Mia | Híbridos Rebeldes 1

46. Ira homicida

Capítulo 46: IRA HOMICIDA

Tenía menos de dos horas para prepararme, pero con todo lo que había en mi cabeza no me dispuse a elegir el mejor atuendo, solo me puse un vestido ligero acorde a la ocasión y unos zapatos negros de plataforma.

Me había planchado y atado el pelo en una coleta alta, dejando que unos mechones de pelo cayeran a los lados de mi cara para tener estilo. Me maquillé frente al espejo del baño mientras que mi cabeza repasaba una y otra vez lo que haría, lo que supuestamente tendría que hacer.

—Haz lo que creas correcto —dije mirando mi reflejo, inspiré profundamente y dejé escapar el aire por la boca sintiéndome relajada por unos pocos segundos.

Salí del baño y abandoné la habitación sin necesidad de llevar un bolso. Al salir de casa me recibió un clima perfecto, era una noche hermosa. Sentía mucha angustia y esta emoción me arruinaba por completo el ambiente.

Hareth ya se encontraba allí, vestía de forma casual con unos jeans negros, camisa blanca y zapatillas que combinaban con su atuendo. Ante mis ojos el lucía maravillosamente sexy y perfecto, y aún más por la forma tan alucinante de mirarme.

Abby apareció por detrás de mí, sonreía a pesar de que yo notara que la expresión entusiasta en su rostro fuera falsa. Su cabello castaño claro estaba recogido a un lado de su cara en una trenza cosida Ella traía puesta una falda de mezclilla combinado con un top blanco con zapatillas del mismo color, sin una pizca de suciedad.

Nos subimos al vehículo de Hareth y al cruzar el portón de la mansión noté como dos suvs comenzaban a seguirnos, me acomodé en mi asiento y miré de soslayo hacia él, y otra vez me concentré en mis pensamientos, atormentándome a mí misma.

—En el campo de deportes, cerca del bosque —le afirmé a Abby cuando ella volvió a preguntarme en donde se hacía la fiesta del fin de curso. Lo organizaban los de último año por lo cual nosotras apenas sabíamos dónde era.

En menos de diez minutos ya estábamos bajando del auto, Hareth unió sus dedos con los míos y me sonrió ligeramente, apreté su mano y en el fondo me di ánimos e intenté tomar todas las fuerzas posibles para no largarme a llorar y contarle todo.

Como le mencioné a Abby, la fiesta era al aire libre y nos habían dicho que harían diversos juegos de entretenimiento, todo parecía bastante interesante, y la forma en la que nos contó April a Abby y a mí nos había intrigado mucho y estábamos esperando ansiosas este día tanto como nuestras nuevas amigas. Pero ahora todo era diferente, no estábamos aquí para divertirnos, estábamos aquí para ayudar a las enemigas de mi compañero.

«Haz lo que creas correcto, lo que creas correcto» repetí en mis adentros.

Había un montón de gente, todos estaban bailando frente al pequeño escenario del Dj, había luces de neón, y pude vislumbrar pulseras que brillaban en la noche en las muñecas de las personas.

Al ingresar entre la gente y caminar por un rato hasta llegar a donde sea que estábamos yendo, oí un chillido que reconocí al instante, me di la vuelta y vi a April avanzar a toda velocidad hacia nosotros, de su mano estaba Drew.

—¡Rouse, si no fuera por tu pelo no te hubiera reconocido! —exclamó entusiasmada, no antes de haber hecho una leve reverencia delante de mi compañero. Drew estrechó la mano de Hareth, presentándose.

—¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora? ¡Hay mucha gente!

—Divertirnos —respondió con simpleza.

—No creo... —miré hacia Abby, justo en ese momento apareció Brenda y Anthony por detrás de ella, asustándola. No pude evitar reírme al ver su reacción, Brenda la abrazó por detrás pidiendo disculpas mientras trababa de disimular su risa.

—Diviértete, Mia, estarán los de seguridad rondando el sitio constantemente, estarás segura. Yo debo dejarte, trataré de regresar pronto. —Hareth me habló por detrás, cerca del oído. Giré el rostro en su dirección.

—Entendido —dije con alegría, haciendo un saludo militar por haber comprendido, olvidándome de todo por un momento. Lo besé apenas un segundo porque alguien tiró de mi brazo y me arrastró en el medio de la gente, lo último que vi de Hareth fue su sonrisa y sus ojos color ámbar observarme mientras me alejaba de él.

Minutos después ya tenía puesta una pulsera color naranja y las manos alzadas en el aire, bailando alrededor de mis amigas. Todos vestían con ropa oscura mientras que yo relucía entre la gente por culpa de mi vestido azul.

Por unos minutos me olvidé de todo, solo disfruté estar con ellas porque era la primera vez que iba a una fiesta de adolescentes y la primera vez que no estaba ni me sentía sola.

Tenía una bebida en la mano, no recordaba ni quién me lo había dado, solo me la bebí y me di cuenta que era la misma bebida transparente de la fiesta de Sheldon Collins. La reconocí como Ambrosía y esta vez no me sabía nada mal.

Me giré y vi como Abby reía mientras se movía alrededor de Anthony junto con Brenda.

«Si Edward la viera» pensé. Él había respetado que esto era solo para estudiantes ocupándose de otros asuntos.

De pronto me sentí muy incómoda al ver como April y Drew se devoraban las bocas.

¿Hareth y yo también nos besábamos así?

Sintiendo el pulso acelerado al recordar los besos de mi lobito, y sintiéndome todavía más avergonzada, y seguramente ruborizada, me di la vuelta y me separé un poco de ellos, esquivé algunas personas hasta encontrar un espacio entre la gente para seguir bailando. Después de todo Hareth había dicho que habría gente vigilando, no iba a pasarme nada malo si me quedaba ahí, entre el montón.

Me quedé demasiado tiempo pensando y analizando, me negaba a ser cómplice, por más que amara a mis padres y toda mi vida les obedeciera esa vez sería diferente. No iría al encuentro con las hechiceras porque era incapaz de traicionar a Hareth...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.