Regrese a la oscuridad de mi habitación de un salto con el corazón a mil y empapada de sudor, los recuerdos llenaron mi cabeza haciéndola girar y mandando pequeñas punzadas de algo que se convertiría en un desagradable dolor de cabeza, me puse de pie y camine hacia el baño, me quite la ropa entre a la ducha y abrí la llave, ¿porque? Porque debía irrumpir en mis sueños ese canalla.
Hace tanto tiempo que no tenía pesadillas donde Dylan eran participe, lo peor era que ahora ya no era la voz de mi hermano la que venía a rescatarme, si no que ahora escuche a Su Jin llamándome.
Mientras el agua caliente relajaba mi rígido cuerpo, apoye la parte trasera de mi cabeza sobre la pared de mármol, lágrimas cargadas de rabia, ira y frustración, de aquellos horribles sentimientos rodaron por mis mejillas; al terminar de bañarme salí de la ducha me envolví en una toalla y me miré en el espejo.
Estaba más pálida de lo normal y mi pecho seguía subiendo y bajando nerviosamente, nadie sabía lo que pasó esa noche nadie excepto Min Ho y Mili, ellos eran los únicos que conocían mi secreto, aquel que me marcaba de por vida ¿Su Jin lo entendería?.
No tenía esa certeza, pero no, no podía dejar que él lo supiera al menos no ahora que mi corazón empezaba a sentirse de nuevo seguro, por Dios sabía que era egoísta de mi parte pero si mi futuro era perderlo quiero llevarme buenos recuerdos, para cuando sienta que no puedo más y que ya el aire no entra a mis pulmones, y este a punto de desfallecer poder cerrar los ojos y revivir cada uno de los recuerdos que creemos juntos, aprovecharía todo el tiempo que se me dé.
Después de secar mi cabello y ponerme mi pijama, volví a mi habitación entonces noté que la luz de menajes de mi celular estaba brillando, lo tomé y desbloqueé la pantalla para descubrir que tenía un mensaje de Su Jin en Kakaotalk, con mil mariposas recorriendo mi pecho lo abrí.
Nunca me había divertido tanto como hoy, no con una chica al menos, solo quería que sepas que eres maravillosa Lina me imagino que ya haz de estar dormida así que me despido ahora, descansa.
Lleve el celular a mi pecho y caí sobre el colchón, Lina, me había puesto su propio diminutivo y me encantaba, definitivamente este chico era peligroso para mi corazón, pero no me importaba ya que mi músculo central de vida había elegido al misterioso chico de ojos rasgados y oscuros. El cual con esa sonrisa que más bien era una mueca sexy hacía que mis neuronas tuvieran una sobrecarga de energía que freía cada una de las partes racionales de mi cabeza.
A pesar de que sabía que esto tenía una pequeña posibilidad de que no fuera para siempre y que cuando él descubriera mi verdadero ser me miraría con pena y decepción, para luego correr lejos de mí, quería arriesgarme y saltar al vacío del amor y los sentimientos, aunque después encuentre el final de este y la caída puede que me deje inmóvil para siempre; con estos pensamientos lentamente volví a quedarme dormida.
***
-¡No lo puedo creer!, toda esta gente son unos buitres que buscan cualquier migaja a la cual sacarle provecho- mientras bajaba las escaleras escuche los gritos malhumorados de mi abuelo que provenían desde el comedor, por un momento medite el hecho de volver a mi habitación hasta que su humor se calme, pero antes de retroceder y volver a subir los escalones escuche a mi abuelo llamarme – Celina ven aquí por favor -¿Qué?, ¿Cómo rayos sabía que estaba allí? Suspire resignada y baje los últimos escalones con dirección hacia el comedor.
Mi abuelo estaba parado de espaldas hacia a mi hablando con Dónatela y el señor Kim, me pare en seco cuando vi como mi abuelo estrujaba en su puño derecho fuertemente el periódico, maldita sea ¿será que…él lo sabe? Mis manos empezaron a temblar, el tic nervioso de mi mejilla empezaba a hacerse presente y mi respiración era cada vez más dificultosa, mi abuelo se giró hacia a mí y lanzo el periódico contra la mesa haciéndome saltar del susto.
-¿puedes creer lo que dice allí?- dijo furioso, no podía moverme, el miedo se había apoderado de cada uno de mis músculos – anda míralo Celina – mi abuelo señalo nuevamente el periódico y con los brazos cruzados sobre su pecho espero a que yo me acercara al montón de páginas.
Con el cuerpo totalmente rígido arrastre mis pies hacia la mesa, La nieta misteriosa del Ceo Song ha regresado a corea, ¿al fin podremos conocer a esta misteriosa chica?, estas palabras llenaban todo el encabezado del periódico matinal, y debajo de este había un collage de muchas fotos mías de espaldas subiendo al auto, entrando a la casa o hablando con mi abuelo, en ninguna foto se veía bien mi rostro y casi todas estaban borrosas y tomadas a gran distancia, un gran alivio se instaló en mi pecho cuando supe que lo que estaba en peligro era mi privacidad diaria.
Mi abuelo nunca ha querido presentarme a mí ni a ningún miembro cercano de la familia a la prensa, por miedo a que en algún momento seamos víctima de algún siniestro o él mismo sea vulnerable a algún tipo de chantaje, pero ahora toda corea sabía que había regresado y aunque la prensa coreana era muy discreta y trataba de respetar la vida privada, también habían ocasiones donde eran totalmente invasivos, que no descansaban hasta encontrar alguna noticia controversial.
Suspirando audiblemente me gire hacia mi abuelo que ya se encontraba sentado en uno de los sillones del pequeño recibidor de la entrada, camine hasta él y me acuclille a su lado para poder mirarlo a los ojos, mi abuelo me miro me sonrió con ternura y acaricio mi mejilla con sus suaves dedos.