ChanHun | 482 palabras.
SeHun sale de su casa junto a Vivi, su perro-hijo.
Llegan hasta la veterinaria Huellitas, la cual posee una decoración navideña: luces musicales y un inflable de Santa Claus. El detalle que pasa por alto es el muérdago de la puerta.
SeHun camina por los estantes hasta llegar a la ropa para perros y su búsqueda por un traje de Santa Claus comienza.
—¡Por fin! —Exclama, sacando el trajecito. Busca a Vivi, pero su amado perro ha desaparecido. —¿Vivi?
Entonces, escucha una risa masculina. Con curiosidad va hacia la fuente de la risa. Se esconde detrás de un estante y observa al empleado de la tienda jugar con Vivi. Debe ser sincero, no está mirando a su perro, sino a los brazos musculosos del hombre.
¡Ahórcame!
El desconocido alza la mirada, lo ve y le sonríe. El hombre no solo es sexy, sino también dulce. SeHun siente su rostro más rojo que la nariz de Rodolfo el reno, retrocede, sus pies se cruzan y cae.
—¿¡Estás bien!? —El empleado aparece delante de él junto a Vivi.
—S-sí.
El sexy hombre le brinda una mano que SeHun no duda en tomar.
—Gracias.
—Tu perro es lindo, aunque se comió mi sándwich.
SeHun ríe, nervioso.
—Vivi ama la comida. —Comenta en automático, pues su mente está interesada en analizar el espécimen masculino delante de él.
—Recuerda no darle mucha comida de casa, no toda es óptima para los perros por más que les guste... Por ejemplo, a mi me gustan los bombones como tú, pero soy diabetico.
Quéééééééé.
SeHun.exe ha dejado de funcionar.
—Perdón si te incomode... —El empleado susurra, rascándose la nuca.
—ChanYeol, estás más bueno que el pan nuestro de cada día. —SeHun suelta, con la mirada fija en el pin de identificación.
ChanYeol se asombra por el piropo directo.
—Digo, ¿¡cuánto cuesta esto!? —SeHun chilla, alzando el trajecito.
ChanYeol sonríe, ladinamente.
En la caja, SeHun agradece a ChanYeol entre tartamudeos. Y antes de que el empleado pueda decir algo, entrega los billetes, coge la bolsa y camina apresuradamente hacia la salida.
—¡SeHun!
El nombrado se detiene, delante de la puerta.
—Te olvidaste de...
SeHun mira hacia arriba, ve el muérdago. Y cree entender la indirecta. Roza sus labios con los contrarios.
ChanYeol no se esperaba un beso. —Vivi...
El rostro de SeHun arde por la vergüenza. Hace lo que un adulto haría: carga a su perro y huye.
La semana siguiente, SeHun regresa con un gorro que le cubre el rostro. Debe comprar comida para Vivi. Se acerca al mostrador y con voz fingida pide la marca favorita de su consentido. ChanYeol le entrega la comida. SeHun sale, feliz. Sin embargo, en su casa, se da cuenta de que en la bolsa hay un papelito con un número telefónico y un "llámame, bombón".
El regalo que SeHun obtiene la siguiente Navidad es a ChanYeol disfrazado de un sexy Santa Claus.
FIN.
holis
un pequeño especial navideño <3
Editado: 16.12.2022