Mi Voz O Tu Amor

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-¿Qué haces vos aquí?- susurre duramente. Agradecía que el miedo que sentía en mi garganta no saliera a flote. Sonrió con suficiencia – soy reportero de “Pronto” la revista me mando a hacer un reportaje sobre la industria musical coreana.

Se acercó más a mí y yo me aleje. Iba a salir corriendo pero sus dedos se cerraron en mi muñeca y me atrajeron hacia el suavemente, Casual, como si fuera a contarme un chiste.

-¿Por qué huyes?- su agarre se volvió más fuerte, estaba lastimándome.

– suéltame o grito – sisee, se rio por lo bajo – no creo que queráis armar un escándalo aquí en un evento tan importante para esta empresa- su aliento en mi oído aunque era fresco y mentolado, me producía asco, repugnancia. Mi cuerpo quería tener arcadas.

-ven conmigo- empezó a arrastrarme hacia fuera del salón y mi pulso se disparó. Plante mis pies en el mármol y me rehusé a caminar. Empecé a mirar a todos lados en busca de alguien que me ayude, en busca de Su Jin pero no estaba por ningún lado. Nadie miraba hacia el rincón en donde él quería llevarme. La histeria empezó a invadirme y un grito empezó a formarse en mi garganta.

- ¿Celina estas bien?- la voz de Yul fue como agua fría en el desierto. El agarre de Dylan se aflojo lo suficiente como para poder salvar mi muñeca de sus dedos. Me aleje del hombre que me miraba irritadamente y corrí hacia Yul. Tome la mano del chico que me miraba dubitativo y prácticamente me arroje en sus brazos.

-Celina estas temblando ¿estás bien?

-sácame de aquí Yul por favor- la dureza se había esfumado y el miedo se había apoderado de mi voz. Por el rabillo de mi ojo vi como Yul miraba hacia donde Dylan se encontraba y fruncía su ceño.

- nos volveremos a ver Lele- escondí mi cara aún más en el pecho de Yul – sácame, sácame, no quiero estar aquí- mi voz se quebró y lágrimas causadas por el miedo empezaron a formarse en mis ojos.

-shhh tranquila vamos- Yul tomo su boina y la coloco en mi cabeza a modo de cubrir mi rostro. Me abrazo por los hombros y me guió hasta el ascensor – dame un segundo – al alejarse de mí, sentí frío, miedo. Yul se puso rápidamente un cubre bocas y mágicamente saco de su gabardina negra una gorra, lo mire algo sorprendida.

- no me gustan los sombreros, boinas y nada de esas cosas, solo las gorras, pero los asesores de imagen insisten en decir que no combinan con todo- intente sonreír, pero no podía.

Las puertas del ascensor se abrieron en el estacionamiento subterráneo y antes de salir me tomo la mano y me sostuvo hasta llegar a  su auto

- ¿puedo saber que paso allí?- pregunto mientras salíamos del estacionamiento y nos dirigíamos hacia el sur. Suspire. Obvio tendría preguntas si actué como una demente. Tenía miedo de hablar y empezar a llorar como una niña patética. Me tome unos minutos de silencio para tratar de calmarme.

-tuve una relación con el hace muchos años, y me hizo mucho daño- no podía decir más, aun no confiaba en él como para cortarle, Yul asintió y me miro ligeramente antes de volver sus ojos a la carretera.

-lo siento por no decir más pero…-tranquila, no tienes por qué decir más, todos tenemos nuestro pasado y heridas- me interrumpió mientras seguía mirando fijamente hacia adelante

 -¿adónde vamos?

 - ya verás- una sonrisa pícara se dibujó en los labios de Yul.

Después de casi 30 minutos aparcamos fuera del Bosque de Seúl. Yul apago el motor, bajó y recorrió el auto Hasta llegar a mí y abrirme la puerta. El ligero aire frío golpeo mi rostro y refresco mis ojos irritados.

-¿has venido aquí antes?- pregunto mientras caminábamos hacia la entrada

-cuando era niña con mi abuelo, pero lo único que recuerdo es al hombre de metal.

-bueno pues vamos a recorrer este bosque hasta que te encuentres más tranquila.

-me parece bien- respondí un poco más animada.

Como lo suponía casi no recordaba nada del bosque. Como la época de frío ya estaba llegando a su apogeo los arboles ya tenían muy pocas hojas color marrón y el viento se estaba volviendo más fuerte. El bosque se encontraba casi vacío, solo algunos ciclistas pasaban de vez en cuando y unas cuantas parejas paseaban cogidos de la mano. Caminamos en silencio hasta llegar al pequeño arrollo donde aún se encontraba el arco de madera que lo cruzaba. Me agache a tocar el agua fría con mis dedos y ver mi reflejo. Yul se agacho a mi lado y cruzamos miradas en el agua.

 -discúlpame por causarte problemas- dije mirando su reflejo.

-¿problemas?, ¿Qué problemas?

-¿tu manager no se enfadara por qué despareciste?

- mi manager fue el que me dijo que me asegurara de que la nieta del señor Song se encontraba bien- mire a Yul totalmente sorprendida y agobiada, Yul rio – tranquila no se lo diré a nadie- mis mejillas se sonrojaron.

- lo siento por no decírtelo, pero es que mi abuelo no quiere que mi intimidad sea violada.

Yul asintió y unió sus dedos a los míos en el agua fría – Debo de admitir que al principio me sorprendí, pero tranquila eso es algo muy comprensible- le sonreí agradeciendo su comprensión. De pronto se puso de pie y me extendió su mano para ayudarme a mí.



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En el texto hay: romance, coreano, grupo

Editado: 15.04.2020

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