Viernes, 08 de diciembre. Me desperté feliz y con muchas ganas de ir al ensayo de ceremonia de graduación. Vi dos películas del espacio y apocalipsis como me gustan. Sólo tenía media hora para alistarme. Lo logré y fui caminando rápido para no llegar tarde. Me tocaba estar a las 11:00 a.m. en punto.
Llegué al colegio y prácticamente no había nadie, sólo veía a algunos estudiantes con sus acudientes vestidos de particular. Tuve la fortuna de encontrarme con la mamá de Daniel y su hermanito. Ella apenas me vio, me preguntó si a él tocaba asistir al ensayo. Pues su hijo le había avisado que no tocaba ir. Quedé sorprendida. Seguro habrían dicho eso mientras hablaba con Elian el día anterior.
Pregunté en portería y me dijeron que no, aun así, me dijeron que preguntara en coordinación. Fui con la madre y el hermanito de Daniel. Subimos al segundo piso y entré allí, había varias personas adentro y sin esperar, le pregunté al coordinador.
—Buenos días… —agaché mi cabeza y de nuevo alcé mi mirada—. ¿Hoy hay ensayo de ceremonia de graduación?
—No, por eso ayer se hizo el ensayo.
—Ah, bueno gracias.
—Y otra cosa, ¿el día del grado vamos en una ruta, o no?
—No, cada uno independientemente va al lugar.
—De nuevo, gracias —me retiré pensando en que lo último que había preguntado era muy tonto, obvio me entregarán luego la invitación para saber la dirección del lugar.
La madre y el hermanito me esperaban para saber la respuesta del coordinador.
—¿Qué dijo? —preguntó ella.
—Que no. Yo pensaba que tocaba ir, pues eso decía en el cronograma.
—Eso mismo vi yo, pero mi hijo dijo que no tocaba ir. Yo lo dejé.
—Pues no me enteré de eso —dije esto pensando en Elian, por él no me enteré de la noticia.
Cuando íbamos bajando las escaleras me detuve para saludar al profesor Eduardo, el director de curso de mi salón. Justo, por esas escaleras había una hermosa vista hacia la cafetería. Desde allí pude observar que Edisson ya había vuelto y estaba mirándome. No tuve más remedio que contarle al profesor por qué vine creyendo que era ensayo.
Tiempo después de que el profesor se fuera en su moto y me dijera el gusto de haberme visto, fui a la cafetería. Sin embargo, no pude saludar al chico de la cafetería. El otro señor que trabajaba con él se dio cuenta de mí, y me entraron nervios, tanto, que decidí mejor irme para evitar el incómodo momento.
Ahora, que tenía tiempo libre hasta la 1:00 p.m., aproveché y me largué a la casa de Daniela, mi amiga del alma. Quería hacer algo diferente y contarle a Elian lo que me ocurrió, tenía ganas de regañarlo. Primero, llamé a la casa de ella a ver si estaba, y por fortuna, contestó ella el teléfono. Le conté todo y ella aceptó mi visita.
Apenas llegué al frente, su mamá me vio y señaló que viniera. Ella lo que no sabía, era que justo iba a ir a su casa. Daniela abrió la puerta. Entramos y yo no podía parar de reírme de lo que me había ocurrido. Le pedí que me prestara el internet para regañar a Elian.
—Tranquila mi Anyu.
—Bueno sí, pero por él tuve que madrugar para ir al colegio sin ningún sentido.
Una vez que cargó lentamente Messenger, vi que él me había enviado un meme de Star Wars al estilo mexicano. Sin creerlo, eso me hizo quitar las ganas de regañarlo. Como dije mucho antes, soy fanática de esa saga de películas que hicieron cambiar mi vida simple a una vida llena de sueños por cumplir.
—Jajaja que chistoso. ¿Sabes? Creí que hoy tocaba ensayo y fui.
—«¿A qué horas fuiste?» —colocó una cara de sorpresa.
—Ahorita a las 11. Y ya no puedo regresar a la casa, estoy donde una amiga.
—«¿Y por qué no?»
—No me dijiste que no tocaba ir hoy.
—«Yo no sabía que habían dicho eso. Yo estaba seguro de que hoy tampoco tocaba ir. ¿Quién te dijo?»
—Pero ¿cómo así que tampoco? O sea, ¿tampoco tocaba ir ayer? —No entendí esa parte, es decir, además de ayer, ¿no tocaba ir hoy? Algo muy confuso. Bien, me dejó en visto. Así que le respondí a su pregunta—. Jajaja pues en portería. ¿Ibas a ir?