Delante de aquel precioso edificio empecé a sentir que algo iba mal. Puede que fuera la certeza de que lo que iba a encontrar ahí no me iba a gustar o el simple hecho de que estaba asustada.
Asustada por creer en algún momento que lo que había pasado entre nosotros era tan importante para él como para mí o quizás por el hecho de saber que mi relación con Enzo estaba muy cerca de finalizar. Si es que algún día empezó.
Entramos a trompicones en el edificio, como el conserje ya me conocía no me hizo preguntas ni intento frenarme, gracias a dios. Se habría comido todo el odio que guardaba para el dueño de la casa.
Javi nos esperaba fuera, como buen caballero junto con Marina y Sol. No había conseguido que Lila se quedara ni después de suplicárselo un millón de veces. Me di por vencida, puede que su presencia me hiciera sentir mas fuerte.
Toco el timbre y una tonelada de nervios se descargan encima de mi apretándome con fuerza el pecho.
Para mi alivio Enzo no tarda en abrir.
Lo primero que veo es su torso, desnudo. Llevaba el mismo pantalón de pijama que conmigo y una cara de haber acabado de levantarse. El pelo algo despeinado pero igual de perfecto.
-Si que tenias ganas de verme -esboza una sonrisa que me pone aún mas histérica.
Entro sin pedir permiso y sin responderle. Necesitaba ordenar mis ideas.
-¿Dónde están? -logro decir y pongo las manos en mi cadera.
Lila entra justo detrás de nosotros, cierra la puerta y se queda a una distancia prudencial.
Enzo me mira confundido, y segundos después su cabeza dormida une los puntos.
-¿Por eso estas aquí? -me recrimina molesto
-¿Cómo puedes ser tan hipócrita? ¿No te di lo que necesitabas y te fuiste corriendo a buscarlo con ellas verdad?
La mirada de Enzo pasa de molesto a enfadado. ¿Él ¿Se pensaba que tenía motivos para enfadarse?
-¿Desde cuando te tengo que dar yo explicaciones de mi vida?
Suspiro llena de ira, ni siquiera era capaz de responderle. Era tan evidente para mi que no entendía como el podía estar de esa manera. Tendría que estar intentando justificarse, pidiéndome perdón desesperado y no con esa chulería y esa indiferencia.
-¿Me estas vacilando Enzo?
Le miro tan desesperada que veo un atisbo de compresión en esos ojos grises. Pero solo durante un segundo.
-Me he acostado con ellas, si es eso lo que quieres saber -confirma y su sinceridad me pilla desprevenida.
-¿Dónde están?
-Duchándose -contesta y se dirige a la cocina.
Abre la nevera y saca una botella de agua, su pasividad me deja en shock. Me acerco a él y le miro directamente a los ojos.
-Eres un cerdo -Es lo que único que consigo decir.
-Kate ¿Qué quieres? -Deja la botella en la barra y me encara -Me las he tirado porque me ha dado la gana, porque soy una persona libre.
Trago saliva, no le faltaba razón pero ambos sabíamos que no era tan sencillo.
-Entonces todo lo que me dices, todo lo que me haces creer no son mas que mentiras ¿Es eso?
Enzo estaba irritado y seguía sin entender porqué, puede que por el numerito que le estaba montando pero si no era capaz de ver que tenía mis razones es que estaba completamente ciego.
-¿En que momento te he mentido? Me pediste que no me acostara con nadie de clase y eso haré pero no tienes derecho a pedir nada mas. ¿En que momento te he jurado amor eterno?
-Dios pero como puedes ser así -grito aguantando las ganas de echarme a llorar-. Lo que pasó ayer no significo nada para ti. Marina tiene razón, solo quieres acostarte conmigo.
-Si Katherine, es lo que quiero. Te lo he dicho un millón de veces pero tu problema es que no escuchas. Te crees que vas a llegar, enamorarme como en una película romántica y hacer que cambie -brama enfurecido -. Joder, no estoy enamorado de ti, no estas en un cuento de hadas en el que yo soy tu puto príncipe. No voy a cambiar porque me gusta como soy, así de simple.
-Te puedes ir olvidando de volver a acercarte a mi Enzo, te lo juro por lo que mas quiero -escupo cada palabra con odio y me dirijo a la puerta.
Veo a Lila que ya está abriendo la puerta. No ha pronunciado una palabra desde que ha entrado, cosa que me sorprende bastante.
-Spoiler, lo superaré -grita irónico mientras salgo dando un portazo.
Era un capullo, siempre lo había sido y siempre lo sería. La culpa era mía por dejar que se me olvidara.
-Kate tranquilízate -murmura Lila mientras bajamos por el ascensor
-¿Y tú para que has subido? -le echo en cara, enfadada.
Si lo único que iba a hacer era cotillear se podría haber quedado en el coche. Esperaba que me defendiera, que sacara ese carácter que sacaba cada vez que alguien me hacía daño, pero no, con Enzo todo el mundo desaparecía.
-No quería meterme, a fin de cuentas no creo que lo que te ha dicho sea tan horrible.
Pestañeo un par de veces y la miro boquiabierta ¿Se iba a poner de su lado? ¿Tanto efecto podía hacerle un tio bueno?
-No me mires así, Kate te lo he dicho miles de veces, si quieres tirartelo genial pero sino deja de sufrir por nada.
-Lila, estuvimos en el sofá y pasaron cosas ¿De verdad te vas a poner de su lado? Si eres tú la que ha querido venir.
-Porque pensaba que te había dicho algo más, que erais novios o yo que sé, contéstame a una cosa ¿Lo que ha dicho ahí dentro es verdad? Lo de que te ha dicho que solo quiere acostarse contigo muchas veces.
La rabia acumulada no me dejaba pensar. Sí, Enzo había sido muy explicito en eso pero no quitaba que su manera de comportarse me decía mucho mas que sus palabras.
-¿Y que mas da? -grito y salgo a toda prisa del ascensor.
Llegamos a la puerta del edifico y Lila me frena con las manos
-Entonces ¿Qué le estas exigiendo exactamente? Porque si yo no lo entiendo el chico menos.
-¿Tan guapo te parece que no consigues ni pensar con dos dedos de frente? -le grito mas alto de lo que pretendía -. Mira, no voy a seguir escuchándote defender a ese capullo, a fin de cuentas le entiendes porque sois igualitos ¿no?
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Editado: 02.08.2024