Desde principio de año, tocaba escoger el tema de proyecto de grado, un trabajo muy importante que, si no se hacía o no se sustentaba bien, uno no se podría graduar con honores. Me integré con Jireh, Yomary, Walter y Sol. Ellos eran mis amigos o compañeros más cercanos con quienes a veces la pasaba bien o mal en ese proyecto.
El día de la elección del tutor, a todos los grados once les tocó reunirse en el auditorio para elegirlo. Por sorpresa y casualidad vi al chico de la tarde, ese mismo que el año pasado estaba en décimo y apenas me pregunté —¿los de la tarde también aquí? —No obstante, solo estaban los de la mañana, eso sólo significaba una cosa y era que lo iba a ver más seguido; él ya pertenecía a mi jornada, aunque fuera de 1101 de la modalidad Diseño Multimedial.
Los primeros días de Media Fortalecida —por sorpresa mía, empezó mucho antes de lo que esperaba, —dentro del colegio, ese chico se reunía a la hora del almuerzo con sus amigas de su propio curso que, por casualidad, también eran mis mismas amigas. Noté que le interesaba, pues me decía que era muy linda, luego me pidió dinero que no tenía —aunque eso no tenía nada que ver—. Otro día se pusieron a hablar de sexo y él me preguntó si me gustaba eso, y para no ser aburrida asentí con la cabeza, no podía hablar porque estaba comiendo en ese instante. Mientras él esperaba mi respuesta, vi sus ojos de color café hermosos y curiosos por conocerme.
Otro día, él estaba hablando con Jireh y comenzó a referirse acerca de un chico, un tal Kevin de 1102, de mi curso. Él también se llama Kevin, y los chicos de ese nombre los referencian de manera especial, con una cierta fama de bajo estrato social y por ser ñeros.
—¿Cuál Kevin? —pregunté.
—Ese de allá —dijo—. ¿Él es parlón?
—Con decirte que él me sorprende —Kevin apenas escuchó mis palabras me miró con una cara de sorpresa. Y para seguir la conversación, agregué: —A él le caigo mal.
—¿Por qué?
—Pues una vez presenté un trabajo, la profesora no lo aceptó porque no tenía lo que pedía, un tal “motor” … —en ese instante se me olvidó lo que iba a decir, no pensaba hablar con él acerca de eso tan horrible—. Emm…
En ese momento intervino Jireh de manera milagrosa.
—Anyuli se puso a llorar, luego la profe le aceptó el video y le puso 5.0 (en el colegio califican de 1.0 a 5.0, es decir, la profe me puso la nota más alta).
—Sí, lo hice porque me esforcé demasiado en hacer ese trabajo —dije yo para justificar el verdadero motivo y no por la nota.
—Él te tiene envidia —dijo él luego de un rato mirando hacia el horizonte calmado y serio a la vez.
No hubiera querido hablar de ese tema con él, siempre lo veía riendo con sus amigas, pero ahora sentía que hice mal en hablarle, no quería que se llevara una mala impresión de mí en el curso donde estaba. Al momento de irnos a clases las chicas estaban hablando de hombres y dije que ellos son mentirosos y engañan a las mujeres.
—No todos son así —dijo Kevin como queriendo decir que él no era así.
Dentro de mí quise decirle que me lo demostrara, pero me callé y no le dije nada. Me daba pena hablar con él nuevamente para no equivocarme, pues en ese momento no quise darle a entender que era atrevida o algo así.
Días después, ya no se reunía como antes e iba a almorzar afuera del colegio. Me sentí un poco mal porque ya no iba estar conmigo ni con mis amigas, como si se hubiera acabado la amistad entre ellos, y aunque no fuera así, tal vez creo que le parecía mejor pasar el rato en otro lado.
Cuando me empecé a preguntar por él y querer verlo a la hora del almuerzo, caí en cuenta de que algo me gustaba. Ese chico que tantas veces llamó mi atención, pero sin sentir nada era ahora quien me interesaba. Un día, en una fiesta, vi a Kevin y le dije a Walter que ese chico siempre que pasaba por mi alrededor me llamaba la atención y no sabía por qué. Él me dijo que me gustaba, entonces el gusto quedó confirmado, aunque en ese momento yo misma me negaba mis sentimientos.
Pasaron meses y no volví a saber de Kevin. Creí que no le interesaba porque no me miraba nunca y Walter me había advertido que él y yo no teníamos nada en común como para ser algo entre los dos; así que empecé a buscar otro chico parecido a él solamente en lo físico. Uno de la tarde me llamó la atención y aunque no se pareciera tanto físicamente, éste sí me miraba, pero, de repente, dos semanas después dejó de hacerlo y volví a pensar en Kevin, pero no tanto. En ese momento medio sentía algo, pero sin fuerzas, sin ánimos y, mejor dicho, sentí que no me gustaba nadie. Estaba aburrida porque los descansos no iban a ser iguales si alguien no me gustaba. Seguía andando con mi amiga de octavo y ella a veces cuando encontraba a Kevin me avisaba que por ahí estaba.