Mi verano inexplicable

22

Ayer fue un día extraño.

Aparte del hecho que fue uno de esos días donde la lluvia llega repentinamente, mis sentimientos se presentaron de igual manera. Suceden tantas cosas al mismo tiempo que no me da tiempo de retomar el aire.

Cuando regresé a casa junto con Kyle y Carter, mis abuelos estaban preocupados porque llegamos empapados. Carter se quedó en la habitación de Kyle durante la noche y yo pensaba constantemente en la conversación que tuvimos en la playa.

También pensé en Asher, en cómo me invitó a esa fogata que ni disfruté y luego, se perdió en la playa con otra chica. Después de irme no me llamó ni me envió un mensaje. Realmente no puedo entenderlo, Asher me hace creer por un momento que siente algo por mí y luego demuestra todo lo contrario.

Y finalmente está mi padre. Va a tener otro hijo, o quizás una hija, y parece que esta vez sí siente emoción por ello.

Aunque cuando pienso en mi padre, pienso en lo que me dijo Carter.

Aún sigo en la cama a pesar que son las nueve de la mañana y sé que debería levantarme y bajar a comer algo, pero aun no tengo energía para eso. Miro la mesa de noche donde dejé el libro y lo tomo.

Creo que la vida ya me demostró que no soy la protagonista de ninguna historia. En todo caso, soy como uno de esos personajes que aparecen para hacer la trama más conveniente.

Esa chica, la que estaba con Asher y la que vi también en la fiesta, es probablemente la protagonista. Quizás ella está viviendo su historia de amor de verano mientras que yo solo me quejo una y otra vez.

Abro el libro casi por la mitad para leer:

“John se acercó a mí y me preguntó si me gustaba Ashton. No sé porque John quiere saberlo pero le contesto negando con la cabeza. John sonríe y luego, se aleja”

Frunzo el ceño. He leído este libro muchas veces, realmente demasiadas pero esta es la primera vez que noto algo diferente en la escena. John se acercó y le hizo esa pregunta, luego se alejó. Siempre pensé que era algo innecesario pero ahora que lo analizo, hay algo más.

A John le gustaba la protagonista.

Vuelvo a leer toda la página con mucha atención, ni siquiera a las tareas de la escuela les presto tanta.

— ¿Clarissa? —Kyle me habla detrás de la puerta, golpea dos veces.

— ¿Si? —Dejo el libro a un lado—. Puedes pasar.

Kyle abre la puerta y a diferencia de mí, él ya está vestido y yo sigo con mi ropa de dormir. — ¿Qué tal?

Asiento. —Bien, solo quería dormir —digo.

Kyle camina dudando hasta la orilla de mi cama, se sienta y mira hacia la ventana. —Um, ¿Ya vas a decirme porque estabas llorando? ¿Es por ese chico?

Niego. —En realidad no —hago una mueca—. Um, bueno… es solo algo tonto.

— ¿Qué es? —pregunta, tomando la esquina de la sabana y retorciéndola entre sus dedos.

Suspiro. —Solo vi algo, vi que papá va a tener un bebe con Emily y supongo que mis emociones se desbordaron.

— ¿Vas a tener un hermano? —Kyle abre los ojos.

—No sé —digo—. Bueno, supongo que medio hermano, o hermana, pero no se siente de esa forma. Pienso que ese bebé y yo no estamos relacionados realmente, aunque suene cruel.

Eleva una ceja. —No es cruel —baja los hombros—. No lo es.

Nos quedamos unos minutos en silencio, luego se levanta y junta las manos. —Um, ¿quieres ir a ver a Carter? —Abro los ojos, eso lo hace sonreír un poco—. Me refiero a, ¿quieres ir a la iglesia donde Carter suele tocar?

Bufo. — ¿Vas a ir a la iglesia?

Rueda los ojos. —Voy más seguido de lo que crees —se encoje de hombros—. Además me gusta ir ahí, creo que mi apoyo ayuda a Carter y nada, eso.

Sonrío. —Realmente lo quieres, ¿no?

Envidio su amistad.

Chasquea la lengua. —Bueno, sí, lo hago. Si pudiera me casaría con él pero las mujeres son lo mío, tienen tantas buenas cualidades si sabes a lo que me refiero.

Pongo los ojos en blanco. —Bien, Kyle, vete.

Me toma del tobillo. —Hablo enserio, ven conmigo. La abuela va de todas formas y no es como si tú no quieres verlo.

Resoplo. —No voy a ir solo porque según tú quiero ver a Carter —hacer eso en la iglesia se siente incorrecto—. Aunque, um, quizás lo necesito.

—Carter cree que no hay nada que Dios y un café no puedan arreglar —tira de mí una última vez antes de soltarme—. Así que levántate, vístete y prepararé tu café.

Asiento, moviéndome fuera de la cama.

Antes que Kyle salga de mi habitación, se detiene y me dice: —Si algo hizo bien mi tío fue dejarte con nosotros —sonríe levemente—. Eres como mi hermana y no quiero que no existas.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, abro la boca pero no sé cómo expresarle lo que siento. Es tanta emotividad, agradecimiento y mucho cariño. Kyle se gira, cierra la puerta y se va.

Tiene razón, si algo hizo bien papá fue dejarme en este hogar.

Carter toca la guitarra mientras dos chicas y un chico cantan, uno toca el teclado y otro la batería. Las personas en la iglesia entonan canciones con los ojos cerrados y otras con lágrimas deslizándose por las mejillas.

Intento no observarlas para incomodarles pero no puedo evitar preguntarme qué provoca esos sentimientos en ellos. Veo a muchos rostros conocidos pero no me imagino cuáles son sus problemas personas y eso solo me hace dar cuenta de lo fácil que es sufrir en silencio.

Como la madre de Carter o su papá, que están sentados casi al frente. Ellos fueron dos adolescentes perdidos y que seguramente perdieron la esperanza en su vida y en el futuro, pero ahora están viviendo vidas que lucían demasiado buenas para ser verdad.

La música termina y las personas suben al pulpito para dar algunos anuncios y luego sube una mujer que se presenta como la Pastora Rogers, es la esposa del Pastor de esta iglesia.

La escucho hablar sobre algo que me llegó al corazón, habló sobre la soledad. Ella dijo que algunas veces las personas esperan que siempre estemos felices y más cuando creemos en Dios pero la realidad es que todos nos sentimos solos y a veces abandonados pero esa no es la realidad.




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