Microcuentos de terror

21

Después del naufragio nadó durante horas. Pensaba que ya todo estaba perdido hasta que vio la isla. Su salvación.

En la playa, un grupo de aborígenes lo rodeó.

¡Oh horror al adivinar su suerte!

¡Uno de ellos roía con placer una mano humana!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.