El camino fue tranquilo y silencio, dentro de mi estómago sentía la sensación punzante de ansiedad que no me permitía relajarme en lo absoluto. Jen estaba en el asiento de al lado con la vista clavada en la ventana y sin voltear se a verme ni por un segundo. Pensé que a podría ser que estaba igual que yo de ansioso o que está molesto por algo que hice que no logro entender aún.
Pero eso no es todo, en el asiento del conductor estaba Ana con su celular en la oreja hablando con la mía con tranquilidad pero con un tono de seriedad a la vez.
Intentaba calmarme pensado cosas que me gustaban pero la emoción era tan intensa que no me dejaba reconciliar la calma. Me giro a ver a Jen para pedir un tema de conversación ya que el silencio me estaba volviendo loca pero se me adelantó. Me encuentro con sus ojos encima de mí.
—¿Estás bien? —pregunta hechando me un vistazo de arriba a abajo.
Asentí dudosa.
El solo prefiere no tomarle tanta importancia y suspira, volviendo a tener la vista en la ventana.
Baje la mirada un poco desconcertada.
—Egan... —habla el.
—¿Si?.
—¿Egan ya sabe que te vas a ir?. —pregunta, con la vista en la ventana.
Me quedo callada, pues. Sabía como se iba a poner si le decía que no, se iba a molestar más de lo que ya lo está ahora.
—El... No sabe aún —admito, cerrando los ojos con fuerza. Pensé que diría algo pero paso todo lo contrario, no hubo respuesta alguna de su parte.—Pero se...— no pude pronunciar otra palabra más ya que otra voz me interrumpe.
—Keylei —dice Ana con la voz triste—. Lo lamento.
Rápidamente entendí lo que quiso decir, mi mirada bajo hacia unas manos sudorosas por los nervios que poco a poco fueron desapareciendo por lo que vendría después. Era un no definitivo, no pude hacer lo que tenía planeado para los chicos y para Luisa. Tome todo el aire que me permitían mis pulmones y lo expulse. Cerré los ojos sintiendo una pequeña decepción por todo.
No quise ver a Jen ni mucho menos a Ana, ¿que pensaran de mí?. Le prometí a Jen que le diría a Egan esto antes de irme y hoy es el día y no le eh dicho nada.
El tacto suave y tibio de la mano de Ana encima de la mía me saco de mis pensamientos haciendo que toda mi atención se concentrará en ella.
—Tranquila, todo estará bien. —dice ella con una sonrisa amable.
Miro a Jen pero el ni se inmuta a verme. Mire a Ana de nuevo devolviéndole una sonrisa amable.
—Gracias por intentar Señora Ana —digo agradecida por lo que hizo por mí.
—No hay de que agradecer, eres una gran chica —con eso, ella se gira y se concentra en manejar.
Después de eso el silencio reino todo lo que quedaba de camino a casa de mis padres. Ana se estacionó al frente de la casa y bajamos los tres del coche.
Me intento acercar a Jen con un poco de inseguridad pero lo importante es que lo hago ¿no?.
—Jen, podemos hablar un segundo? —pregunto mirándolo fijamente mientras que el, ni se inmuta ni por equivocación a mirarme.— Jen por favor quiero hablar.
—Al que deberías de hablarle es a Egan. —suelta cortante y sacando mis cosas para dejarlas en el suelo.
—¿Por qué solo con Egan y no con los demás? —vuelvo a preguntar. Ignorando el como me habló.
—Porque es él, el que a estado más pendiente de tí desde que llegaste —responde, girando se a mí con seriedad—. Y que no le hayas dicho nada y que solo lo hagas esperar no es justo Key. Y lo sabes.
—Lo se, pero...
—Pero no eres consiente de lo que haces y prefieres quedar bien tú, mientras que los demás que realmente te quieren tienen que sufrir por tus decisiones egoístas.
Quedé desconcertada al escuchar esas palabras, sentí que el piso se movía con brusquedad tanto que estuve a punto de perder el equilibrio.
Jen se mantuvo rígido, con la misma cara sería que tenía desde que entró al coche y sin ninguna pisca de arrepentimiento por lo que dijo.
—¿Tienes algo que decir al respecto? —pregunta él.
Negué con la cabeza.
—No.—admito.
El mira sobre encima de mi cabeza el lugar y vuelve a clavarme la mirada.
—¿Vas a hacer algo al respecto al menos? —pregunta en un tono casi suave como si quisiera escuchar algo que arregle todo esto.
—No. —respondo con la cabeza gacha.
—¿Es enserio Keylei?. Esperaba al menos que fueras un poco consiente de lo que estás haciendo pero... parece que el iluso fui yo al creer que hablarías así como me lo contaste a mi madre, a Luisa y a mí con los demás.—dice decepcionado.
Con eso Jen se retira, alejándose de mí y dejándome ahí parada como tonta sin saber cómo reaccionar. Simplemente lo veo desaparecer por la puerta.
Decido calmarme y no romper a llorar por lo sucedido. Miro mis cosas en el suelo y las agarro para entrar a esa puerta.
Lo primero que veo al entrar es a mi papá con una sonrisa y acercándose a mí con un abrazo y ayudándome con las cosas. Miro a mi madre que estaba hablando con Ana y con Jen, agradeciéndole por todo.
—Estas aquí hija —habla mi papá contento—. ¿Cómo has estado esos días en casa de la familia de Jen?.
—Estuvieron bien —admito. Sin tanto entusiasmo.
¿Quién lo estaría?. Es la verdadera pregunta.
—Cariño. Gracias por venir —agradece mí mamá, envolviendo me en sus brazos y plantamdome un beso en la mejilla.
—No hay de que agradecer —susurro—. Buscaré las maletas para estar lista.
Ella solo asiente con una sonrisa y yo me voy por las escaleras para ir a mi habitación.
Entro a la habitación hechandole un vistazo de arriba a abajo. Busque las maletas debajo de mi cama y subiendo las a la cama después de sacudir las.
Hasta que unos toques en la puerta me hicieron voltear. Era mi madre.
—hija, ¿Podemos hablar un momento?.
Vaya...¿A qué me recuerda eso?.
Me siento en la cama esperando que se acercara eh hiciera lo mismo.
—Agradezco mucho el esfuerzo que estás haciendo hija. Se lo duro que es para ti dejar este lugar después de mucho tiempo —dice con cariño, tomándome la mano—. Se que esto no es lo que esperabas y...