—Espera aquí —pido antes de entrar a mi habitación.
Carter asiente y yo me apresuro a entrar para abrir la ventana, ordenar mi cama, rociar un poco de perfume y luego sentirme tonta por haber hecho esto. Enserio, ¿Qué estoy haciendo?
—Listo —abro la puerta de nuevo.
Carter pasa, deja la puerta abierta por la mitad. — ¿Leías el libro? —mira al colchón donde lo dejé hace un rato.
Me siento en el borde de la cama. —Ah, sí, lo leo cada vez que puedo.
Carter se acerca pero se mantiene de pie a un lado, le hago una seña para que se siente también y lo hace dejando un poco de distancia entre nosotros. Se estira para tomar el libro y ve la portada detenidamente.
— ¿Puedo confesarte algo tonto? —digo mientras él sigue con sus ojos en la portada.
Asiente, volteando hacia mí.
Señalo al libro. —Esos dos chicos de la portada, a veces me pregunto quiénes son y qué es de su vida ahora —afirmo.
La portada es de un chico y una chica tomados de las manos frente a unos casilleros rosados y azules, aunque no se les ve el rostro, solo se ve desde el cuello hasta las piernas.
—Ah entiendo —sonríe—. Eso me pasa a veces, veo algo de hace años y me pregunto dónde estarán esas personas.
Abro los ojos. —Espera, ¿de verdad? —Me acerco un poco más—. ¿No crees que es tonto?
Carter niega. —Claro que no, es interesante que puedas ver la vida así —afirma—. Creo que eres una persona con mucha curiosidad Clarissa, buscas respuestas y ves más allá de lo que tienes enfrente.
Trago saliva. —Gracias.
Carter deja el libro en medio de nosotros. — ¿Cómo te sientes ahora?
Sonrío levemente. —Mejor —aclaro mi garganta, tal vez rociar perfume no fue lo mejor porque me está picando la nariz pero al menos huele bien aquí—. Sí, mejor.
Carter sonríe de lado, ¿lo había hecho antes? Sí, seguro que ha sonreído de lado antes pero hoy se ve diferente.
Carter sigue viéndome así que rompo el silencio. —Um, entonces, tal vez después deberías darme un poco de esas vitaminas que te da tu mamá, odio enfermarme.
Sigue con esa sonrisa. —Claro, lo haré.
Y otra vez, no decimos nada, solo nos miramos a los ojos.
Mi teléfono vibra, obligándome a apartar la mirada y estirar el brazo para tomarlo, reviso la notificación y es otro mensaje de Asher.
“está bien”
Suelto aire por la nariz al leer esa corta respuesta, es un poco patético como me emociono cuando veo su nombre en la pantalla pero sus mensajes no son más que ordinarios.
Dejo el teléfono a un lado sin responderle nada más, ya no quiero que se tome tres horas para otro mensaje.
—No entiendo a los chicos —digo, viendo al suelo.
Carter suelta una risa por lo bajo. — ¿Ah, no? ¿Por qué? Soy un chico, creo que podría ayudarte un poco a entendernos.
Hago una mueca. —Ustedes siempre envían señales confusas.
— ¿Señales confusas? —Cruza la pierna—. ¿Cómo por ejemplo?
No quiero decirlo tal y como es, pero… —Asher me confunde —lo suelto—. Él me confunde porque no estaba esperando que yo le gustara pero a veces pienso que quizás tengo una oportunidad, me escribe mensajes y luego se tarda horas en responder y no es como si tuviera que hacerlo de inmediato pero, bueno, no lo sé.
—Tal vez solo sea malo respondiendo mensajes —se encoje de hombros.
—Tal vez —digo.
Carter levanta un dedo. —No sé qué decirte, no soy bueno expresándome pero lo hago mejor cuando escribo canciones y eso me recuerda a una que escribí.
Elevo mis cejas. — ¿Escribes tus propias canciones?
Asiente, sonriéndome. —Lo hago, déjame mostrarte una.
— ¿Por qué no la cantas? —me muevo un poco—. Ve por la guitarra de Kyle.
Carter arruga la nariz. —Kyle cuida mucho su guitarra, no creo que deba tomarla sin permiso además no soy un buen cantante, pero me gusta escribir —toma su teléfono del bolsillo y luego de buscar en él, me lo da—. Lo que me dijiste me recuerda a esto.
Leo las letras de su canción y aunque no sé cómo suena, me imagino una melodía con guitarra en mi cabeza. Es bastante buena, emotiva y me identifiqué en la parte donde dice: “Alcanzar las estrellas parece más fácil que tomar tu mano y lograr que abras tu corazón”
—Vaya —digo—. Esto es… realmente bueno, ¿tienes más?
Carter aprieta un ojo. —Sí, tengo más pero um, bueno, normalmente las escribo en mi cuaderno. Esa la escribí una noche pensando en, bueno, solo pensando en cosas.
—Me gustaría escucharte cantar alguna —aseguro—. Aun si no cantas bien, seguro cantas mejor que yo.
Sonríe de lado. —No cantas tan mal.
Bajo la mirada hacia el libro. — ¿Crees que obtendré respuestas sobre Asher? Siento que él es como un acertijo y no lo entiendo, no solo por sus señales confusas sino por cómo se parece realmente a este personaje, es todo tan extraño.
Carter recuesta una mano en el colchón. —Te seré honesto, creo que tiene que haber una explicación lógica para todo eso, algo que estamos pasando por encima y lo hemos estado ignorando.
— ¿Cómo qué?
—No sé —suelta una pequeña risa—. Como que también es el libro favorito de Asher y se ha asegurado de actuar como ese personaje.
Sonrío. —Sí, podría ser —entorno los ojos—. Aunque no creo que Asher lea realmente, además, si fuera así creo que se comportaría de otra manera.
Carter asiente.
Escucho pasos en el pasillo, veo hacia la puerta esperando a que alguien se asome, mi abuelo lo hace. —Ah, hola chicos —entra a la habitación empujando un poco más la puerta—. ¿Cómo estás Clarissa?
Que extraño, por unos minutos había olvidado que estaba enferma. —Mejor.
Me sonríe y luego a Carter. — ¿Kyle está afuera de nuevo?
—Sí —respondemos ambos.
—Me lo imaginé —le da una palmada a Carter ene l hombro—. Sigan hablando, solo vine a ver como siguió mi niña.
El abuelo sale de nuevo y yo sigo con una sonrisa, Carter se voltea hacia mí. —Eres como la princesa en esta casa.