Así pasaron tres largas semanas, entre gritos, golpes, indiferencia, hambre y otras cosas.
- Isabelle- Me llama mi madre.
- Claro, muchas gracias - Me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa - Que linda sonrisa tienes.
- ¿Agua? - Insiste.
Sin decir nada salgo de la sala y voy directo a la cocina, tomo un vaso y le pongo agua del grifo. Vuelvo a la sala y le tiendo el vaso con agua a la señora, ella gustosa lo toma y me sonríe.
- Gracias - Le sonrío y me retiro , pero antes de irme totalmente de la sala escucho a la señora dirigirse a mi madre - ¿Cómo tiene trabajando a una niña de 8 o 9 años?
- Ese no es su problema - Responde mi madre sin alterar su tono de voz.
- Mi deber es cuidar de niños, así que sí, si es mi problema - La escucho levantarse - Le aviso que vendré pronto para llevarme a Isabelle - Camina de un lado hacia otro.
- Lo siento señora, no puedo permitirlo - Mi madre se levanta - Le pediré amablemente que se retire - Susurra mi madre, mejor dicho, gruñe.
- Me iré, pero dentro de poco me llevaré a Isabelle - Y sin más salió de la casa.
- Claro - Oí murmurar a mi madre antes de irme.
A la noche como siempre tuve que esperar a que mi "querida" familia comiera para poder comer. Tal vez estarán pensando; ¿qué clase de familia son? Bueno, la verdad es que no lo sé, cuando estábamos bien no pasábamos mucho tiempo juntos. Pero, bueno, después de tres largas semanas ya me he acostumbrado y sé que no es bueno acostumbrarse a las cosas, pero cuando aceptas que vivirás de una forma dices; esas cosas son irrelevantes.
Luego de comer las sobras me fui a dar una ducha, en el baño para empleados , que si soy sincera, apestaba como si allí hubiera un cadáver en estado de descomposición. Pero no me quedaba de otra.
Y así pasaron dos semanas más, pero con la diferencia de que ya no me golpeaban tanto.
Esas dos semanas estuve esperando a aquella señora, de verdad quería que fuera por mí, sin embargo, no dió señales de vida. Y porque ella no fue por mí tuve que ver algo que jamás me hubiese imaginado a mis escasos años; ver morir a alguien. Ver asesinar a una persona que creía incapaz de hacer algo así. Ese recuerdo atormentó mi mente por años, pero me vi obligada a callar y vivir atormentada.
Recuerdo:
- Estaba saciando mis necesidades , ya que a la mujer que tengo por esposa no le importan mis necesidades. Pero si las de otros - Dice mi padre con un tono frío e indiferente.
- No empieces a reclamarme a mí, porque ambos sabemos que nos casamos porque quedé embarazada de una hija tuya - Exclama mi madre.