Mi Verdadera Yo.

Capítulo 1: Cambio Drástico.

Bueno, ¿por dónde empezamos? Sí, empecemos por mi familia...Mi padre se llamaba Hudad Castillo, fue un hombre estricto, malhumorado, violento y muchas cosas más...Mi madre se llamaba Angelina Bermúdez, sinceramente de ella no recibí ningún tipo de afecto, conmigo siempre fue como un ogro y cuando hacia algo mal, me golpeaba...Y mi hermana mayor, Genesis Alison Bermúdez Castillo, era sólo fue buena conmigo un tiempo, hasta que mamá y papá inculcaron todas las malas actitudes como el egoísmo, en ella. También la obligaron a tratarme como a una sirvienta, bueno, sólo al principio, porque después empezó a tratarme así por su cuenta.

Empecemos por el día en el que todo cambió: 26 de Abril del año 2005.

Ese día estaba muy caluroso y como de costumbre yo salí a dar una vuelta. En ese tiempo las calles no eran peligrosas, podías andar por ahí sin tener que preocuparte por algo.

Luego de la corta caminata volví a casa, pero me percaté de que ni mamá ni papá estaban en la cocina, como de costumbre.

-¿Mamá, papá?- Les llamé , pero ninguno contestó, así que decidí ir a su habitación. 

-Vamos, Hudad. Ya no podemos tratarla bien, ella no es...- Mi madre no termina de hablar porque mi padre la interrumpe.

-Calla, Angelina. Bien sabes que en esta casa está prohibido hablar sobre ello- Susurra - Dejaremos de tratarla como si fuera nuestra hija- Dijo dando por finalizada la conversación.

Yo no había entendido mucho de aquella conversación, ya que sólo tenía 8 años. Pero entendí la última parte.

Me fui a mi habitación para estar más tranquila, un momento y hablar con mi hermana, pero me encuentro con la sorpresa de que mi cama no estaba y tampoco mis pertenencias.

-Genesis, ¿qué ha pasado con mis cosas?- Le pregunto a mi hermana apenas apareció por el Marco de la puerta.

-Esta ya no es tu habitación- Es lo único que respondió, para luego irse. Y yo la seguí, hasta que llegamos con papá.

  • - Papá, ¿qué pasó con mis cosas?- Le pregunto en tono realmente preocupado.
  •  
  • - Dormirás en otra habitación- Respondió en tono indiferente.

 

-¿Por qué?- Me había dejado muy confundida.

 

-Porque yo lo digo. - Se dió la vuelta y se marchó de la sala, dejándome con Genesis.

 

-Ali, ¿tú ya no querías que duerma en el mismo cuarto que tú?- Lágrimas se acumularon en mis pequeños e inocentes ojos.

-Si...- Susurró y salió de la sala, la seguí con la mirada y encontré a nuestra madre sonriéndole, como nunca me ha sonreído a mí. Por unos instantes sentí celos, pero reprimi aquel mal sentimiento. Y fui a recorrer aquella casa en busca de mis pertenencias.

  • -Disculpe, ¿sabe dónde está mi nueva habitación?- Le pregunto a una sirvienta y ella me mira con lástima, pero asiente y me guía hasta...El sótano. Ahí distingo varias cosas que me pertenecen, como Black, un osito de peluche.
  •  

Esa noche lloré por mi soledad y la indiferencia de todos para conmigo. Intenté dormir, pero mis ojos no obedecían, entonces no concilie el sueño esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente, ni la siguiente. La cuarta noche mis párpados pesaban así que sólo me acosté y quedé profundamente dormida.

-Despierta, Isabelle. Despierta¡¡¡- Abrí mis párpados y me encontré con la mirada molesta de Angelina, mi madre.

-¿Qué pasa? Madre- Respondo frotando mis ojos.

-¿Qué qué pasa?- Suelta una risa sin gracia alguna- Lo que pasa es que tienes que servir el desayuno.

-¿Qué?-Exclamo sin poder creérmelo.

-Ya lo oíste, no me hagas repetirlo- Y comienza su andar elegante hasta la puerta de mi "habitación", la cual cierra con más fuerza de la debida.

  •  
  •  




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.