Mi Vida Sobrenatural Llega La Magia

Capítulo 33. Situaciones, sentimientos y verdades

Anastasia

—No me puedo creer el atropello que están cometiendo en contra de un pueblo que no tiene forma de defenderse—

—Tu siempre estás buscando la forma de defender a las causas perdidas, que no ves lo que están poniendo por todas las noticias, es imposible que un pueblo como Undaterra muestre tanta abundancia sin ayuda del mago maligno— bufo uno de los ancianos

—Exacto, solo nos están dando más razones para dudar de ellos, además, no te creas que olvidamos que expulsaste a las fuerzas del orden cuando intentaron atrapar a los traidores y —

—¡Disculpe! — la detuvo Lisantria antes de que continuara con sus estupideces —Lo que hicieron al atacar el recinto temporal de Unix sin la aprobación de los demás miembros del consejo, fue una falta de respeto y una bajeza, además— sacó un reporte y lo lanzó frente a ellos —Se comprobó que la firma mágica del hechizo de expulsión no es de Anastasia—

Las caras de sorpresa no se hicieron esperar, uno de ellos tomó el reporte y lo leyó

—Eso es imposible, nadie más tiene la potestad en la escuela de hacer ese hechizo—

Kirune sonrió con malicia —Al parecer, olvidan que ya no somos los seres más poderosos de este mundo—

Los ocho se tensaron, algunos se movieron incómodos en sus asientos y luego posaron sus ojos en mí buscando de qué otra cosa acusarme.

—Esos mocosos malcriados ni siquiera saben lo que quieren o deben hacer, si es por mí los relegamos de su tarea— la facción antigua comenzó a mover la cabeza de manera afirmativa

Ese leve acto acabó con la poca paciencia que aún mantenía —Ay ya me tienen harta con sus barrabasadas, solo saben hablar disparates sin conocer bien a esos chicos, ustedes por mas viejos que sean son unos niños frente al poder y la capacidad mágica de ellos, que su edad biológica no los engañe—

—¡Cómo te atre! —

—¡Se calla! — moví la mano y le desaparecí la boca —Ya me cansé de sus atropellos y de las decisiones disparatadas que toman, por si se les olvida algo, yo soy la líder de este consejo, yo confió en los legionarios y también es importante que recuerden que de todos los aquí presentes yo tengo el rango mágico superior, no me hagan imponerme porque arrancarle la cabeza a un par de ustedes vejestorios no me pesaría para nada, hasta sería una ayuda para este mundo y una rápida solución a uno de mis mayores problemas que es lidiar con ustedes—

Moví la mano devolviéndole la boca al viejo Menier —Se hará la asamblea el día de mañana porque ya los líderes sacaron de su valioso tiempo para una reunión de la que tampoco están a favor, pero recuerden esto, con la edad debería venir sabiduría, no arrogancia y pretensión, ahora fuera de mi vista—

Ninguno se atrevió a decir nada más, abandonaron la sala no sin antes darme una mirada entre asustada y furiosa. Una vez estuve sola, me dejé caer en la silla y me permití respirar en paz por un momento.

—Has sido un poco dura, pero era necesario— Voltee de golpe al escuchar esa voz familiar

—Jasper, ¿cómo entraste aquí? toda la magia está bloqueada—

—Pero no la magia que no conocen concejal— Un hombre y una mujer de inigualable belleza se hicieron visibles frente a mis ojos, nunca había visto elfos tan perfectos, sus coronas y su ropa destilaban realeza por todas partes.

—¿Quiénes son ustedes?— sentí mis rodillas flaquear por un momento al sentir la dimensión de su poder

—Es normal que no nos conozca regente del consejo, estuvimos atrapados por mucho tiempo y la historia se encargó de eliminar nuestra existencia— la voz de la fémina era tan hermosa, que me hizo pensar en las melodías clásicas

—Somos los reyes de lo que usted conoce como Undaterra, nombre impuesto por los ancianos de la época para esconder la tragedia ocurrida en el glorioso reino de los elfos, Zelfica—

Mis ojos se abrieron como platos y una vieja leyenda que mi abuela solía contarme llegó a mi memoria, los mitos decían que la nación más pobre de Adernon no siempre lo fue, que la arrogancia y el egoísmo de uno de sus nobles había acabado con su gloria, pero que habían pasado milenios desde aquella época.

Observe a Jasper a los ojos y movió la cabeza de manera afirmativa —Anastacia, creo que deberías sentarte—

Escuche atentamente cada detalle, primero desde la perspectiva del rey con algunos aportes de la reina y el líder de la legión agrego todos los datos más recientes de lo que había ocurrido, incluyendo el cambio de nuestra pequeña elfa al recibir el poder del orbe inestable, cada palabra parecía sacada de libros de fantasía o mitología antigua, una situación que la verdad me tomó por sorpresa y que me costaba mucho asimilar, magia más antigua que la que jamás hubiera conocido y avances tecnológicos de los que solo se escuchan en las películas futuristas del mundo de los Minister desprovistos de magia.

—Les creo, pero es algo tan difícil de asimilar, siento que hemos vivido engañados por tanto tiempo—

La reina colocó la mano en mi hombro transmitiendo una tranquilidad inexplicable —La decisión que se tomó, en ese momento quizás fue la más sensata posible, pero es casi imposible desaparecer todas las cosas que tienen que ver con una cultura y un pueblo tan fuerte como el nuestro, es cuestión de unos cuantos días para que el orbe conecte con todos los elfos de Adernon, haciendo que recuerden quienes son y recuperen sus poderes con la fuerza que deben tener, a su vez, queremos saber si tenemos su autorización para asistir a la cumbre de líderes el día de mañana y presentarnos con los demás líderes como es debido—




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