Mi verano inexplicable

12

— ¿Clide?

Escucho la voz de mi padre, esa voz que solo puedo escuchar unas tres o cuatro veces por año. Esa voz que algunas veces desearía olvidar y otras, desearía escuchar todos los días.

— ¿Papá? —pregunto confundida, ¿Por qué me llama así?

— ¿Papá? —repite—. Ah, ¡Clarissa! Ah, lo siento, debí confundirme. Tu nombre y el de Clide están juntos en mi agenda, lo siento. Tengo que dejarte, te llamo luego, adiós.

Corta la llamada y yo continúo con el teléfono sobre mi oreja.

Y aunque no quiero que me importe, mi mano tiembla. Me apresuro a controlar el movimiento y escondo mi brazo detrás de mi espalda.

Siento un golpe en mi pecho al darme cuenta que papá no me tiene registrada como “hija” sino con mi nombre.

— ¿Tu papá? —Carter es cauteloso.

Él no sabe toda la historia pero sí sabe que un día, me abandonó aquí. Sabe que no tengo mamá. Sabe que tengo una madrastra que podría ser mí hermana mayor.

Pero eso es todo lo que él y el mundo fuera de mi familia cercana sabe.

—Sí, se equivocó de número —dejo el teléfono sobre la cama—. Vamos, deberíamos empezar.

—Claro —asiente.

Yo tomo una de las bandas elásticas y se la doy. —No tienes que usarla.

Carter la toma y en ese momento, nuestros dedos se tocan. No es nada grande, es solo un roce rápido pero mi corazón pega un salto. Seguramente sigo alterada por la llamada de papá.

Eso es.

— ¿Cómo me veo? —pregunta.

Subo los ojos a él y de nuevo, mmi corazón hace algo. Carter siempre lleva el cabello peinado pero viéndolo así, con la frente descubierta y un poco despeinado me hace querer seguir observándolo.

Estoy actuando raro y tengo que detenerme.

—Bien —levanto ambos pulgares—. Mejor vamos, ¿no?

—Ajá —da un paso hacia atrás para que yo camine primero.

Muestro una sonrisa rápida y me adelanto, aprovechando que no puede ver mi rostro para apretar los labios y juntar las cejas. No sé qué rayos está mal conmigo hoy, demasiadas cosas han sucedido este día.

Bajamos y sin detenerme, camino hasta la parte de atrás.

Me siento agradecida que Kyle no esté aquí porque seguramente encontraría muchas oportunidades para molestarme y hacerme sentir tímida por Carter y su supuesto enamoramiento por mí.

Pero cuando me giro y lo veo, me doy cuenta que tal vez estar a solas con él no sea una gran idea.

Bien, detente Clarissa. Es solo Carter y no están a solas, tus abuelos están en la sala de estar.

—Es una coreografía larga pero nos turnamos con varias personas, yo solo aparezco un minuto. —Avisa, tomando su teléfono para buscar algo.

—Está bien —digo, aplastando el pasto debajo de mi pie.

—Es uno de esos bailes que hacen las personas, ya sabes, con música que la gente mayor suele llamar “música de verdad”

Suelto una carcajada. —El tipo de música de Kyle, ¿no?

Me señala y asiente. —Esa misma.

Carter se acerca y se coloca a mmi lado, tan cerca que su brazo y el mío se tocan. Me muestra la pantalla donde hay un grupo de personas practicando una coreografía con ropa deportiva.

Intento prestar atención pero bajo la mirada y veo lo cerca que su mano derecha y mi mano izquierda están. Si tan solo él la moviera un poco, estaría tocando mis dedos.

Abro los ojos.

¿Por qué estoy pensando en eso?

— ¿Lista?

NO. —Sí, vamos.

Carter coloca su teléfono sobre uno de los escalones y se quita la chaqueta de mezclilla. Se acerca de nuevo, colocándose frente a mí y aprieta uno de sus ojos. —Um, bueno, supongo que tengo que sostener tu mano…

Es solo una mano, la mano de Carter, no hay problema. —Sí —estiro mi mano y contengo la respiración.

Carter la toma y resisto la tentación de mover mi pulgar sobre el dorso, es solo que su mano es tan suave. Bien, es obvio que sería así, es del tipo de chicos que se aplica crema humectante porque es Carter y él hace ese tipo de cosas.

Incluso ha convencido a Kyle que lo haga, dice que los hombros también tienen que cuidar su piel.

—Debo darte una vuelta —anuncia, pero suena a que me está pidiendo permiso.

¿He bailado con alguien antes? Creo que no. Nunca he ido a ningún baile escolar y nunca he estado en ninguna boda antes, no creo haberlo hecho además de en esas noches cuando veo al techo y sueño despierta con escenas clichés imaginándome como una princesa en un baile.

—Ah, sí, tú hazlo —pido, tropezando con mis palabras.

Carter da un paso más cerca, levanta mi brazo lentamente y me mueve para que gire a la derecha. Lo hago, cerrando los ojos por unos segundos.

—Ahora… debería, um, ¿está bien si tomo tu cintura? —pregunta.

Asiento, porque no estoy segura que pueda si quiera hablar ahora.

Voy a matar a Kyle, me ha convertido en una boba frente a Carter cuando jamás me he comportado de esta manera. No sé porque lo estoy haciendo pero tampoco sé cómo detenerme. Como detener la manera en que mi corazón está latiendo un poco más rápido y lo difícil que se ha convertido respirar.

¿Por qué?

Carter coloca su mano sobre mi cintura, casi sin rozarme. —Ahora tenemos que hacer ese paso, el raro, como si estuviéramos en un baile antiguo.

Un paso a la izquierda, subiendo y bajando nuestras manos juntas, un paso a la derecha, con el mismo movimiento de nuestros brazos. Lo hacemos, lento al comienzo y cuando lo repetimos en el lado contrario, un poco más rápido.

—Una vuelta más —Carter afirma, elevando mi mano y girándome—. Y el paso tonto otra vez.

Lo hacemos y él se separa. Aún faltan algunos pasos más pero creo que hasta aquí él se recuerda y para ser honesta, no puedo ayudarlo con los demás porque no presté nada de atención.

Carter suelta mi mano para tomar su teléfono y revisar el video de nuevo.

Veo a Carter mientras toma su teléfono y no puedo detener mi mente de notar el color de su cabello y la manera en que brilla con esta luz, su figura alta y delgada, una pequeña cicatriz en su mandíbula.




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