Yo deseaba una vida normal, como cualquier otra persona. Lo malo es que nunca pasó, de nada sirvió desear algo que, aunque no quiera admitirlo, yo muy en el fondo sabía que jamás sucedería. Pero, ¿qué había de malo en tener un poco de esperanza? Exacto, no había nada de malo ni lo hay y creo que nunca lo habrá. La esperanza es lo que hace que queramos salir adelante , sin esperanza creo que no habría humanidad.
Sinceramente mi vida nunca fue la mejor, siempre viví bajo la sombra de mi hermana, mis padres nunca me quisieron. Más bien, creo que nunca fui una hija para ellos, sino que me tratataban como a una maldita sirvienta. A veces pienso que en ese momento mi vida fue como la de Cenicienta, sólo que tenía un padre y una madre y una hermana, que pocas veces se acordaba de mí.
Bueno, mi nombre es, mejor dicho era; Isabelle Bermúdez Castillo. Y yo les voy a contar lo "desgarradora" que fue mi vida hasta que pude saber quién era en realidad.