Siempre he pesado que todos tenemos una especie de máscara, una careta que oculta de todos los demás ese otro rostro que tenemos.
Creó que vivimos ocultandonos, tratando de hacer creer a todos que no tenemos secretos. Vivimos ocultandonos bajo esa, nuestra falsa careta.
Yo he decidido, no seguir ocultando ese otro rostro que tengo, ese rostro que representa otra vida, como si fuera de otro mundo.
Esta noche, he decidido que será la noche en que revele mi más grande secreto, que muestre mi otra cara.
¿Y quien es más importante que mi novia para darle a conocer mi verdad y que no exista entre los dos, ningún vil secreto?
Ella, se ha ganado todo mi amor y mi aprecio. Es digna de toda mi confianza y no merece que le oculte lo que soy. Además en unos meses nós vamos a casar.
Se, con todo mi ser, que ella me ama y comprenderá. A demas, creó tener el poder para controlarlo.
Le dije que esta noche sería perfecta, que le tenía una sorpresa y que le mostraria mi más grande secreto. Ella por su puesto se emociono y espera con ansias la hora de nuestra cita.
Pues cada cinco minutos me lo hace saber por un mensaje a mi celular.
La paso buscando, ella sube a mi auto y la llevo a mi lugar preferido. En el cielo hay una hermosa luna llena, son apenas las ocho y es a las doce que le confiare a la mujer de mis sueños mi gran secreto, que le mostraré mi otra cara.
Al llegar a mi lugar preferido, ella se sorprende y da muestras de asombro.
El lugar es hermoso, esta en medio del bosque. Un gran lago se muestra frente a nosotros, a pesar de la oscuridad el lugar es maravilloso.
Una esplendorosa luna llena se refleja sobre las oscuras aguas del lago, volviendo todo el lugar mágico.
El sonido de los grillos y demás insectos, es una hermosa melodía que ameniza la noche.Todo es perfecto.
Saco del auto una sabana y algunas cosas para comer y ordenó todo frente al lago donde nós sentamos a ver el reflejo de aquella y grandiosa luna llena.
Así pasamos los minutos, charlando, comiendo, riendo. Hasta que terminamos los dos — desnudos bajo la luna llena en medio del bosque y el lago como testigo—, haciéndonos el amor.
Las horas corren y se hacerca la media noche.
—Ya es hora amor — le digo, desnudos. Aun envueltos entre las sábanas, besándonos.
—Quiero que sepas que te amo, que eres los más grande e importante en mi vida — le digo y ella sonríe, con ese brillo en los ojos. —Y que siempre estaré para protegerte y amarte.
Ella sonríe una vez más y besa mis labios, para luego decirme que también me ama.
—Esta noche es muy importante para mi —continuo, lleno de emociones. —te he traído a este mi lugar preferido para contarte mi más grande y oculto secreto.
Ella, me mira expectante, atenta a lo que diré. No quita en ningún momento esa sonrisa de adolescente enamorada, ni se apaga la chispa de amor en sus ojos.
—Amor, debo confesar que soy un hombre lobo. —Digo sin más y ella me observa como esperando que le diga que es broma y que mi secreto es algo más. —No te estoy mintiendo. — Continuo. Y en sus ojos puedo ver una chispa de temor. No se, si temor al pensar que me estoy volviendo loco o temor por lo peligroso que puedo ser. — Pero lo puedo controlar. —Me apresuró a decirle y en sus ojos veo una chispa de paz y tranquilidad.
En ese preciso momento la abrazo y le doy un beso tratando de calmarla.
Y comienzo a sentir los síntomas de la metamorfosis, siento como mis huesos son separados y luego uno a uno se quiebran causando en mi el peor de los dolores. Mi piel se estira a medida que mis huesos se parten y crecen.
Doy un grito de dolor y puedo ver como mi novia se llena una vez más de temor.
Entre gritos, logro decirle que no tema y que se calme, que sigo siendo yo.
Puedo notar, entres mis agonizantes dolores como ella observa, sorprendida y con miedo como sucede poco a poco mi transformación.
Mientras, yo siento como mis poros se abren uno a uno y todos a la vez. Siento como crece el pelaje en mi piel, cubriendo todo mi cuerpo.
Siento como crezco algunos metros y como los huesos de mi cráneo se parten para transformar mi rostro humano en uno totalmente canino.
Siento dolor. Un dolor que me llega al alma.
En medio de mi transformación detalló lo hermoso que es el azul del iris de sus ojos y veo con cada detalle como es su piel. Aun siento su perfume con más intensidad y puedo sentir el olor de su miedo.
Me acerco para abrazarla y decirle que la amo.
Despierto en medio del bosque, no se que hora es.
Estoy totalmente desnudo, me duele todo el cuerpo y no recuerdo nada de lo que paso anoche.
>¡Anoche!< Pienso con desesperación. Busco orientarme para saber donde estoy.
Miro la altura en que se encuentra el sol y calculo que son como las nueves y que yo estoy al este de donde sucedió mi transformación.
Puedo notar que estoy a unos cien metros del lago y por mi mente cansada, pasa como el flash de una cámara fotográfica un recuerdo: Mi novia.
¿Samanta estuvo aquí conmigo anoche? Si es así ¿donde esta?
Recorro con prisa el tramo que me separa del lago y puedo notar que un árbol tiene alguna manchas carmesí.
Corro de primas y grito con fuerzas el nombre de mi amada.
Por mi mente pasan recuerdos de mi cita y la promesa de una noche especial. Y corro aun más fuerte.
Llego hasta donde están nuestras cosas y caigo de rodillas, veo desesperado a todas partes en busca de San, pero no la veo.
Tomo en mis manos su suéter y noto que esta envuelto en sangre.
Mis ojos se abren y veo todo el desastre que hay en el lugar: veo charcos de sangre, y nuestras cosas esparcidas por todas partes.
Grito con todo el dolor y la pena que siento, abrazando el suéter de mi novia. Y ahí viene otra ola de recuerdos.