Un comienzo

Y así fue como unos meses después, a mediados de año, después de investigar y comparar precios en cuanto a escuelas técnicas, logré encontrar uno buena que no era cara, ya que no podía costearme mis propios estudios, así que mi mamá lo pagaría.

Me prepare unos tres a cuatro días antes del día del examen de admisión, si, ya sé, están pensando que si me había puesto estudiar cuando faltaba solo unos días, eso significa que no me interesaba estudiar, bueno tienen razón, en parte.

Y llego el día del examen, les juro que esa era uno de esas ocasiones en las que he estado más nerviosa en mi vida, fue como adrenalina pura.

Siempre escuche que ese era el "paso" más importante en tu vida, y tal vez lo era.

Cuando llego el profesor y entregó los exámenes, sentí escalofríos.

Logre contestar todas las preguntas, habían como 7 preguntas de matemática, felizmente fueron fáciles de resolver y los hice sin problema al igual que lo demás.

Fui la tercera o cuarta en terminar, pero me daba vergüenza pararme y caminar sola hasta el profesor, sí, mi estúpido miedo estaba en todas partes y me perjudicaba todo el tiempo.

Cuando el profesor comenzó a recoger los exámenes, me dio un alivio gigantesco, ya no tendría que seguir sentada en esta incomoda silla.

Felizmente recordaba como salir de ahí, salí lo más rápido que pude del aula, quise correr pero me pareció que me vería como una rara, 

además en el colegio me decían que corría como Naruto, nunca lo comprendí y creo que era mejor no hacerlo.

Así que camine lo mas natural que pude, grave error, estaba caminando como un robot escaldado, creo que lo de caminar "naturalmente" no se me da nada bien.

¿Cómo me di cuenta? Pues un chico más alto que yo, se estaba riendo detrás mio, al principio no creí que se estuviera riendo de mí, así que no preste atención.