Mia | Híbridos Rebeldes 1

Introducción

En tiempos pasados se estableció que la rivalidad entre hombres lobos y vampiros es debido a su naturaleza. Por eso cuando aparecieron las repentinas conexiones entre estas especies conmocionaron tanto. Y como se esperaba, esta unión fue inmediatamente objetada. Se definió entonces que las parejas establecidas por el destino sean rechazadas.

Así fue como miles de parejas se despidieron sin darse una oportunidad, todo por temor a los castigos que significaba negarse a ello. Sin embargo, hubo dos personas que desde el momento en que se conocieron supieron que se pertenecían y... no dijeron nada por el miedo a que los obligaran también a romper su relación. Su amor era imposible y ellos lo sabían, pero tampoco tenían la intención de rechazarse y vivir condenados a la tristeza eterna.

Eleonor y Peter eran sus nombres. Eleonor era muy conocida por ser la hija mayor del rey de los vampiros y Peter como el hijo de uno de los alphas más importantes.

Sus padres eran enemigos por naturaleza al igual que ellos, pero Eleonor y Peter no podían sentir ningún atisbo de enemistad por la gran atracción que sentían. Ambos no estaban de acuerdo con la absurda regla de rechazarse si no eran de la misma especie, por ello decidieron amarse a escondidas aun sabiendo que era ir en contra de las reglas. Lamentablemente, transcurridos varias semanas, fueron descubiertos. Y en el día que debían reunirse para rechazarse ellos ya no estaban, la noche anterior, ellos habían huido, consiguieron escaparse juntos con la intención de jamás volver al mundo sobrenatural.

Años más tarde de ese amor tan grande que ellos se tenían nació Mia Rouse, una niña híbrida que gracias a los poderes de una amiga de su madre no sabía de lo que era capaz.

Creció creyendo que era humana, una simple mortal, pero ella sabía, en el fondo de su ser, que eso no era cierto porque hubo algo que no le pudieron ocultar y era que cada vez que se enojaba su cabello pelirrojo empezaba a brillar mientras cambiada a un anaranjado más intenso hasta que de ellos naciesen llamas capaces de quemar a la persona con quien se encontrara, menos a ella, porque el fuego era parte de su ser.

Lo único que Mia sabía era eso. Ella no debía enojarse, por el cual siempre trataba de mantener una actitud calmada y relajada. 

Aunque gracias al último acontecimiento que había ocurrido en su instituto ahora ellos se tenían que mudar. Siempre era así. Pasaba algo y ellos se mudaban, pero esta vez era distinto. En esa ciudad ella tenía personas importantes en su vida y no quería irse, pero era necesario ya que habían descubierto su secreto.

 

 

 




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