Mi version de ti

7

-No volveré a beber nunca mas -gimotea Lila mirando el techo.

Las tres seguimos en la cama, sin rumbo aparente ni ganas de salir.

Lila tenia una resaca de cuidado, sin contar su remordimiento por haber perdido la oportunidad de patear el culo de Kevin.

-Ese tal Enzo se las verá conmigo -amenaza tapándose los ojos con la mano.

La luz era un taladro en su cabeza en esos momentos.

-Yo ya le he dicho lo que pienso -me recuerda Marina.

Sus palabras me habían ayudado mucho, ahora tenía los ojos bien abiertos.

-Es idiota, pero es que Kevin es tres veces mas idiota -resume Lila -. ¿Por qué nos rodeamos de idiotas?

-Oye ¿alguien sabe algo de Sol?

-Le he mandado un mensaje y esta bien, al parecer tuvo que irse.

-Si claro, seguro que Christian necesitaba mucho de su ayuda.

Las dos miramos incrédulas a Lila ¿Se había ido con él?

-¿Cómo lo sabes? -pregunto sorprendida

La verdad es que Christian era un bombón, un poco manos largas pero un bombón al fin y al cabo. Y un buen chico.

-Los vi irse.

-Estabas tu para ver algo Lila -salta Marina y nos echamos a reír las dos.

-Oye que no estuve toda la fiesta borracha -. Se hace la indignada y las dos le miramos con las cejas levantadas -. Lo juro -. Levanta la mano y enseguida la vuelve a colocar encima de sus ojos.

-No fue la única que se lo pasó bien ¿sabes? -insinúo dándole un codazo a Marina.

-Lo mío fue mucho mas romántico no me compares, Luis no es como su amigo -se defiende.

-¿Qué Luis? ¿El gay? -suelta Lila con su habitual tacto.

-No al parecer no es gay, estábamos equivocadas -aclaro.

-Tengo un radar para esas cosas, es gay hazme caso.

-Pues es un gay al que se le levanta conmigo.

-Pero que a un tio se le levante es como conseguir que me ponga cachonda, puro instinto.

-Bueno si es gay lo acabaré descubriendo.

-Amiga mía hay traumas que son para toda la vida -añade y Marina le aparta las manos de la cara sacándole un grito de dolor.

Me río por su pequeña venganza y por ver a Lila sufrir a causa de su descontrolado amor por el tequila.

-Oye ¿Cómo sabía Kevin donde estabas? -me pregunta Marina al cabo de un rato.

Recuerdo el enfado de Enzo por ese pequeño detalle, la verdad es que no tenía ni idea y tampoco me importaba mucho.

-Pues tan fácil como entrar en Instagram -nos aclara Lila -. Todo dios subía imágenes de la gran fiesta de Enzo, alguno enseñaría su edificio o algo así.

-Joder pues es un agente secreto si tuvo que revisar todas las imágenes hasta descubrirlo -rebato -. Además estaba el pin de las narices.

O tenía mucho tiempo libre o se estaba obsesionado con todo aquello.

-Pues alguien se lo dio -suelta Marina.

Antes de preguntar quien un nombre destaca sobre todos los demás.

-Chiara -gritamos las tres a la vez.

-Será zorra -brama Lila.

Estaba empezando a cansarme de que se metiera en mi vida, no tenía pruebas de que había sido ella pero no las necesitaba.

-¿La visteis en algún momento durante la discusión? -pregunto Marina.

Lo pensé unos segundos y me sorprendí al recordar que no la había visto desde que llegamos a la fiesta y estaba hablando con Enzo.

-Yo no -respondo.

-Con ese top que llevaba la habríamos visto, incluso yo que solo tenía un 10% de mi visión -señala Lila y tenía razón -. ¿Sabéis que creo? Que Enzo le dio una patada en el culo y se fue corriendo a buscar a Kevin. Pongo la mano en el fuego.

Sopese sus palabras un momento. Me hubiese hecho mi feliz saber que Enzo había despachado a Chiara, hubiese donado todo lo que tenía por ver ese maravilloso momento.

-Eso no quita que sea un capullo -puntualiza Marina.

Empezaba a cogerle verdadera tirria cosa rara en ella.

-No pero al menos es un capullo con buen gusto -zanja Lila.

Nos quedamos un rato mas acostadas en la cama, pensando cada una en vete a saber qué.

Mi cabeza no paraba de dar vueltas a lo mismo, la maldita Chiara.

Por su culpa Enzo y yo estábamos como estábamos.

Bueno, puede que no fuera por su culpa.

Enzo era un egoísta sin corazón y por mucho que me jodiera Chiara no tenía nada que ver con eso. Aún así me había fastidiado aquel momento en la barandilla y eso me quemaba mucho. Quizás si no hubiese pasado nada seguiría feliz creyendo que le importaba algo.

Cuando conseguimos reunir el suficiente coraje como para salir de la habitación, la madre de Lila nos había preparado un increíble desayuno. A su hija, además, le había hecho un batido de un color nada apetecible y un fuerte olor que según decía era la cura para cualquier resaca. Marina y yo preferimos no decir nada pero teníamos sería dudas de que aquello fuera realmente verdad. Parecía mas una pequeña venganza por haberse pasado con el alcohol. Confirmamos la teoría al ver como Lila casi acabó vomitando después de acabárselo.

-Tu madre es la ostia -murmuro mientras mi amiga intentaba recomponerse.

-¿Tú crees? -me rebate con tono irónico y los ojos llorosos.

-Lo próxima vez te piensas dos veces beber mas de la cuenta señorita -le riñe mientras se acaba su taza de café.

La madre de Lila era muy guapa. La típica abogada sexy y con fuerte carácter que había conseguido ser la jefa en un mundo de hombres. Con los mismos ojos que su hija y un largo cabello dorado podría perfectamente dedicarse a ser modelo. Le da un beso en la frente a Lila y se despide de nosotras.

Al mismo tiempo que sale su madre entra una radiante Sol fresca como una flor. Al parecer su noche había sido muy distinta a las nuestra.

-Buenos días queridas -saluda con una sonrisa radiante.

-Mírala que cara de follada que lleva, que envidia te tengo -espeta Lila.

Sol se ríe, coge un bollo de entre el buffet que teníamos y se sienta con nosotras. Apoya la mano en mi brazo y me mira con cara triste.

-Lo siento, si lo hubiese sabido no me habría ido -se disculpa y le doy un beso en la mejilla.




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