Mi version de ti

13

Convencer a mi madre de que no me encontraba bien había sido fácil gracias mis dotes de actuación. Aunque claro, por un dolor de cabeza no puedes pasarte el resto de la vida en la cama.

Así que después de tener suerte durante tres maravillosos días, el jueves ya me estaba levantando a las 7 de la mañana para que fuera a vestirme. Ni siquiera intenté fingir, sabia que no colaria.

No ir a clase me había servido de mucho. Los tres días enteros estando "mala" se habían convertido en mis días de reflexión. De hablar conmigo misma y poner en orden mis asuntos.

Con el uniforme puesto, mi coleta perfecta y la mochila colgando de mi brazo tenía claras tres cosas.

La primera, tendría que hacer las paces con Lila mas pronto que tarde. No iba a soportar esa mirada verde todo el día torturándome.

La segunda, Enzo Colloricchio no significaba ya nada para mi. Yo tenía asegurado el curso así que nuestro trato me la traía floja. En cuanto se acercara a mi le ignoraría lo mas descaradamente posible.

La tercera y mas importante, me iba a acostar con alguien.

Iba a cumplir 18 años y estaba harta de seguir ocultándome en mi caparazón. Después de conocer a Enzo me había dado cuenta de que mi miedo al sexo hacia años que había desaparecido. Lo que me paso hace tiempo solo era un mal sueño del que me acordaría siempre pero que no iba a permitir que me condicionara el resto de mi vida. Si con Kevin no llegue a nada no fue por miedo sino porque no me gustaba en absoluto. No era mas que el recuerdo de una niña de 14 años distorsionado con el paso de los años.

Enzo había sido un capullo pero al menos me había demostrado que con la persona indicada el deseo era todo lo que necesitabas. Solo me faltaba encontrarla.

Con eso en mente y la cabeza bien alta llegue al Colloricchio. Las chicas estaban en el mismo sitio de siempre y vi aliviada su alegría al verme llegar.

-Kate -me abraza Sol desesperada -Por fin has vuelto.

Marina se acerca y me da otro abrazo. Miro a Lila quien permanece quieta en su lugar juzgándome con esos ojazos.

-Espero que no vuelvas a creer que pongo por delante a un tio antes que a ti -exige apuntándome con el dedo.

-Lo siento -me sincero.

-Y yo, de verdad. Quise que vieras las cosas desde mi punto de vista y me olvide de ti, de que lo que para mi no es importante para ti si lo es y lo siento -me abraza consiguiendo casi quitarme la respiración.

Tenerlas de nuevo cerca era un bálsamo de felicidad. No me gustaba discutir con mis amigas ni ignorar sus millones de mensajes por el móvil. La vida sin ellas se volvía demasiado aburrida.

-Lila, puede que tuvieras razón en muchas cosas -confieso cuando se aparta -. Por eso lo de Enzo se ha acabado, no voy a sacar mas que angustia de ahí.

-Lo que tu decidas me parecerá bien -Es su respuesta y aunque no la noto muy convencida decido ignorarlo.

-Si me hicieras caso mas veces serías mas feliz -farfulla Marina con una sonrisa.

Al menos alguien estaba feliz.

Entramos a clase y reprimo las ganas de mirar alrededor buscando unos ojos ceniza que ya no me importaban.

Volver a la normalidad de las clases incluso me ponía contenta. La gente ya no hablaba de mi ni de Enzo, como si el tema ya hubiese cansado y los nuevos cotilleos fueran lo importante. Ni siquiera Chiara parecía prestarme atención. Había vuelto a mi tranquila y pacifica realidad.

Nos sentamos donde siempre en el patio y por fin reúno el valor para preguntar lo que tanto quería saber.

-¿Sabéis algo de Enzo?

Mis amigas me miran con una mezcla de pena y tristeza que consigue hacerme sentir tonta, pero ya había soltado la pregunta.

-Sigue yendo con Luis y su grupo, muchas veces se van a las gradas y nadie los ve. Supongo que irán a fumar o a meneársela yo que sé -aclara Lila.

Suspiro aliviada y enseguida me riño a mi misma. Me daba igual con quien estuviera o que hiciera con su vida. Al menos eso debía aparentar.

-Kate -susurra Sol y mira hacia una dirección.

Me giro por instinto e incluso a lo lejos los ojos de Enzo consiguen clavarse en los míos.

Esta de pie, al lado de Luis y Manuel, el chico que acompañaba a Cristian en la fiesta. Se ha quedado parado mirándome descaradamente. No aparto la mirada, no iba a permitir que se creyera que conseguía intimidarme.

Luis le da un golpe en el brazo y el le devuelve la atención. Se meten dentro del colegio y desaparecen.

Devuelvo la atención a mis amigas y noto como me tiemblan las manos.

Mierda ¿Por tenía que echarlo de menos?

-Al parecer ha sustituido a Christian -apunta Sol.

Y de repente una pequeña chispa se enciende en mi cerebro.

-¡Claro! Christian es perfecto -exclamo eufórica.

-¿Como? -pregunta Lila ante mi reacción

-¿Sabes donde esta ahora? -le pregunto desesperada a Sol.

-Emmm...hasta donde yo sé ahora esta con el grupo de Izan y estos. Se quedan cerca de la puerta de la entrada creo.

Me levanto como un resorte antes de que mis amigas puedan preguntarme algo y me dirijo a la puerta del colegio. Lila me sigue a toda prisa.

-Kate ¿Qué vas a hacer? -intenta frenarme pero la esquivo.

Giro la esquina y lo veo a lo lejos. Su mirada se posa en mi al mismo tiempo que los que le acompañan empiezan a susurrarle algo al oído.

Llego hasta su altura y les saludo con una sonrisa de oreja a oreja.

Estaba con Izan, el mas idiota de su clase, capitán del quipo de futbol de ultimo curso y ex novio de Lila. Les acompañan otros chicos que no consigo reconocer.

-Hola Christian -le saludo directamente para no perder tiempo.

-Hola Lila, cuanto tiempo -interrumpe Izan cuando mi amiga se pone a mi lado.

-Yo no estoy aquí, no existo para ti, soy un fantasma Izan -Lila levanta la mano tapando su cara.

El único chico del que Lila se había enamorado y el mas guarro de todo la ciudad.

-Hola Kate -me saluda con una media sonrisa el rubio de ojos marrones.




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