11 años después.
Me encontraba sentada en la fuente del pueblo con un libro entre mis manos.
Que los chicos te digan "en cinco estamos ahí", te da chance de irte a bañar de nuevo, hacer la comida para la cena y sin embargo tiene tiempo de sobra.
Suspiré, siempre es lo mismo con estos pesados.
Subí mi cabeza mirando hacia el cielo, no puedo negar que la vista es hermosa a pesar de que ya este viviendo aquí por 11 años. El sonido de los pajaritos y la brisa moviendo las hojas de los árboles era simplemente mágico.
La brisa era muy fría tanto que me estaba congelando los dedos y es que ya se estaban acercando las fechas de navidad.
Unas risitas llamaron mi atención a lo lejos.
Dejé mi libro a un lado a un nivel de que el agua no le salpicará y se mojara.
Todos salían de la casa de Alan con tremendas sonrisas de oreja a oreja, Egan fue el primero en toparse con mi mirada.
Me miró con una sonrisita divertida.
Me levanté echa una furia caminando para cortar la distancia que nos separaban.
— ¿Cómo es posible que sean tan impuntuales si solo son chicos? —me detuve en medio de todos con las manos en forma de jarra.
— Primero que nada. Hola Keylei, ¿cómo te encuentras el día de hoy?— Alan se acercó con una sonrisa dándome uno de sus abrazos de oso.
— Es que así como ustedes las chicas se tardan tanto en arreglarse, nosotros también tenemos el derecho de ponernos guapos para usted pequeña damita— la voz de Roy se hizo presente acercándose a mi para darme otro abrazo—. Oh, es cierto, tu no haces nada de eso y por ello, eres rara.
Lo fulmine con la mirada.
— Eres un idiota Roy.
—¿Por qué tardaron tanto?— Pregunté.
Todos incluso yo, por instinto miramos a Harris, nos miró extrañado por un momento hasta que entendió por qué.
Tosió un poco dedicándome una sonrisa nerviosa
—Buenos días Coldwell, Espero te encuentres bien el día de hoy.
—¿Por qué todos te vieron a ti?— me acerqué a el con los ojos entrecerrados—. Acaso hay algo de lo que yo no esté enterada?.
—Estás en nuestro círculo amistoso y no sabes que Harris tiene novia Key? — dijo Jen, dándome palmaditas en el hombro, negando con la cabeza.
—¿Qué?— volví a mirar a Harris con los ojos abiertos como platos.
—Que decepción me acabas de dar Key.— dijo Egan como típico dramático que era, su mano estaba apoyada en su pecho como si estuviese dolido por lo que dije.
—Oh vamos, dejáis de ser tan idiota en tu vida Egan.— puse los ojos en blanco. Mire a Harris de nuevo susurrando—. Me traicionaste Harris.
—No te traicione Coldwell —susurró.
Harris se acomodó los lentes que se le estaban resbalando por el puente de la nariz, subió un poco más su mano a la altura de su frente deslizando sus dedos por su castaño cabello
—Solo que no te lo quise decir hasta estar seguro de que sea algo serio.
Me quedé callada por unos segundos, todos se miraban con complicidad. terminaron sonriendo todos como unos angelitos al mismo tiempo.
—Eso dolió Harris.
—Va a doler más cuando sepas que es más linda que tú key. — abrí mí boca sintiéndome ofendida.
Los demás solo miraban la escena haciendo lo imposible para no reírse.
—Lastima que Harris la conquistó primero que tú.
Sonreí victoriosa.
Egan dejo de reír al instante sacándome el dedo de corazón.
—¿Qué planes teníamos para hoy?— preguntó Alan cambiando de tema.
Todos nos giramos a verlo.
—Pues...—Jen hizo una pequeña pausa revisando su celular—, quedamos en ayudar a la abuela Luisa en la cabaña del lago— nos miro a todos mostrando la hora en su celular—. Y sin embargo estamos llegando tarde.
Todos nos quedamos quietos cuando nos mostró la hora.
—¿Se les olvidó eso?.
Era más que obvio que se les había pasado por alto, Egan y Roy decían cosas como: "Es cierto , hoy íbamos a ayudar a la abuela" o "No, ¿Cómo creés que nos vamos a olvidar de algo tan importante?".
Y cosas así por el estilo.
Al final después de escuchar tantas excusas, caminamos en al puente para llegar a la cabaña del lago.
Habíamos caminado un poco hasta llegar a nuestro destino.
—Abuela, estamos aquí— Alan tocó la puerta.
No hubo respuesta alguna. Alan volvió a tocar.
—Adelante.— una voz se escuchó al otro lado de la puerta, esa fue la señal para entrar.
Encontramos a la abuela sentada en la silla que estaba cerca de la enorme ventana. Ella nos miro a todos recibiendo nos con una enorme sonrisa junto con sus abrazos.
—Queridos, pensé que no iban a venir.
—Abuela, no nos íbamos a olvidar de ayudarla en desalojar las cajas y con lo que necesite— Alan se agachó para agarrarle la mano y plantarle un beso.
Me causó tanta ternura que había hecho pucheros inconsciente.
Luego de eso, la abuela me miró. Sentí un poquito de nervios, hizo señas de que me acercara hacía ella.
—Estas más hermosa y grande de lo que recuerdo keylei— abrace a la abuela Luisa. No voy a negar que me encantaban sus abrazos, eran reconfortantes tanto que quería que el tiempo se detuviera un poco más para seguir en sus brazos.
Solo sonreí.
—¿Cómo se han portado los chicos contigo hija?— Luisa me preguntó colocando sus manos suaves en mis mejillas y mirándome con cariño.
—Me han tratado bien abuela, no tienes que preocuparte por mi— agarre una de sus manos para brindarle calorcito.
—Te diré un secreto— ella susurro—. Eres mi preferida Keylei.
—Eso no puede ser— Jen apareció con dos cajas en sus manos y mirándonos a ambas—,te aprovechas porqué eres la única chica en el grupo y por eso te prefiere a tí— sonreí apenada, la abuela solo se reía a carcajadas.
—Eso es mentira, todos sabemos que el preferido soy yo— Egan salió de la cocina acercándose con una sonrisa espléndida. Menudo creído es este chico—. ¿Verdad que sí abuela?.