Bien, después de haberle confesado a mi mamá mi orientación sexual, conocí a varias chicas, sólo les platicaba de ellas pero jamás se interesaba en el tema, hasta que una vez conocí por Facebook a una chica, Eli, me pasó su número por medio de una publicación, comenzamos a charlar, nunca me imaginé que sería una parte muy clave de mi vida, hasta que un día charlando le dije que me gustaba y ella respondió que yo a ella también, ese día sin duda alguna fue el más feliz de mi vida, después de tantos problemas al fin algo había salido bien, había sido correspondida en el amor.
Pasó el tiempo y cada vez me era más interesante platicar con Eli, se iba convirtiendo en una necesidad para mí, y sin darme cuenta de ella comenzó a depender mi estado emocional, es decir, si no estaba bien con ella, nada en mi estaba bien, de la nada comenzamos a tener muchos problemas, ella comenzaba a ser distante conmigo y comenzaba a tratarme raro, parecía que un día me quería y al otro no, era muy confuso en realidad. Si ella me trataba mal yo me la pasaba llorando día y noche, pero si después de eso me mandaba un mensaje lindo, todo aquello feo que me hizo se me olvidaba.
Y es que es increíble como una persona con tan sólo un mensaje puede cambiar tu estado emocional, de feliz a triste y de triste a feliz.
Cada día todo empeoraba con ella, teníamos peleas a cada rato, ya no nos llevábamos bien, ya no nos entendíamos, hasta que un día ella realmente comenzó a tratarme como una mierda, me decía cosas hirientes.
Incluso una vez me dijo “sólo me serviste de diversión, no sirves para nada” y esas palabras que dijo hace tiempo, aún siguen doliendo.
Día con día me dañaba más hasta procrearme más inseguridad de la que ya tenía, mi autoestima bajo cañón, entones terminamos y comencé a sufrir depresión, y sí, mi estado emocional ya dependía más de ella.