Con el tiempo mamá conoció a un señor, Alfredo, muy buena persona, humilde, trabajador, educado, respetuoso, detallista, en fin, una maravilla de persona. Cuando mamá nos lo presento sinceramente no lo aceptábamos, no aceptábamos que mamá estuviera con otra persona ya que teníamos miedo de que la volvieran a tratar como papá la trataba y sinceramente también tenía miedo, miedo de que él fuera como los demás hombres y me hiciera daño así que no le dábamos tanta importancia a Alfredo y lo ignorábamos cuando venía a ver a mamá. Pasaron unos cuantos años de conocer a Alfredo y bueno, se fue ganando nuestro cariño, al parecer no era tan malo como yo lo pensaba, no es bueno juzgar sin conocer, trataba genial a mamá así que no veíamos ningún problema en aceptarlo ahora, después de cierto tiempo nos fuimos a vivir a casa de él, todo iba muy bien, mamá montó una tienda de antojitos con él, comenzaron muy bien las ventas, no nos hacía falta nada, ambos nos cuidaban, nos protegían y nos educaban, Alfredo iba a mi escuela cuando eran los eventos del día del padre, cuando daban mis calificaciones, cuando llegaba de la escuela nos preguntaba qué tal nos iba, nos daba de comer, nos atendía y hacia todas las cosas que un padre debería hacer, así que bueno, se ganó el título de padre, comencé a ver en él una figura paterna, y se lo ganó a pulso, mi padre nunca hizo esas cosas, ni siquiera se interesaba en ello, así que comencé a llamarle papá Alfredo, me sentía bien llamándolo así, me sentía bien al tener un papá realmente, se sentía bien tener a alguien que te cuide y te proteja como su mayor tesoro, se sentía bien ser la princesa de papá.
Y digo se sentía porque ahora mamá ya no está con mi papá Alfredo, ellos se separaron, mi papá Alfredo le falló, comenzó a tratarla diferente y bueno, uno revisando el celular de su pareja puede encontrar muchas cosas, ¿no?. Así que ahora le sigo llamando papá Alfredo porque jamás dejará de ser mi papá, él se sigue preocupando por nosotros y ha estado con nosotros en todo momento, seguimos hablando con él y aunque extrañamos vivir junto a él pues por el bien de mamá no podemos estar viviendo con él así que aceptamos cada una de las decisiones de mamá.