Mi Voz O Tu Amor

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-hola- saludo dando dos pasos hacia mí.

-hola- respondí con mi voz un poco rasposa, rayos.

-¿le ayudo?- lo más abnegado seria decir no gracias estoy bien, pero enserio no quería subir todo esto sola, así que sonreí y asentí.

-si no es mucha molestia se lo agradecería- el chico pálido se acercó a mis maletas y tomo dos en sus manos, no pude evitar ver como los músculos de sus brazos saltaron a la vida por el esfuerzo, yo tome la caja entre mis brazos y mire hacia atrás, una pequeña inseguridad sobre dejar mis cosas aquí afuera solas entro en mi cabeza por un momento.

-tranquila nada va a pasarle a sus cosas ¿me guía?- decidí creerle al desconocido, - bueno, entones sígame- empecé a caminar hacia el vestíbulo del edificio, las puerta automáticas se abrieron cuando estuvimos lo suficientemente cerca, dejándonos entrar al recibidor que era todo de mármol blanco donde la única decoración eran unos cuantos maceteros y un gran candelabro que colgaba en el centro del techo e iluminaba toda la estancia.

Al fondo de todo el recibidor se hallaban dos escaleras una frente a la otra, asumo que llevan a los diferentes pisos; rápidamente divise los ascensores y camine hacia ellos. Mientras esperábamos a que bajara hasta planta baja el chico y yo nos mirábamos intermitentemente, cuando las puertas se abrieron ambos entramos y presione el botón del último piso.

-¿Cómo se llama?- pregunte mientras el ascensor subía – oh disculpe mi falta de cortesía, me llamo Yul, Min Yul ¿y usted?- pregunto mirándome a través del reflejo de las puertas del ascensor.

-Song, Celina Song- respondí, en ese instante las puertas se abrieron en un gran pasillo alfombrado, Salí primero y camine hacia las dos únicas puertas que habían en el piso, frente a mi puerta había otra con el número 1. Vaya solo tendría un vecino. Abrí la puerta de mi departamento y las luces se encendieron automáticamente en el pequeño recibidor. Deje la caja en la entrada y le indique a Yul que hiciera lo mismo.

Mientras bajamos en el ascensor Yul y yo seguíamos mandándonos miradas furtivas hasta que nuestros ojos se encontraron en las puertas del ascensor. Ambos reímos – oh vaya esta es una de las situaciones más incomodas en que he estado- dijo Yul aun riendo – concuerdo con usted- respondí, cuando se abrieron las puertas salimos y nos paramos uno frente al otro.

-sabes no te conozco, pero me inspiras confianza y pareces alguien muy agradable así que ¿iniciamos de nuevo pero ahora con algo más de confianza?- dijo alzando su negra ceja derecha hacia mí.

-estoy de acuerdo- Yul extendió su mano hacia mí – bueno pues soy Yul y es un gusto conocerte- con una sonrisa amigable tome su mano y le di un apretón – soy Celina y el gusto es mío Yul-

-¿te parece si terminamos de subir todo esto y después te invito una bebida?- preguntó mientras separábamos nuestras manos

-sí, me parece bien- respondí, nos tomó 30 minutos subir todo a mi apartamento y en esa trayectoria Yul me hizo reír mucho contándome varias anécdotas divertidas de cuando el empezó a vivir aquí, como meterse en el baño equivocado en el restaurante, u olvidar las llaves de su apartamento dentro y tener que esperar durante una hora en el frío al encargado con otra llave. Cuando llegamos al restaurante que quedaba a tres cuadras de mi edificio estaba casi vacío a excepción de dos chicas.

-¿alguna bebida en especial?- preguntó – un té helado negro por favor- respondí mirando la maquina dispensadora, Yul metió dos monedas y aplasto el código de mi té y el de una botella de agua para él,

-vamos sentémonos por aquí- Yul me guió hacia una de las mesas vacías y nos sentamos uno frente al otro.

-¿no eres de por aquí verdad?- preguntó mirándome curioso – en parte lo soy, mi padre es coreano- respondí antes de beber mi té.

-oh, eso no me lo esperaba- Yul hizo una mueca muy familiar que ilumino mi retrasado cerebro, sin pedirle permiso tome su muñeca y mire la hora en su reloj, 8:30pm, Dios le dije a Su Jin que nos veríamos hoy.

-¿estás bien?- preguntó Yul preocupado, rápidamente me levante de la silla y lo mire apenada – sí, solo que olvide que tenía que hacer algo, discúlpame pero me tengo que ir, hasta luego- sin dejarlo decir una palabra me precipite hacia la salida del restaurante. Rayos hacia frío afuera, mientras corría devuelta a mi apartamento le escribí un mensaje a Su Jin por kakaotalk.

C.

Hola

S.

Pensé que me habías olvidado Lina

C.

Lo siento, solo que tuve que hacer algunas cosas antes pero mejor dime cerca de tu casa ¿hay algún parque?

Sé que mi pregunta le sonaría sumamente extraña y fuera de contexto, pero esperaba que el me siguiera el juego. Mientras entraba al vestíbulo de mi edificio oí llegar la respuesta de Su Jin.

 S.

Mmmm, si hay uno a cuatro cuadras del apartamento ¿Por qué?

C.

Ok, tú crees que si te pido que hagas algo sin hacer preguntas ¿lo harías?

Al abrir la puerta de mi apartamento tropecé con la caja roja de mi madre haciendo que se volteara y que un montón de tela se desparramara por el suelo, me agache sobre mis talones y saque todo lo que aún había dentro, vestidos, faldas, buzos, había mucha ropa pero no con el estilo típico occidental más bien la ropa tenia apariencia dulce, delicada y los colores eran pasteles en su mayoría, cuando mire nuevamente la caja en el fondo vi otra nota.



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En el texto hay: romance, coreano, grupo

Editado: 15.04.2020

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