Sentado en el avión, las manos esposadas, la incertidumbre en su mente, la familia dejada atrás involuntariamente y la convicción de que todas sus luchas estaban perdidas. Había salido de su país en un momento de tensión política; él, a causa de la afiliación política de su novia de entonces, había quedado en el bando opositor y tuvo que huir, dejando todo atrás; pero, al menos, pudo establecerse en un país que lo dió refugio, trabajo, en dónde consiguió una pareja con la que fundó familia, con la que empezó a progresar y a ser feliz. Pero nubarrones llegaron de repente; su situación migratoria, la forma en que entró a este país y las nuevas políticas, lo convirtieron en un objetivo. Ahora en el avión de regresó, sabía que lo esperaba la cárcel, por su antigua definición política y luego la indigencia porque ya no tenia ni soporte económico, ni emocional para de nuevo comenzar