Mi vida intentando ser social

CAPÍTULO XII Hablando con él

Miércoles, 11 de octubre. Al fin llegó el día esperado. Me levanté muy ansiosa con ganas de conocer a esa personita especial, aquella con la cual empezaría a desarrollar mi esperada sociabilidad. Cuando entré al colegio, el temor se apoderó de mí al no notar a Kevin en el patio donde casi siempre se ubicaba con sus amigas antes de iniciar las clases. Aquel miedo o temor se esfumó cuando lo vi pasar con sus amigas al lado del salón catorce, allí dentro estaba ubicada en un puesto enfrente a su dirección, mientras pasaron, me miraron y siguieron caminando a su salón al lado izquierdo del salón que me correspondía.

No se detuvo mi ansiedad hasta el descanso de la tarde. Intenté arreglar mi cabello y pintarme los labios con mi labial color fucsia que cargaba desde décimo en mi maleta todos los días. Como sea, sonó el timbre y salí del salón muy temerosa. Iba a hablar con Kevin, aquel chico que siempre me llamaba la atención, aunque nunca me hubiera gustado realmente.

Cuando llegué a la rotonda, empecé a mirar entre aquel mar de rostros la silueta o la hermosa cara de ese chico afortunado de agregar en mi historia hacia el camino de mi sociabilidad. —¡Lo encontré, sí! —exclamé mentalmente al ver su cuerpo a contraluz del sol hablando con otro chico desconocido para mí—. Ah, pero está hablando con otro ¿Me le acerco o espero a que terminen de hablar? —mi esencia indecisa acababa de aparecer, pero vi una alternativa mejor para evitar algún error de entrometerme en asuntos privados, si es que los había entre ellos dos.

Mientras me acercaba lentamente a él y decidía cuál de las alternativas escoger, él me vio, y al hacerlo, no paraba de hablar con ese chico. Entonces, volteé a ver a sus amigas y me junté con ellas para romper el muro de congelamiento que acababa de encontrar y entrar en armonía a la atmósfera de Kevin. Apenas ingresé, Kevin desapareció de allí y se alejó a metros del lugar, como si algo lo hubiera espantado. Yo me hice la que lo ignoraba y hablé con Mafe acerca de la introducción que había hecho de mi libro.

Ella dijo que estaba chévere y con sarcasmo le respondí que necesitaba a Kevin y sentía lástima de que él no escuchara mi introducción, a lo cual ella lo llamó a que se quedara conmigo y no se fuera. Él regresó y se sentó a mi lado sin prestarme mucha atención en lo que le trataba de leer.

—Ahorita volvemos, no nos demoramos.

Ese mensaje de Mafe me dejó congelada, no pude responderle a tiempo porque ella y sus amigas ya se habían retirado a ir al baño o a comprar algo, así que sólo pude hacerle un gesto de «no me dejen» y una cara de sorprendida. Por primera vez estaría a solas con Kevin y no de buena disposición, notaba claramente que estaba absorto y distraído en muchas cosas sin ser capaz de escuchar claramente mi introducción que trataba de decirle; palabra por palabra para que la entendiera.

Pronto llegó una compañía que al principio era fastidiosa para mi introducción y luego muy excelente concluyente del descanso. Era como un grupo de cuatro o cinco chicas de décimo de la tarde que se acercaron a Kevin a hablarle muy interesadas en él. Eso me molestó bastante y, justo en ese preciso momento, estaba terminando de leer mi introducción. Él me dijo que continuara, luego de advertirle que mejor no le seguiría leyendo si él no me prestaba atención. Cuando al fin terminé de leer, empecé a hacerle unas preguntas básicas acerca de su infancia.

En medio de esto último, la chica que estaba sentada al otro lado de Kevin nos empezó a decir unas cosas bastante apresuradas.

—Ustedes se ven bien como pareja. Tú preguntas y él responde.

Hice una cara de extrañeza con sorpresa incluida. Ella siguió insistiendo.

—Eres muy linda, ¿quién no se va a resistir? Siendo mona y esos hermosos ojos verdes. ¡No! Kevin sería muy afortunado. Oye Kevin, estás soltero, ¿verdad?

—Sí, estoy solterito y a la orden —mencionó él a todo pulmón mirando a su ligado horizonte.

—¡Uy, apenas! Ustedes ahí solteros y perdidos. Oye, aprovecha la ocasión, ¿te gustaría? —me preguntó ella.

—No, no sé —respondí yo sin saber qué decir bajando la mirada sin mirar a ella ni a nadie.

Al principio, mi único plan era ir a hacerle preguntas de su sociabilidad. Ése era mi objetivo, nunca pensé en querer conquistarlo ni mucho menos pensar en tener ilusiones de amor. Sin embargo, ese día se dio para eso y no estaba preparada. Así que no di alguna esperanza de sí o no. Entonces, ella al darse cuenta de que no quería expresar nada, inventó que otra chica de ellas quería algo con Kevin. A lo que Kevin reaccionó de su letargo e intentó interactuar con esa chica, pero ella dijo que no era cierto y quedó quieto otra vez, dándome una inexplicable y confusa satisfacción momentánea de que no a todas les gustaba Kevin.



#11101 en Joven Adulto

En el texto hay: jovenes, colegio, sociabilidad

Editado: 14.04.2019

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