Lo empuje hacia un lado. Abrí la puerta y entre. Trate de cerrarle la puerta en la cara pero para mí mala suerte este chico tenia fuerza.
-¿Por qué no respondes?-
-no sé de qué diablos hablas- grite dándole la espalda para dirigirme a la sala. Mi muñeca fue tomada y cuerpo fue girado. Choque contra su pecho – del idiota con él que pasaste riéndote todo el día, de él hablo- dijo entre dientes muy cerca de mi rostro.
-¿te refieres a Yul?- ¿acaso estaba celoso? no pude evitar reír de la absurda situación. Los ojos de Su Jin ardieron como fuego de la rabia al verme reír – no le encuentro nada de gracioso al hecho de que me engañes- mi risa se cortó de golpe y di un tirón hasta soltarme de su agarre y alejarme él.
-en primer lugar no te he engañado, en segundo lugar Yul es mi amigo y si me pase riendo con él es porque es una persona muy divertida y agradable. Me ayudo en mi mudanza el día que llegue aquí y tercero estaba con Sun Hee no con Yul- el enojo empezaba a asomarse como una sombra a mi alrededor, Su Jin caminó hacia mi haciéndome retroceder hasta chocar contra la pared.
-no me gusta tu amigo, además ¿Por qué le pediste ayuda a él y no a mí?- la indignación empezó a hacerse presente en mí.
- te llame y tú no respondiste, por eso te escribí los mensajes ya que tome la oportunidad para sorprenderte, ahora dime- me acerque a él desafiante- antes de encontrarnos en la noche ¿Dónde estabas tú ese día?- los ojos de Su Jin empezaron a bailar nerviosamente, segundos después se alejó dándome la espalda mientras pasaba una mano nerviosa por su cabello antes de colocarlas en sus caderas y girarse para mirarme arrepentido.
-lo sé, lo siento estaba ocupado con los chicos pero aun así no quiero a ese chico cerca de ti no me gus…- alce mi mano interrumpiéndolo – tú no puedes decirme a quien o no puedo hablarle. No tienes ningún derecho. Ni siquiera el día en que me convierta en tu esposa tendrás ese derecho, ¿entiendes?, porque si no lo entiendes dímelo ahora que aún podemos terminar esto sin dejar heridas profundas- con mi última frase los ojos de Su Jin se abrieron sorprendidos.
-¿me dejaras?- pregunto dolido- no, si prometes no tratarme con una prisionera o como un objeto de tu posesión. Porque ni tu eres un rey ni yo soy tu súbdita como para que me des órdenes- Su Jin cerró los ojos y vi como trataba de digerir mis palabras lo más calmadamente posible; no había notado hasta hoy que él también tiene un carácter fuerte.
-lo siento- me miro con ojos de cachorro y me extendió su mano. Dude. Algo como una pequeña espina de desconfianza se empezaba a formar en mi pecho. No quería desconfiar pero sentía que Su Jin me ocultaba algo.
Aun así no puedo juzgarlo ya que yo también le ocultaba cosas. Cerré el espacio que nos separaba y tome su mano entrelazando nuestros dedos, Su Jin me rodeo la cintura con su brazo libre acercándome a su pecho. Bajó su cabeza hasta quedar a mi altura para luego deshacerme con esos hermosos ojos marrones. Mi garganta se sentía seca. Él me hizo un mohín endemoniadamente sexy antes de besarme.
Esta vez había fuego y rudeza. Era un beso posesivo sus labios no daban descanso a los míos, me incito a que caminara hacia atrás aun en sus brazos hasta que mi espalda choco contra la pared. Su Jin libero mi cintura para colocar sus manos debajo de mis muslos e impulsarme hacia arriba, enrede mis piernas alrededor de su cintura para después romper el beso y colocar mi frente contra la suya mientras jadeaba.
-¿Qué haces?- pregunte -no lo sé, simplemente me dejo llevar por mis sentimientos- sonreí. Me eleve hasta quedar unos cinco centímetros sobre su cabeza, enrede mi mano derecha en su cabello y tire hacia atrás me acerque hasta quedar a un centímetro de sus labios – déjame demostrarte los míos entonces- dije antes de besarlo como una loca, mordí su labio inferior y el gimió. Sus manos empezaron a moverse hacia mis glúteos. Primero tímido, como si estuviera esperando a mi reacción. Cuando llego a su destino apretó ligeramente mis nalgas haciéndome gemir a mí, con mi mano izquierda empecé a acariciar su cuello hasta meterla en su camiseta, hundí ligeramente mis uñas en su espalda, Su Jin apego por completo mi cuerpo contra la pared dejando mis labios para bajar a mi garganta y empezar a mordisquearla suavemente.
-oh Dios- susurre.
-Nonna porque tu puerta esta abier…- un pequeño grito de sorpresa salió de mi garganta al escuchar la voz de Ji Hu. Su Jin dejo mi cuello y ambos miramos hacia la entrada que conectaba con la sala, Ji Hu, Jun y Eun estaban paralizados con las bocas abiertas mirándonos a ambos; sentí como mi rostro empezaba a calentarse. Dios trágame tierra.
- Su Jin Suel… -
-chicos vamos a comer ya está listo- Eun Yeong nos miró sorprendido por un momento pero segundos después su rostro se volvió inexpresivo – diablos Su Jin suéltame ahora mismo- susurre, suavemente me bajo y me puso sobre mis pies. Ambos miramos hacia el piso completamente avergonzados.
-chicos déjenme solo con ellos, pongan la mesa- la voz de Eun Yeong era monótona no reflejaba ningún tipo de emoción y eso me asustaba más; inmediatamente nuestros tres primeros espectadores salieron de su estupor y desaparecieron por la entrada.
-siéntense- ordeno Eun Yeong al escuchar cerrarse la puerta. Ambos nos dirigimos hacia mi sofá aun sin mirarnos, cuando estuvimos todos sentados Eun Yeong suspiro.