Totalmente lisa y definida, con un pequeño lunar en la mitad y ese pequeño brillo dorado que caracterizaba su piel, la espalda de Su Jin era la cosa más gloriosa que mis ojos podrían haber visto jamás, era mucho más ancha de lo que aparentaba o al ver lo estrechas que eran sus caderas podía ver realmente su verdadera forma.
-Hyung ayúdame con esto no puedo sacar….- al darse la vuelta y ver que no era ninguno de sus Hyungs, Su Jin rápidamente bajo su camisa pero no sin antes darme un atisbo de su estómago plano, mi cara empezó a arder y el sudor en mis manos se hacía cada vez más presente, mordí mi labio inferior y mire hacia un lado.
-yo lo siento, pensé que no había nadie, discúlpeme- mis palabras salieron a borbotones a causa de la gran velocidad que empleaba para decirlas, al darme cuenta que Su Jin no diría nada retrocedí para cerrar la puerta y largarme de allí.
-espera por favor- a medio centímetro de cerrar la puerta su voz grave y profunda me detuvo en seco, lentamente empecé a abrir nuevamente la puerta, la cual sentí tan pesada como una roca.
-¿sí?- pregunte sin poder mirarlo a la cara.
-¿podrías ayudarme por favor?- por un segundo dude en ayudarlo, pero él lo pedía tan amablemente entonces yo también debería serlo ¿cierto?, con paso vacilante cerré la puerta y me acerque a él sin mirarlo a la cara, Su Jin volvió a voltear y su espalda me saludo nuevamente pero ahora más cerca, a esta distancia podía oler perfectamente su perfume, One Million, mi perfume masculino favorito; madre mía estaba al borde de una taquicardia.
- algo me molesta en la espalda pero no puedo sacarme la camisa, no sé cómo la colocaron los de vestuario- la camisa que usaba era de color blanco, pero estaba sujeta con muchas cintas por todos lados y cada uno de los extremos caía por toda la tela, realmente no se podía distinguir donde empezaba el nudo.
- po...podrías sentarte, eres muy alto y...- mi nerviosa voz se fue apagando poco a poco, ¿mi cerebro dejo de funcionar? No sabía que decir o como decirlo, pero gracias a dios entendió mis balbuceos, Su Jin arrastro un taburete que se encontraba en una esquina y se sentó frente a mí, dejando su cabeza a la altura de mi pecho; mis manos picaban por la tentación de meterse entre sus mechones y desordenarlos.
-¿Dónde exactamente te molesta?- pregunte tratando de no reflejar el nerviosismo en mi voz, Su Jin bajo el cuello de su camisa dándome a conocer una pequeña macha color mocca en forma de corazón que tenía en su cuello, y si pasara mi lengua por… ¿Qué rayos me sucede?, ¿acaso estaba demente?, ¿el trabajo ya me había succionado toda la inteligencia?, sacudí mi cabeza alejando todos esos pensamientos que hacían calentar mi piel; cuidadosamente tome el cuello con mis dedos, tratando de no tocarlo.
- los hilos transparentes que sujetan las lentejuelas del cuello están un poco sueltos, seguramente eso es lo que te causa la molestia- solté la tela y camine hacia el escritorio que se encontraba en la habitación. – buscare unas tijeras, dame un segundo- mientras buscaba en los cajones trate de tranquilizar mi acelerado corazón. – Aquí están- dije dirigiéndome nuevamente hacia Su Jin, me agache y me acerque un poco más a él para poder cortar los hilos sueltos; su perfume lleno por completo mi nariz, mi cerebro y mi cordura.
-¿One Million?- sin darme cuenta mi cerebro mando irreverentes instrucciones a mi rebelde boca provocando que palabras estúpidas salieran, Su Jin me miro de perfil y alzo su ceja derecha; me ruborice.
-tu perfume- dije con voz ronca, maldita sea.
-si es ese, es mi favorito- su voz, cada vez que hablaba la profundidad que tenía hacia que mi sangre se congelara y que mis hormonas se dispararan como un niño en feria, me concentre en terminar rápidamente el pequeño favor; estar tan cerca no era bueno para mi salud.
-está listo ¿aun te molesta?- pregunte caminando nuevamente hacia el escritorio a devolver la tijera.
- quedo perfecto gracias-
- no hay de que- respondí dándole aun la espalda, suspire ligeramente para tomar un poco de valor antes girarme hacia él y sonreírle abiertamente; Su Jin se quedó mirándome fijamente, sin moverse, sin mover un solo músculo, como si él fuera Barry Allen en menos de un segundo estuvo frente a mí, aunque llevaba zapatos altos me sacaba una cabeza, su pecho estaba a unos escasos centímetros de mí, Su Jin coló su dedo bajo mi barbilla y me obligó a mirarle directamente a sus misteriosos ojos, allí donde su dedo tocaba empezaba a arder, Su Jin bajo su rostro y quedo a solo un dedo de distancia del mío.
-tu m...- la puerta se abrió de golpe haciendo que Su Jin saltara lejos de mí.
-¿qué hacen?- Ji Hu nos miró curioso y empezó a caminar hasta quedar en medio del espacio que nos separaba, sus ojos intercalaban entre mirarme a mí y mirarlo a él; esperando una respuesta.
-solo me estaba ayudando a cortar unos hilos Ji Hu- dijo casualmente Su Jin cruzando los brazos sobre su pecho y adoptando una actitud relajada, Ji Hu acaricio su barbilla con sus dedos y me miró fijamente para luego sonreírme alegremente, como un niño de grandes ojos soñadores.
-bueno entonces vamos Hyung, los demás están esperando- Ji Hu arrastro a Su Jin hasta la salida sin darle tiempo a decir nada.
-Oh cierto Nonna, hoy vamos a salir con los miembros por el cumpleaños de Jeong, a celebrar el haber cumplido 21 ¿te vienes?-