Mi yo del futuro en el amor

Capítulo 20: El regreso de quien elige quedarse

Pasaron ocho meses.

Aydee brilló en el proyecto internacional. Fue portada de revistas, invitada a conferencias, y reconocida por su enfoque humano y vanguardista. Pero en medio de todo el éxito, había algo que siempre volvía: el recuerdo de Dioel. Su voz. Sus gestos. Su forma de mirar el mundo… y de mirarla a ella.

No fue una nostalgia dolorosa. Era una certeza tranquila. El amor seguía ahí. Vivo. Presente. Esperando solo una cosa: una elección.

Y Aydee eligió.

Regresó sin anunciarse. Llegó una tarde de viernes, con el mismo equipaje con el que se fue, pero con otra mirada. Una más firme. Más suya.

Pasó por el viejo café donde solían reunirse. Por la plaza donde discutieron por primera vez. Por el puente donde él la abrazó en medio de la lluvia. Todo seguía ahí, pero ella ya no era la misma.

Lo llamó. No hizo falta decir mucho.
—Estoy aquí —dijo.

Dioel tardó menos de quince minutos en aparecer. No había flores. Ni discursos. Solo él. Real. Esperando.

Se miraron en silencio. Y cuando él se acercó, no preguntó por qué había vuelto. Solo dijo:

—¿Y ahora?

Aydee sonrió.
—Ahora… construimos. No desde cero, sino desde todo lo aprendido.

Caminaron juntos por la ciudad que los vio crecer. No como quienes buscan un destino, sino como quienes deciden el rumbo.

Esa noche, Aydee escribió la última carta. No para el pasado. Ni para el futuro. Para sí misma.

> “Gracias por no rendirte. Gracias por amar con libertad. Gracias por elegirte primero… y por volver cuando sentiste que el amor también te elegía a ti.”

Porque a veces, el verdadero final feliz no es encontrar a alguien.

Es encontrarse a una misma… y compartir ese hallazgo con quien sabe acompañarte sin invadir, amar sin retener, y quedarse sin pedirlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.