El parque estaba vacío, me imagino que nadie en su sano juicio saldría a las 10 de la noche en una temperatura de 12 grados, nadie excepto yo y Su Jin, cuando mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo trasero me oculte detrás del tronco de un gran árbol que daba a la entrada principal del parque. Vi entrar a Su Jin vestido con una sudadera negra y un gorro del mismo color, cuando abrí la llamada el bajo el cubre boca que cubría su rostro.
-hola- salude alegremente.
-hola- respondió con una sonrisa en los labios, Dios su sonrisa era tan hermosa.
-¿hace frío?- pregunte
-un poco ¿por?-
-tu voz, suena algo rara- Su Jin Rio, juro que cada vez que ríe su profunda voz me estremece.
-sabes ya no estoy segura de sí quiero seguir siendo tu amiga-dije, el rostro de Su Jin cambio y mi corazón volvía a retomar su loca carrera.
-¿Qué? ¿Por qué dices eso?- preguntó serio.
-porque esto no es lo que realmente quiero- desde mi escondite en el árbol vi como Su Jin empezaba a caminar en el mismo lugar hasta detenerse y darme la espalda. Este era mi momento, Salí de detrás del árbol y camine silenciosamente hasta quedar a 5 pasos de él.
-¿y qué es lo que quieres?- la voz de Su Jin sonaba derrotara y mi corazón dolía.
-date la vuelta- dije antes de colgar la llamada, él se giró sobre sus pies y la sorpresa que causo el verme allí la aproveche para mi beneficio, cerré el espacio que nos separaba lo tome de la parte de arriba de su sudadera obligándolo a bajar a mi altura.
-lo que quiero es a ti, y lo quiero todo- susurre sobre sus labios antes de besarlo.
Yo marque el ritmo, primero dulce, inocente, mis labios acariciaban los suyos tímidamente, después empecé a profundizar el beso atrayéndolo más hacia mí, pero Su Jin tenía otra idea en mente, enredo sus brazos en mi cintura y retomo su altura normal dejando mis pies en el aire sin dejar de besarme.
Mi pequeña niña mala interior me hizo sonreír en sus labios por lo que estaba a punto de hacer, separe mis labios de los suyos y coloque mis manos sobre sus hombros para impulsar mi cuerpo más arriba haciendo que aflojara sus brazos de mi cintura, entonces enrede mis piernas alrededor de él y con mi mano derecha tome un puñado de su cabello sedoso y lacio y tire hasta echar su cabeza hacia atrás, le mostré una mueca de satisfacción y volví a besarlo pero esta vez deje que el fuego que corría en mi sangre me guiara.
Lo bese sin inhibiciones lo incite a que abriera la boca pero antes de que mi lengua lo explorara, sentí como uno de sus brazos volvía a aferrarse a mi cintura y como su otra mano se colocaba en mi cabeza atrayéndome más a él, permitiéndole hurgar a su antojo a su codiciosa lengua en mi boca convirtiendo esto en un batalla por el control, gemimos y el fuego se encendió en nosotros.
No sé cuánto tiempo estuvimos allí besándonos, pero cuando ya la respiración escaseaba ambos nos separamos y nuestros ojos ligeramente dilatados se encontraron.
-Si no paramos ahora no podre responsabilizarme de mis siguientes actos, y no quiero irrespetarte- la voz de Su Jin salía entre jadeos, lo sabía, estaba consciente de que si seguíamos así corríamos el riesgo de no parar hasta llegar a un punto sin retorno, y aún era demasiado pronto para eso.
-sí, lo sé- desenrede mis piernas dejándolas caer en el aire y solté el agarre de su cabello.
-bájame por favor- Su Jin suspiro con dificultad y me puso en el suelo para después dar un paso lejos de mí, ambos nos miramos fijamente.
-ven tengo algo que mostrarte- extendí mi mano hacia a él, Su Jin se mordió su labio inferior y miro mi mano antes de tomarla, caminamos hacia la salida del parque con nuestras manos unidos y sumidos cada uno en sus propios pensamientos, ninguno dijo nada hasta que llegamos a las puertas de entrada de mi edificio. Entonces cuando me disponía a entrar Su Jin halo mi mano arrastrándome hacia atrás haciendo que mi espalda chocara contra él, lo mire extrañada.
-¿Qué hacemos aquí? Mejor dicho ¿Qué haces tú aquí?- pregunto clavando su mirada desconcertada en mis pupilas, - eso era lo que quería decirte – lo mire fijamente - desde hoy viviré aquí- el rostro de Su Jin se quedó en blanco y su cuerpo inmóvil – ven vamos-
Tire de él hasta los ascensores, prácticamente lo empuje hacia adentro y pulse el botón del último piso, ¿qué diablos le sucedía?, pensé que se alegraría al saber que viviríamos en el mismo complejo y relativamente cerca, cuando las puertas se abrieron volví a arrastrar a Su Jin quien parecía haberse perdido en el agujero negro de sus pensamientos. Al llegar a mi puerta saque la tarjeta de mi bolsillo trasero y cuando me dispuse a deslizarla los dedos de Su Jin se cerraron en mi muñeca impidiéndome moverla, lo mire totalmente confundida.
-¿Qué haces?- Su Jin me miraban sorprendido con sus ojos completamente abiertos.
-¿vives aquí?- pregunto con un ligero temblor en su voz, cuando iba a preguntarle qué diablos le sucedía el beep del ascensor llamo nuestra atención, ambos miramos como se abrían las puertas doradas, mi respiración se quedó atorada en mi garganta y mi cuerpo se petrifico. Del ascensor un muy feliz Ji Hu salió, mis ojos chocaron con los de Hyeon quien paro en seco al vernos, Jeong Ho choco contra él haciéndolo trastabillar hacia adelante, al seguir la mirada de Hyeon los ojos de Jun, Eun Yeong y Jeong Ho cayeron sobre nosotros.