El verano avanzó y está por terminar.
No volví a ver a Asher y eso está bien, después de todo conocerlo me quedará como un recuerdo interesante y un poco divertido. Además, todo eso de alguna manera me llevó a Carter.
Carter toma mi mano. —Kyle dice que paso mucho tiempo contigo.
Sonrío. —Creo que lo haces, ahora sí —respondo.
Nunca pensé que iba a encontrar a alguien como Carter. Hemos tenido conversaciones muy personales y sin darme cuenta, le he hablado sobre papá, sobre mamá y sobre todo lo que he guardado en mi corazón por años.
Creo que Carter es una de esas personas que son fáciles de abrirles tu corazón. Sabe escuchar, sabe darte consejos y sabe abrazarte para hacerte sentir mejor.
—Y creo que pasaré mucho más tiempo contigo en el futuro —afirma, sus mejillas se tornan rosadas.
Creo que esto es algo que me gusta de Carter, la forma en que sigue sonrojándose o sigue viéndose tímido cuando está conmigo. Me gusta porque puedo ver que realmente le gusto y que siente lo mismo que yo por él.
—Entonces —paso un dedo sobre su mano—, ¿listo para la coreografía?
Cierra los ojos, negando. —No me lo recuerdes.
Suelto una carcajada. —Pero sé que lo harás genial.
Carter me invitó para acompañarlo a la boda de su primo hace una semana. Me emociona verlo haciendo algo que no es común en él, como bailar.
—No me grabes, por favor —pide.
Me acerco a él para acurrucarnos. —Eh, lo haré, definitivamente.
Recuesta su cabeza sobre la mía. —Eres cruel —besa mi sien—. Pero muy linda así que te perdono.
Cierro los ojos para disfrutar de este momento a su lado. Siempre que estamos a solas recuerdo como eran las cosas entre nosotros hace unos meses y siempre me golpeo la frente (figurativamente) al darme cuenta que mi chico ideal estaba frente a mí.
— ¿Sabes? —hablo lento—. Ojala mamá estuviera viva, no sé porque pero creo que le caerías bien y bueno, me diría que está feliz por mí.
Carter suelta mi mano para rodearme con su brazo y abrazarme. —Me hubiera encantado conocer a tu mamá.
Y a mí, me hubiera encantado conocerla.
Mamá se fue cuando yo era tan joven que los pocos recuerdos de ella, se albergan en mi interior con un signo de interrogación. No estoy segura si son reales o si me los he imaginado porque desesperadamente quiero más de ella.
—Clarissa —me deja descansar sobre su hombro mientras acaricia mi cabello—. Te quiero, tanto. Mucho, demasiado.
Lo estrecho. —Y yo a ti, Carter. Te quiero.
Yo sé que la vida no es como en una novela romántica, como en una película taquillera o una canción de amor. En la vida hay problemas, hay dolor y lágrimas, perdidas y decepciones. Sé que en mi vida, pueden ocurrir miles de eventos que pueda poner en riesgo esto que tengo con Carter ahora, pero también sé que lo que siento por él es más real que la ficción y creo que por eso vale la pena luchar.
Mi vida no cambió cuando Carter me besó. Mágicamente mi padre no me llamó y me pidió perdón por lo que ha hecho, tampoco hizo que mamá reviviera y no me dio la vida perfecta pero es sin duda mejor llevar una carga al lado de alguien que sin pedirlo, te ayuda con ella.
—Me gusta abrazarte —digo.
Él suelta una pequeña risa. —Hazlo todo lo que quieras, no sabes cuánto he deseado estar así contigo.
— ¿Por qué te gusté? Según Kyle y tu mamá, te gusté desde que me viste.
Hace un ruido, quejándose. —No saben guardar secretos —suspira—. Pues, ¿Por qué? No lo sé, eras una niña bonita y no te conocía, me gustaron tus ojos y luego, con el tiempo solo… me gustabas más.
— ¿Cómo?
Mueve su mano a mi mejilla. —No lo sé. Poco a poco me gustabas más y más. Me gustabas cuando te reías, cuando ayudabas a tus abuelos, cuando te sentabas en la sala mientras llovía y veías la ventana. Hay mucho de ti que me gusta.
Mi corazón late con fuerza. —Lamento no haberme dado cuenta antes.
Ríe un poco. —No te preocupes. No te culpo, no intentaba nada realmente, solo esperaba que un día te dieras cuenta pero siempre pensé que estabas fuera de mi liga.
—No es así —muevo mi rostro para inhalar su aroma de la camisa—. Me alegra que ahora estemos juntos.
—A mi también.
Unos segundos después, escuchamos pasos en las escaleras. Me separo de Carter pero no tanto, solo hemos dejado de abrazarnos.
Aunque mis abuelos están felices que estoy con él, supongo que sigue siendo un poco incómodo que nos vean así.
Pero no es ninguno de mis abuelos, es Kyle. —La feliz pareja —saca la lengua—. ¿Ya terminaron de besarse? Necesito a mi mejor amiga.
Ruedo los ojos. —Cállate.
Kyle camina al sofá y se deja caer en medio de nosotros, me muevo para quitarme y Carter solo ríe.
—Eres tan inmaduro —murmuro.
Kyle niega, cruzando los brazos. —No me importa, Carter me quiere así, ¿no es así?
Carter lo empuja con suavidad. —Sí, sí, te quiero.
Kyle sube la pierna a la mesa, algo que a mi abuela no le gusta que hagamos pero Kyle es Kyle. —Si alguna vez, en un futuro muy lejano, muy lejano —repite—, tienen hijos, espero que lo llamen como a mí.
Chasqueo la lengua. —Ay, Kyle, ¿no tienes algo mejor qué hacer?
—No —suspira—. Esta es mi nueva actividad favorita, interrumpir su romance.
—Ahora tú necesitas una novia —Carter lo molesta.
—Tengo chicas —afirma, sonriendo de lado—. Y, ¿novia? Eh, no lo sé. Quizás algún día, quizás no.
— ¿Sabes? Actúas como si fueras un chico despreocupado pero sé que te has enamorado, Carter me lo ha dicho. Verónica a los trece, Mariana a los quince…
Kyle se levanta de un salto, coloca las manos en la cadera. — ¿Le cuentas mis secretos?
Carter lo señala. — ¡Tú le dijiste que me gustaba!
— ¡Y mira el favor que te hice!
—Pues no lo pedí —responde, sonriendo—. Gracias por ocultar mi secreto, Kyle.
Rueda los ojos. —Solo lo dije porque… sí. Fin, además están juntos, ¿Qué importa ahora?