Llegar a la oficina fue un poco estresante, al salir de casa y de su cerramiento había muchos camarógrafos en la calle, además durante todo el trayecto una furgoneta negra nos estuvo siguiendo hasta llegar al parqueo privado de CSMusic, al entrar a mi oficina me lleve un susto de muerte.
-por Dios Sun Hee casi me matas- dije al ver a Sun Hee sentada en mi oficina, entre y cerré detrás de mí, me recosté en mi sillón y di un gran y profundo suspiro.
-¿empezando mal el día?- pregunto Sun Hee mientras miraba la pantalla de su celular – algo así- respondí cerrando los ojos.
-me imagino que despertar y ver que hay fotos de ti en el periódico con todo el mundo buscando una foto inédita tuya, es algo muy estresante.- de un salto me reincorpore de mi sillón y mire a Sun Hee anonadada.
-¿Cómo sabes que soy yo?- pregunte incrédula, era imposible que me reconociera las fotos estaban borrosas y tomadas a distancia.
-primero soy tu asistente y mi deber es estar atenta a todo, además recuerdo a la perfección cada uno de tus atuendos, segundo por Dios tu cabello lo reconocería donde fuera- mis ojos solo pestañeaban y mi cara estaba completamente petrificada, ¿qué tiene mi maldito cabello? Es negro igual que todos, mire a mi amiga sin saber que decirle.
- yo… yo- Sun Hee puso frente a mi rostro su palma haciendo callar.
-tranquila, no necesitas disculparte entiendo porque no lo dices, es algo que cambiaría tu ritmo de vida por completo, mejor dime ¿Cómo lo solucionaran?- Sun Hee me miro con sus ojos curiosos y su sonrisa pícara, realmente esta chica era increíble, le conté a detalle toda mi mañana y el acuerdo con mi abuelo.
-¿The Hill?- pregunto y yo asentí -wau cuanto lujo-
-realmente es como que mucho para mí, pero mi abuelo no va a cambiar de parecer- tome mi termo de agua para beber un poco y poder hidratar mi garganta después de haberle contado mis nuevos planes de vida.
-los chicos de C.E.N.T.S viven allí también- el agua salió volando de mi boca y cayó al suelo.
-Por Dios Cel que asco- se quejó Sun Hee entre risas arrugando su nariz - ¿pero qué te paso?- preguntó aun riéndose.
-nada solo me impresiono que los chicos vivieran allí, eso es todo- dije limpiándome la boca con una servilleta.
-¿Por qué?, aunque ellos no tienen tanto tiempo de debut llenan y agotan todos sus conciertos en minutos, no solo aquí en Corea sino también en Japón y china, tienen grandes contratos de promoción con marcas reconocidas como Gucci y Versase y ahora se le están abriendo las puertas hacia el público americano, lo cual va por muy buen camino, conclusión están ganando lo suficiente para permitirse un lugar así, obviamente la empresa también aporta en ello-
-oh si claro, igual me tomo por sorpresa- dije incomoda, Su Hee se recostó sobre el escritorio y apoyo sus codos, afirmó su mentón sobre sus manos entrelazadas y me miro con picardía con su rostro ladeado hacia la derecha.
-no será que tal vez, que lo que te tomo por sorpresa es saber que vivirás cerca de Su Jin-
-a que te refieres- pregunte nerviosa, Sun Hee se recostó sobre la silla y me miro divertida.
-¿crees que no he visto la forma en que se miran?- me sonrió pícaramente.
-¿de la misma forma en la que tú y Eun Yeong lo hacen?- contraataque.
-Touché- respondió con una mueca divertida – sí, debo de admitir que hay una pequeña historia entre Yeong y yo, pero aun no estoy lista para hablar de eso- agradecía la sinceridad de Sun Hee y no iba a presionarla.
-lo comprendo- le dije sonriéndole – me gusta sabes-
- no le eres indiferente tampoco- suspire – lo sé-
-será difícil ¿lo sabes verdad?- asentí- sí, ambos lo sabemos, pero estamos dispuestos a intentarlo- Sun Hee se puso de pie y colocó en su lugar la silla.
-bueno basta de charla, es hora de trabajar señorita-
-cierto, ¿dime que hay para hoy?-
- alégrate empezaras tu día dándole una pequeña visita a tu chico- Sun Hee abrió la puerta y salió de mi oficina. Con una sonrisa tome mi celular y la seguí.
Los chicos se encontraban practicando la nueva coreografía que consistía en pasos con mucha energía, debo de admitir que la forma de bailar de Jeong Ho era algo impresionante, todos sus movimientos eran tan precisos y elegantes, aunque Ji Hu y Jun no se quedaban atrás, el rostro amable y dulce de Jun se convertida en uno muy fiero y pícaro mientras bailaba.
Por otro lado la buena forma del cuerpo de Ji Hu y sus músculos definidos le dan una sensualidad inigualable, aunque todos lo hacían bien en términos de baile ellos resaltaban, pero en el momento en que vi a Su Jin todos dejaron de existir.
Aunque sus movimientos no eran perfectos, ese toque rudo que tenían sumándole las muecas que aparecían en su rostro hacía que se viera malditamente sexy, cuando en una de las vueltas en el aire la camisa blanca de Su Jin se levantó y dejo ver su estómago plano mis dientes atraparon mi labio inferior, las hormonas empezaron a correr como locas por todo mi cuerpo.
-Hey chica, no te comas al hombre con la mirada o se darán cuenta que le quieres dar un mordisco- mis dientes liberaron mis labios de inmediato y me obligue mirar a Su Hee.