Mia | Híbridos Rebeldes 1

47. Cosa extraña

Minutos atrás…

Capítulo 47: COSA EXTRAÑA

Abby

Me encontraba totalmente despreocupada, la música y la compañía de mis amigos me hacía sentir completamente normal, solo estaba concentrada en ellos y en el momento; sin preocupaciones, sin miedos y sin pensar en que posiblemente el plan no saliera como lo esperado.

Tenía a Anthony por delante de mí, Brenda y yo nos movíamos a su alrededor siguiendo el ritmo sensual de la música, él parecía divertido y satisfecho mientras nos seguía la corriente, complacido.

Poco después aparecieron Liam y Amy, ofreciéndonos unos tragos que aceptamos inmediatamente. Justo en ese momento la música cambió a una más suave y tranquila. Nos relajamos mientras tomábamos aquella bebida que reconocí enseguida. Era Ambrosía, contenía demasiado alcohol acompañado de una sustancia especial que lo convertía en la única bebida capaz de emborrachar a los licántropos. No era recomendable que yo la tomara, pero me encantaba y no parecía causar tanto efecto en mí.

Luego de haber probado el primer sorbo, emití un grito eufórico por lo fuerte que se sintió. Su sabor quedó quemándome la garganta. Escuché la risa de mis amigos, ellos se la tomaron calmadamente, seguro ya acostumbrados, tomé más para acompañarlos mientras recorría con la mirada a las personas que se seguían moviendo y disfrutando de la velada. Entre ellas, vislumbré una silueta conocida, y cuando una de las luces se iluminó justo ahí, reconocí la cabellera pelirroja de Rosy. Ella se estaba alejando mientras se movía un poco, rítmicamente.

Sabía que había seguridad por todas partes, el propio Lewis nos lo confirmó, por eso mismo no me preocupaba. De pronto, Drew y su acaramelada novia vinieron a nuestro encuentro, al parecer su besuqueo se había terminado cuando se acordaron de nosotros.

Brenda le ofreció su bebida a April y ella no dudó en aceptarla. El ambiente fue volviéndose todavía más eufórico, volvimos a movernos con los vasos en las manos y tomando un sorbo de vez en cuando.

Podía distinguir a una distancia no tan alejada a mi amiga, me daba su perfil y parecía estar hablando con alguien, no sabía con quién puesto que había demasiadas personas juntas y aquello me dificultaba la visión, además de que estaba oscuro y las luces se prendían y se apagaban dirigiéndose a todos lados, y gracia aquello podía verla a ella, o por lo menos reconocer su cabello.

Volví la vista a mis amigos cuando sentí una mano en mi hombro, Anthony me hizo una seña con la cabeza y dijo un "¿bailamos?" sin emitir sonido, estaba a punto de aceptar su propuesta gustosa, después de todo aún tenía tiempo, mi mano ya había tocado la suya, pero entonces escuchamos un par de gritos y reconocí una inmediatamente, la de Rouse.

Instintivamente la busqué con la mirada, fue fácil hallarla porque las personas habían comenzado a dispersarse, formando un circulo a su alrededor. Me acerqué con rapidez hacia allí y cuando estaba por llegar una mano me impidió seguir mi camino, sujetándome por el brazo. Al fijarme quien era, fruncí el ceño. Anthony negó con la cabeza.

—No debemos interferir, es el alpha —dijo al acercar su rostro para hablarme al oído. Asentí, dócilmente.

Un gesto de dolor se dibujó en mis labios al notar el rostro ensangrentado del chico que Lewis golpeaba, mi amiga lo veía con perplejidad y con una expresión de horror a la vez que le pedía que se detuviera.

Celos... a pesar de que debería asustarme aquel comportamiento tan violento y agresivo, no lo hacía. Los licántropos eran terriblemente posesivos y no estaba por nada del mundo admitido que otro tocara a su compañera. Edward mismo manifestaba estas señales, pero nunca había llegado al extremo de golpear a alguien.

Al conectar nuevamente con la realidad, vi a Rouse sobre el hombro de Lewis siendo alejada con pasos apresurados hacia alguna parte, lejos de donde estábamos.

La música que se había detenido, volvió a reproducirse, los murmullos cesaron al instante cuando el Dj pidió que todos se calmaran y que volvieran a divertirse. De a poco, todo volvió a tornarse como antes, pero yo ya no podía volver a estar tranquila, algo comenzó a inquietarme, y yo sabía muy bien el motivo: la hora del encuentro estaba cerca, demasiado. Pasaron varios minutos, entonces decidí alejarme del grupo, salí de las bulliciosas personas y me quedé observando el cielo nocturno.

Una hermosa y deslumbrante luna me recibió, podía perderme con facilidad en su luminosidad celestial. Ver la luz que reflejaba me relajaba y distraía, estuve un momento mirándola. Y cuando aparté la mirada, volviendo mi atención a las personas, el caos se desató.

Vi a algunos chicos cambiar de forma y atacar agresiva y violentamente a la primera persona que se cruzaba en su camino. Algunos no necesitaron convertirse, simplemente se lanzaron entre ellos con ganas de destrozar cualquier cosa a su alrededor.

No me moví durante un instante, no todos estaban afectados por aquella rara y repentina violencia. Muchas personas comenzaron a gritar y a correr, lejos de ahí, otras, en cambio, intentaron que nadie se matara entre sí.

La música se había detenido, las luces estaban apagadas y lo único que nos daba la luz era la luna. Era suficiente para ver bien, y por eso mismo, cuando examiné el lugar totalmente exaltada, aún sin ser capaz de mover mi culo y volar de aquel lío, distinguí unas figuras extrañas, y al parpadear aquellas figuras oscuras ya eran siluetas masculinas, unas que mantenían una postura tranquila mientras observaban a la mayoría de las personas pelear. Solo estaban ahí, de pie, uno al lado del otro, eran cuatro, y parecía que no tenían la intención de acercarse e interferir.

Sentí un fuerte golpe en el hombro, alguien me había golpeado con brusquedad al pasar por mi lado, aquello me hizo reaccionar.




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