Mi vida intentando ser social

CAPÍTULO XLVIII Desde hacía tres años no te veía

Jueves, 21 de diciembre. Luego de tanta espera llegó la hora. Era el día de la entrega de las fotos, el mosaico y el video de la ceremonia de graduación. Al fin podría volver a ver a Elian, mi gran amigo inesperado de los últimos días. Nos conectamos en Messenger acordando en encontrarnos a la misma hora ya que mi mamá no permitía su visita. Al principio, pensábamos vernos a las 10:00 a.m., luego a las 10:30 porque mi mamá lo dijo y me demoré en alistarme, y Elian dijo también que su madre aún no se había alistado; finalmente acordamos en un cuarto para las 11:00 a.m.

Llegué con mis padres al colegio suspirando tranquila y feliz de que no fuéramos a hacer mercado antes. Había una larga fila que llegaba hasta una camioneta blanca. Por pura coincidencia, los últimos de la fila eran los compañeros de Elian y saludé a una de las chicas. Debido a que esa camioneta no me daba espacio para ubicarme atrás le pregunté a la última chica a cuál lado debía pasar, al izquierdo o al derecho, ella sin lograr decirme, me situé en el izquierdo. Hasta ese momento noté que no había llegado Elian, pero no tardaría y de eso me aseguré ya que él llegó con su madre minutos después, quedando detrás de mí.

Cuando llegó, noté que él vio la fila de principio a fin viendo a todos los que estaban presentes hasta que me vio a mí e hizo una cara de gran sorpresa y emoción. Entonces con su mano me indicó «ven a mí» —extrañaba que hiciera eso —dije dentro de mí. Nos saludamos y luego me devolví a la fila indicando con mi mano que viniera hacia mí. Mientras conversábamos, me di cuenta de que ya no hablaba con sus amigos y que lo «excluyeron», decía él.

No pude evitar que él se sorprendiera de que ese día usara la chaqueta de la promoción con semejante calor que hacía en ese momento. Le expliqué del frío que me daba al mediodía y en la noche cuando había Media Fortalecida, aun usando semejante abrigo inútil para mí. Sin imaginarlo, en ese momento, salieron como cuatro chicos de 1102 jornada tarde y vi a Juan Daniel, no pude evitar verlo y él también me vio junto con su amigo Julián (supuse de reojo). Juan Daniel vestía de un jean y una camiseta negra manga larga de algún equipo de fútbol europeo. Nos vimos en buen momento y hasta el último día. Otro chico que perdí, pero que valió la pena querer para sentirme bien en el amor.

Pronto llegó nuestro turno para entrar y ahí, en ese instante, me di cuenta de que en cada turno entraban de a diez personas, y la décima fue la madre de Elian que ni era estudiante ni acudiente de algún otro que no había asistido; por eso, no pude evitar creer que podía entrar una persona más en ese turno indicado por los vigilantes. Como se podía esperar, fui la única de la jornada mañana para recibir mi paquete y por beneficio de ser de esa jornada, no tuve que esperar para que me lo entregaran. Una vez que lo recibí y me avisaran de que tenía que pagar por unas fotos adicionales, regresé a donde estaba mi amigo para mostrarle mis fotos y el mosaico. Me dijo que aparecía bien pequeña y le hice una cara de disgusto sarcástico que su madre notó.

Avisé a los vigilantes que me dejaran entrar de nuevo para pagar las fotos adicionales. Salí y no puede evitar que los compañeros fastidiosos de Kevin, lo nombraran en mi presencia por molestar. Fui a donde mis padres para entregarles el paquete y pedir que me dieran el dinero para reclamar las fotos adicionales. Una vez que mi padre me dio el dinero después de rogarle, regresé a reclamarlas y despedirme de mi amigo. Me las dieron y se las mostré a Elian, que igualmente hizo comentarios graciosos de las fotos. Pronto me despedí de él, pues no quería dejar esperando a mis padres, y con un abrazo anhelé poder verlo algún día no muy lejano. Pensando en esto, me fui contenta a reunirme con mis padres otra vez.

Luego, de que hiciera mercado con mis padres cargando unas frutas pesadas en contra de mi fuerza débil, volvimos a casa. No pude evitar conectarme y decirle a Elian el gusto de haberlo visto.

—Ah bueno... ¡Nos vimos al fin! xD

Por su parte, él envió un audio 15 segundos. Pronto la conversación se trataría de sólo audios.

—«Sí, por fin nos vimos… Sí, porque ya había, ya era como hora —exhaló su aire risueño y riendo al mismo tiempo—, no mentiras, pero sí fue chévere haberte visto otra vez… —continuó, cambiando a un tema particular del cual creía haberlo olvidado—. Y con la chaqueta de… del “prom” para el frío —exhaló nuevamente su aire risueño con un suspiro irónico de horror—, con ese calor que estaba haciendo ¡uy no!»

—Pues sé, tocaba enserio... Parece como si hubiera pasado mucho tiempo xD. ¿Mi chaqueta? Obvio y sentía un sudor frío; fue horrible.

—«Sí, pareciera que… que no nos hubiéramos visto como en tres años. Ja… —en medio de su voz sarcástica aparecía un ruido de algún evento—. Ay, ya me puse a ver el video, no me esperé y me puse a ver el video —dijo Elian con un tono impaciente, y luego preguntó—: ¿Tú qué haces ahorita?»



#11094 en Joven Adulto

En el texto hay: jovenes, colegio, sociabilidad

Editado: 14.04.2019

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