas tan dramático?

Suspira. —Porque o eres muy tonta o… eres muy mala.

Abro los ojos, totalmente confundida y un poco ofendida. — ¿Por qué me dices esto?

Kyle camina hacia mi lado y cruza los brazos. —Porque tú… vamos, lo sabes.

— ¿Qué? —exijo, desesperada.

Suspira de nuevo. —Vamos, sabes que Carter está enamorado de ti.

Levanto una ceja. — ¿Qué? —Luego suelto varias carcajadas—. ¿Carter? ¿De mí? claro que no, no seas ridículo.

Kyle rueda los ojos. —Por favor, es bastante evidente además… lo conozco, mucho. Sé que él contigo… siempre ha sido distinto. Contigo él es diferente que con otras chicas.

Sigo sin creerlo. Puede que Kyle sí lo conozca mejor que yo y que sepa mucho más de su vida pero es obvio que no le gusto a Carter. Es mi amigo ahora, solo eso. Si yo le gustara a Carter, no me ayudaría con Asher, ¿no?

—Kyle…

Levanta las manos, rindiéndose. —No tienes que creerme pero, mira, a ti te quiero y a él también. A ambos. Solo… si no te interesa en ese sentido, no lo ilusiones, por favor.

Veo a Kyle examinando su expresión preocupada. Sé que Carter es su mejor amigo y sé que se llevan casi como hermanos pero no sabía lo mucho que le importaba Carter, tanto como para que piense que yo podría ilusionarlo.

—No lo hago —mi tono es defensivo.

Sonríe a medias. —Lo sé, no es tu culpa que le gustes a mi amigo… pero, ya sabes, los chicos somos tontos y sí él te da señales y a ti no te interesa, solo sé clara con él.

¿Carter me ha dado señales? No lo creo.

—Um, no creo que eso vaya a pasar —respondo—. Carter… sé que dices que lo conoces pero enserio, no ha pasado nada entre nosotros que me haga pensar que quizás le gusto.

— ¿Te gusta a ti? —pregunta directamente, sin rodeos.

Trago saliva. — ¿Qué? No, claro que no. Me agrada pero eso es todo.

Nunca he pensado en Carter como algo más que una amistad. Él no es necesariamente “mi tipo” y a pesar que sí considero que es lindo y tiene muchas buenas cualidades, nunca me he sentido por él como me siento por Asher.

—Está bien —Kyle asiente—. Me alegro que al menos estamos en la misma página.

Kyle se fue hace media hora y Carter ha llegado a mi casa.

Ahora que considero la loca posibilidad que yo le gusto a Carter examino cualquier pequeño gesto o acción.

—Tú abuela hace las mejores galletas de mermelada —se limpia las manos.

Aunque ya casi va a anochecer, el ambiente aún sigue sintiéndose caluroso y húmedo. Al principio pensaba que podíamos ensayar en la sala de arriba pero ahora creo que será mejor ir al aire libre.

— ¿Quieres empezar? Podemos hacerlo en el jardín —digo, no logrando verle a los ojos.

¿Por qué Kyle tuvo que plantear esa idea en mi cabeza?

—Claro, buena idea —se termina la última galleta—. ¿Dónde están tus abuelos?

—Arriba —acomodo mi cabello—. Um, viendo televisión.

—Bien, no quiero molestar así que pondremos la música baja, ¿bien? —sonríe.

Retiro mis ojos de su rostro. —Sí, aunque no importa, creo que no les importa porque tú eres Carter y no les molesta nada de lo que tú haces, digo, ¿desde cuándo le molesta algo que tú haces?

¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy hablando de esta manera tan tonta?

Carter suelta una carcajada. —Claro —alarga la última vocal—. Vamos entonces, ¿puedes con esos zapatos?

Bajo la mirada y ahora me siento mucho más tonta, tengo unas pantuflas de elefante. Las amo pero no puedo usarlas ahora y bueno, también siento un poco de vergüenza.

Aunque estoy segura que Carter me ha visto con estas antes.

—Ah, em, debería cambiarme.

Carter da dos pasos y se acerca. —Claro, o si prefieres esas está bien, protegerán tus pies de mis pisadas.

Subo la mirada y le sonrío, luego al notar sus ojos en los míos, los retiro. —Creo que sí tengo que cambiarme, ahora vuelvo.

Asiente y yo voy rápidamente a subir las escaleras.

Tonto Kyle, ¿Por qué ahora dudo cada segundo si ese chico que he conocido desde que soy niña piensa en mí como algo más que la prima de su mejor amigo?

No lo hace, sé que los chicos suelen ser diferentes cuando les gusta alguien. He visto a Kyle, por ejemplo. Los chicos buscan estar cerca de ti, te dicen millones de cumplidos y te ven a los ojos para…

Un momento.

Un. Momento.

¿Le gsuto a Carter?

Me quito las pantuflas tirándolas a un lado y tomo mis zapatillas deportivas rosadas, iba a salir pero me detengo y me acerco a mi espejo. Muerdo mi labio viendo como luzco ahora mismo.

Sin saber exactamente porqué, tomo uno de mis perfumes y rocío en mi ropa, luego aplico un poco más de desodorante para luego, acomodar mi cabello en una coleta de lado.




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