Discúlpame Lina-
-Por Dios Su Jin, que manía tienes de siempre darme sustos de muerte- chille antes de mirarlo a los ojos, me miraba con ojos de cachorrito. Mi corazón se encogió a un más cuando extendió hacia mí un ramo de rosas blancas.
-¿Cómo sabias que…?- mi garganta se cerró y las lágrimas querían salir – ¿que son tus favoritas? – respondió mientras el secaba con su dedo una lágrima que escapaba por mi mejilla, yo asentí- ¿recuerdas cuando hicimos el pequeño pícrico en tu balcón?
-si- sonreí -cuando estabas dormitando y después de decirte que mi color favorito es el azul, te pregunte sobre tus flores preferidas y antes de quedarte dormida susurraste rosas blancas-
Fue en las primeras semanas cuando empezamos a salir, Su Jin y yo queríamos tener una cita romántica al aire libre, pero ambos sabíamos que no era una brillante idea así que se nos ocurrió hacerlo en mi balcón un picnic con el cielo lleno de estrellas y la luna toda redonda. Hablamos durante horas de nuestra comida favorita, películas, pasatiempos; pude conocer más profundamente a este buen hombre que tenía parado frente a mí con un ramo de rosas y ojos suplicantes.
Tal vez estaba siendo demasiado fácil, blanda o manipulable, pero nunca ni siquiera Dylan había derrumbado todas mis inseguridades ni mucho menos había acallado por completo la voz de mi madre diciéndome que estaba mal hacer algo. Con Su Jin era diferente, solo éramos él y yo nadie más. ninguna conciencia gritándome peligro detrás de mis ojos, con confianza tome las rosas y lo invite a sentarse.
-no desaparezco por puro gusto- empezó diciendo mientras se rascaba el interior de su antebrazo -¿entonces?- no quería presionarlo pero realmente quería saber qué hacía. El chico frente a mi suspiro cansadamente.
-voy a la sala de prácticas, y bailo, y bailo- en mi cabeza se dibujaron muchos signos de interrogación -¿Por qué?-
-porque ya viene el nuevo disco y yo aún siento que no he dado todo y no soy un mal bailarín pero también sé que puedo dar más, puedo mejorar más, nuestros fans nos apoyan mucho y quiero darles unas buenas presentaciones, quiero que ellos sepan que nosotros, que yo me esfuerzo y agradezco todo su apoyo- ahora me sentía miserable por desconfiar de él – ellos lo saben, saben que ustedes dan lo mejor de si- no me gustaba verlo tan angustiado-
-sí, pero yo aún siento que puedo darles más de mí y eso quiero hacer- agachó la cabeza y miro el suelo decepcionado, tome su rostro entre mis manos y lo mire a los ojos mientras le sonreía – lo harás, tú y todos los chicos se esfuerzan mucho en su trabajo nunca dejan nada a medias y siempre buscan la perfección y aunque no lo creas, cada una de las personas que los admiran se sienten completamente orgullosos ustedes- lo bese tiernamente – Sarange- las palabras salieron en un susurro impertinente, me levante de un salto y me aleje tapándome la boca.
Dios. Te amo, le había dicho te amo, apenas llevamos casi dos meses y medio juntos y yo ya ando diciendo palabras grandes. No podía soportar míralo y hui hacia la cocina. Tal vez fue el momento que me hizo sentir vulnerable o el hecho de que mi admiración por él y la grandiosa persona que es me desestabilizo; Dios que voy a hacer.
-Lina- oí a Su Jin llamarme desde la entrada de la cocina, recogiendo todo el coraje que había en mi lo enfrente – lo siento, no tienes que responder a lo que dije yo, no sé qué paso yo…- su dedo índice aterrizo sobre mis labios callándome
-¿te arrepientes de haberlo dicho?- de todas las palabras que esperaba que salieran de su boca nunca pensé que fueran esas, ¿me arrepentía?, no claro que no. Tal vez era una estupidez el decir que amaba a alguien en tan poco tiempo, pero desde el primer momento en que vi a este chico quede colgada y cuando conocí más de él caí completamente enamorada de él.
-no, no me arrepiento porque aunque suene infantil y fantasioso, mis sentimientos son verdaderos y fuertes, tan fuertes que hasta duele- Su Jin me miraba como nunca lo había hecho, sus ojos brillaban y su boca formaba una sonrisa satisfecha.
-aunque suene infantil y fantasioso mis sentimientos son verdaderos y fuertes, tan fuertes que hasta duele; Sarange Lina- se lo diría; ya no quería ocultarle nada a este maravilloso hombre que me amaba, pero no hoy, hoy disfrutaría el sentimiento de saber que alguien me ama realmente y valora mi corazón. Mis demonios tendrán que esperar a mañana. Con una sonrisa en los labios nos besamos lentamente, dulce, tierno, con amor.
-¿crees que estamos locos?- pregunté entre los brazos de Su Jin. Nos encontrábamos recostados en mi sofá -¿locos?- me mordí mi cutícula nerviosa- ya sabes, no llevamos ni tres meses y ya decimos la palabra de cinco letras y dos silabas- Su Jin me miro extrañado.
- ¿cinco letras y dos silabas?- preguntó.
- oh es que en español es T.e A.m.o- dije contando con mis dedos.
-cada mañana al despertar mi primer pensamiento es tú nombre seguido de tu bella sonrisa, mi cuerpo y mente se llenan de ansiedad por la espera de poder verte así sea un minuto al día- con cada palabra que salía de su boca, podía sentir en mi espalda el ligero retumbar del pecho de Su Jin a causa de su grave voz.
-cada vez que escucho pequeños tacones caminando por el pasillo mi corazón empieza a retumbar en mis oídos, para a veces desinflarse de la decepción de saber que no eres tú, si a todos estos sentimientos no se le puede llamar amor, entonces llamare ahora mismo a un sanatorio, porque prefiero amar y ser un loco que estar cuerdo y vivir vacío por dentro-