Mi historia de vida
Por Akemi Ortiz
Mi nombre es Akemi Yoeska Ortiz Hiromitsu, nací el 21 de agosto del 2002 (actualmente tengo 18 años); toda mi vida he residido en La Vega, República Dominicana. Mi padre se llama José Ortiz Moronta, mi madre Nami Hiromitsu, tengo una hermana (Yukimi de 13 años) y un hermano (Yoshinori de 11 años).
Recuerdo que mi familia me contaba que no me iba a llamar Akemi, en principio tenían pensado ponerme Akimi. A simple vista solo varía por una vocal, pero el significado cambia totalmente; Akimi en japonés significa “fruta de otoño” (nombre que no tendría mucho sentido porque nací a mitad de verano), pero mi abuelo se negó a que me lo pusieran y buscó otro, me pusieron Akemi que dependiendo como se escriba también cambia de significado, en la forma que se escribe (de la manera simple あけみ) signifca “hermosa y brillante”.
Según recuerdo estudié en 4 escuelas: Desde los inicios de mi educación hasta segundo de primaria estuve en el “Centro de enseñanza Monseñor Panal”.
En el "Centro educativo Pedro Suarez” hice 3ro. y 4to. de primaria. De ese periodo recuerdo pocas cosas. Una vez me dislocaron un tobillo con una pelota maciza de béisbol, gracias a eso me pusieron un yeso (el cual no llegó ni a la mitad de lo que debía durar, me molestaba mucho).
Desde 5to. a 8vo. estudié en el "Centro educativo Nuestra Señora de las Mercedes”, recuerdo que desde que entré a esa escuela ya quería salir. Tenía en claro que desde que pasara a secundaria me iría de ahí, no era mala, solo que no me sentía cómoda. También recuerdo que pasaba los recreos dentro de la iglesia (me transmitía tanta tranquilidad), debo admitir que mayormente entraba porque nunca me he sentido cómoda alrededor de tanta gente; admiraba cada parte de ella, desde la hermosa virgen hasta el techo, apreciaba todo ese arte tan hermoso y el aura que me transmitía era maravillosa.
Desde 1ro. a 4to. de secundaria (3ro. a 6to.) estudié en el “Instituto agronómico y técnico salesiano (IATESA)”. Entrar a este instituto fue una de las mejores decisiones que tomé; agradezco todo lo que aprendí y a las personas que conocí. IATESA se maneja por talleres: Informática, Contabilidad, Electrónica, Electricidad, Mecánica y Agronomía; yo elegí informática, pero antes de ingresar al taller, estuvimos un año en cursos comunes (3ro. A hasta el D).
El primer día de clases estaba lloviendo era un 22 de agosto del 2016, como todo adolescente que entra a secundaria (y más a un centro nuevo) estaba muy nerviosa, no conocía a nadie, era un lugar algo extraño para mí; gracias a mi padre que reconoció a uno de sus exestudiantes conocí a alguien (los dos nos mirábamos como extraños y nerviosos, pero conocí a alguien), casualmente caímos en la misma aula 3ro. A, éramos 34 estudiantes, los primeros meses los pasé con él, Hensy, pero fui conociendo a más personas.
Recuerdo que por un trabajo en grupo conocí a la primera de mis mejores amigas (Adahomis), siempre estábamos en recreo juntas y se fue formando una gran amistad. Un día subimos a la biblioteca, en ese lugar había chicos de otros cursos y algunas compañeras nuestras, se comenzó a formar una pelea por una lonchera, gracias a esta se formó la familia. Éramos una familia completamente extraña, pero bonita.
Gracias a ese día conocí a las siguientes de mis mejores amigas: Maité, Laura y Camil, desde ese día fuimos M.A.L.A.C. Nosotras teníamos un lugar al cual proclamamos nuestro sitio, ahí esperábamos hasta que tocaran el timbre para los buenos días, durante los cuatro años que duramos, siempre esperábamos ahí.
Ya para segundo año nos habíamos dividido por talleres: Camil y yo en informática y Laura, Maité y Adahomis en contabilidad. En informática aprendí a no dormir, supe lo que era que un programa se te dañara de la nada y llorar por la frustración. Debo admitir que informática no era el taller más unido de nuestra generación. En 4to. y 5to. el coordinador y la psicóloga iban mucho a nuestro curso a resolver los conflictos que surgía. Informática se dividía en dos grupos: los normales y los que se creían mejores que los demás. Entre los normales nos llevábamos bien, nos divertíamos con nuestras frustraciones, nos ayudábamos con los proyectos y podíamos llevar un día tranquilo.
En informática conocí a una de las mejores personas que he conocido en mi vida, la considero como una hermanita para mí y es de lo mejor que me llevo de ese curso: Clara Inés.
En 3° la familia estaba más grande habíamos adoptado a diferentes grupos, no éramos más de 15 personas. Lamentablemente terminando 3° se nos iban 3 integrantes: Yeniffer y los mellos, Enmanuel y Bryam. Para su despedida decidimos hacer una cápsula del tiempo, entramos todos los objetos que nos traían recuerdos para algún día desenterrarlos y reírnos de ellos.
Ya para 6to. muchos se habían distanciado, solo quedábamos M.A.L.A.C y unos cuantos que bajaban de vez en cuando. Para finales de este curso comenzó lo que creíamos que eran dos semanas sin clases, pero esto alargó hasta que hubo que finalizar el año de manera virtual. Gracias a las clases virtuales me di cuenta lo difícil que era hacer los proyectos finales sin la presencia de los demás compañeros. Viví lo que era un ataque de ansiedad a causa de eso, mi madre lo presenció todo y me ayudó. Terminé el año escolar lejos de mis amigos.
El 2020 fue el peor año de todos y aprendí que la muerte puede estar a la esquina de tu casa. Ese año nos arrebató seres queridos, vimos vidas jóvenes yéndose sin poder hacer nada, leíamos o escuchamos los informes de la cantidad de gente que fallecía, la cantidad de personas que arriesgaban su vida para salvar a otros y se podía ver como la estupidez humana mataba a personas inocentes por la imprudencia y la ignorancia de muchos.