Mi vida con escoliosis.

Capítulo 1: Una vida normal.

Hola, soy Anastasia Smith, tengo 17 años y hace unas semanas he comenzado a sentir unos horribles dolores, mi cuerpo está cambiando mucho y la verdad eso me preocupa mucho. ¿Mi vida?, Llevo una vida normal, no tengo novio, no me considero una persona atractiva, no siento que soy hermosa ni mucho menos. Físicamente no soy muy alta, soy ¿flaca? Y tengo ojos café.

Vivo con mis padres, Judith y Adriano Smith, tengo una hermana mayor llamada Abigail, ella tiene 19 años y un hermano menor llamado Austin de 15 años. Vivo en Albuquerque, Nuevo México. Estudio en East High School. Estoy en mi último año. Mi madre es una reconocida diseñadora de modas y mi padre es un famoso empresario, dueño de Entertainment and Marketing Companies Smith.

Mañana vamos a ir a Houston a visitar a mi tía Isabella y de paso iremos a un hospital que nos han recomendado.

Me levanto de la cama, me baño y hago lo que tengo que hacer, me pongo una ropa casual ya que voy para el colegio. Cuando termino bajo donde ya están todos en el comedor.

–Buenos días._ digo mientras me siento.

–Buenos días._ dicen los cuatro al unisono.

–Desayuna rápido que se te hace tarde._ dice mi padre

Me apresuro a desayunar porque me tengo que ir en bus hasta la escuela. Austin estudia en otro colegio y está en décimo año, y Abigail va a la universidad, pero ahora está de vacaciones y también hará un cambio de universidad.

En cuanto termino me despido de todos y voy afuera de casa, camino hasta la parada del autobús que se encuentra a una cuadra. Mi padre siempre ha querido ponerme un chófer, pero prefiero irme en bus como la gente normal.

En cuanto llega el bus me subo y me siento delante.

(...)

Cuando llego al colegio camino apresuradamente hasta mi casillero, entro unos cuadernos y saco lo que necesito, al igual que unos cuantos libros. Alguien pone sus manos en mi cintura, asustandome de forma brutal, cuando volteo, ahí, parada frente a mí se encuentra mi mejor amiga partiéndose de la risa.

Mi mejor amiga se llama Amaia Miller, tiene 17 años igual que yo, es un poco alta, flaca, ojos claros, cabello castaño con puntas de colores y toda una caja de sorpresas

La fulmino con la mirada y su risa va disminuyendo.

–Perdón, no quería asustarte._ dice entre risas.

Frunzo el ceño, en señal que no le creo nada.

Ella alza sus manos.

–Está bien, si quería._ dice ella.

–Te toca la clase de laboratorio, ¿cierto?._ le pregunto.

–Si, nos toca juntas._ dice y grita eufóricamente.

Doy gracias a Dios, ya que casi todas las clases nos toca juntas.

Nos dirigimos al aula de laboratorio. Al entrar veo a mi mejor amigo.

Luke Sanders, uno de los chicos más atractivos de toda High School. Tiene 17 años, tez blanca, ojos claros, cabello castaño, tiene a más de una babeando por él.

Corro hacía él y lo abrazo fuertemente, él ríe y me abraza.

–Te extrañé._ le digo.

–Pero me viste ayer._ dice él, burlándose de mí.

–Okay Sanders._ digo apuntándolo de forma acusadora.

–Ya, sólo bromeaba, también te extrañaba enana._ dice mientras intenta acercarse a mí pero yo me alejo rápidamente y hecho a correr por toda el aula.

En el camino choco con alguien y cuando levanto los ojos ¡Santa virgen de los traseros!.

Delante de mis ojos se encuentra el chico más popular y guapo de High School.

Nicolás Jones, malditamente alto, ojos claros, cabellera rubia y larga. Esos ojos tan penetrante me miran con molestia.

–Fíjate por donde vas._ dice grotescamente.

–¡Fíjate tú imbécil!._ digo antes de ponerme a caminar hacía mis mejores amigos.

¡Maldito engreído!, Como notaron Jones es todo un idiota.

–Te pasas Nico, te pasas._ bromea Amaia.

Río ante eso, cada vez que hago algo que a ella "le parece bien", siempre me dice eso.

–Muy bien al llamarlo imbécil._ dice Luke ofreciéndome el puño, lo choco con él y los tres nos sentamos.

(...)

Cuando pasan las clases los tres nos dirigimos a la cafetería.

En cuanto entramos vemos a las personas divididas según su grupo. Los populares, los nerds, los futbolistas, los basketbolistas, etc. Nosotros tres siempre nos sentamos solos, aunque mis dos mejores amigos sean populares, yo no lo soy tanto que digamos.

Soy reconocida por tener padre reconocidos, pero no me considero tan popular.

Cuando terminamos de desayunar nos dirigimos a nuestra siguiente hora, que por desgracia nos toca separados.

–Oye, mañana a tercera hora son las audiciones para el equipo de animadoras, dime que irás, por favor._ me dice Amaia.

–No puedo._ digo bajando la cabeza.

Mi mejor amigo agarra mi mentón y me alza la cabeza.

–Si puedes, haz practicado para esto, seguro que entrarás._ dice alentador.

Luke siempre me ha apoyado de un modo único. Es todo lo que necesito, pero esta vez no, sé que no lo lograré.

–No, sé que no lo lograré._ digo descartando toda posibilidad de hacer la audición.




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